You+Me

192 6 3
                                    

Me dirigí hacia cualquier calle, ya me daba igual de qué trabajar, iba despacio con la moto, tenía que ir fijándome si se necesitaba dependienta o cualquier cosa en una tienda, camarera, lo que sea.

De repente, iba por una calle, y un gilipollas casi me da por detrás con el coche, se puso a pitarme y a llamarme puta, y yo obviamente no me quedé callada y le dije de todo en dos o tres segundos, soy rápida en hablar para lo que me interesa, y más para meterme con la gente idiota, me vuelvo loca, pero gracias a él,y a la necesidad de parar, giré la cabeza y vi aquel letrero: "se busca una chica". Aparqué la moto en frente de aquella tienda y entré, era una tienda algo extraña, como todo muy siniestro, y tenía miedo, pero lo importante era lo importante.

-Hola, buenos días - dije algo tímida, había una chica al final del mostrador de espaldas a mí que llevaba una camiseta que ponía "encargada".

- Buenos días, ¿necesitas ayuda en algo? - me dijo ella. Tenía buena pinta, era alta, gordita y morena.

- Sí, me he fijado que necesitas una chica de empleada, y he pensado que esa podría ser yo, tengo gran capacidad para convencer a las personas sobre la ropa y esas cosas - dije yo gesticulando y a la vez intentándola convencer de que me contrate.

- Créeme que no dudo que seas buena en eso, pero no busco dependienta, busco una stripper. Tengo un club nocturno y necesito solo una chica para que trabaje ahí - me dijo ella con una voz grave.

- Ah bueno, pues yo puedo ser esa chica entonces - respondí yo sin saber muy bien lo que había dicho y en lo que me estaba metiendo, " soy una puta, yuju" pensé.

- Está bien, pero primero tengo que verte bailar, y tu cuerpo con poca ropa también, aunque creo que cuerpo te sobra porque es  de diez - dijo ella apuntándome su número de teléfono y su nombre, Marylin.

- Estoy de acuerdo, pero no sé qué es lo que exactamente tengo que hacer, supongo que un striptease durante mucho tiempo, ¿no?

- Sí, de todas maneras, cuando tengas un rato libre, me llamas y quedamos para ver como va la cosa, si de verdad quieres entrar a este trabajo, debes saber muchas más cosas antes, y aunque es bien pagado, es muy duro, pero bueno, no quiero adelantarme a la entrevista - dijo ella acompañándome a la puerta. Yo asentí con la cabeza y me despedí de ella dando un beso en cada mejilla.

- Gracias - dije con una voz dulce y agarrando su mano. Ella me respondió con una gran sonrisa.

Mi objetivo por hoy estaba conseguido, ya tengo dos trabajos, uno bueno y uno malo.

Hoy era el primer día en el que me encontraba dispuesta a ir a aquella playa a fumar, esa playa a la que íbamos él y yo, Enzo y yo, cuántas tardes habremos pasado allí, cuántas cosas cursis le habré permitido decirme allí, era al único que se lo consentía. De repente estábamos los dos fumando en silencio, solo escuchando el ruido de las olas, y me susurraba al oído ''te quiero'', es que es de lo más cursi, pero estaba tan enamorada... a los quince años y él era mi vida entera, pero se fue, me dejó sin ninguna explicación y luego me envió cartas, gorda, fea, te odio, puta, y ahí me di cuenta que se pasa del amor al odio en un segundo, pero ya no podía seguir dando vueltas a algo que  es pasado, ya han pasado 3 años y tengo que seguir mi vida, necesito un nuevo novio, desde él, lo único que he tenido han sido tíos que me quieren para echar un polvo, nada más, y eso va a cambiar también.

Terminé de fumar aquel cigarro y me fui a casa.

- ¡Hola! - dije yo con una voz extraña, mi mañana había sido algo rara, paso de la felicidad a la tristeza en solo unas horas.

Mi madre y Franccis me devolvieron el saludo, estaban en la cocina.

- ¿A dónde has ido así vestida Catalina?- me preguntó mi madre extrañada mientras fregaba los platos

- He ido a buscar trabajo - respondí yo sentándome en la mesa.

- No tienes por qué trabajar, he pedido que también me pongan los turnos de noche y así podré ganar más dinero, pero no os podré ver casi, pero es lo que hay - dijo ella limpiándose las manos y sentándose con nosotros en la cocina.

- Te juro por mi vida que como trabajes por la noche me voy y no vuelvo - las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas, no podía aguantar esto, mi madre está sufriendo demasiado, y no puedo permitir que viva una vida de mierda - he dicho que yo voy a empezar a trabajar, tú si quieres déjalo, a partir de la semana que viene o un poco antes voy a traer dinero a casa todos los días, y exijo que reduzcas tus horas de trabajo y que dediques más tiempo a él, que lo necesita.

- Catalina no te metas en mis asuntos, tú haz lo que te dé la gana que es lo que siempre haces, pero como me entere que estás metida en algún lío te mando con tu padre - dijo ella amenazándome y poniéndose en pie.

No respondí, simplemente cogí mi plato de verduras y me fui al salón, el comportamiento que ha tenido mi madre conmigo de reproche a mi trabajo me he parecido fatal, solo intento ayudar en todo.

Cuando terminé de llorar y de comer, fui a la cocina.

- Luego sube a la habitación que tengo que hablar contigo bebé - le dije yo después de darle un beso en la frente.

- Vale - respondió él secamente.

Me fui a la habitación y me cambié, me puse un pantalón de chandal y una camiseta corta, me metí al baño, introduje mis dedos en mi boca y la comida empezó a salir a través de ella, tras unos minutos, salí y mi hermano estaba en la puerta, empezó a llorar. Desde que la carta de Enzo llegó a mis manos, mi primera solución fue hacer deporte fui al gimnasio durante años, pero vi que no bajaba de peso y caí en esto hace un par de meses, y es lo único que funciona, aunque no lo hago todos los días y tampoco con cada alimento que me llevo a la boca, sé controlarme. Que vomite o no depende más bien de mi estado de ánimo.

Franccis fue a la habitación y se sentó en su cama, se escondió entre sus rodillas mientras yo le observaba apoyada en la puerta de mi habitación. Me acerqué donde él y me senté al lado suyo.

Fui a tocarle abrazarle por el hombro y un - no me toques - salió de su boca.

- ¿Tú te crees que tu hermana es tonta? Yo sé lo que hago, y te juro por mi vida que jamás voy a ser anoréxica, no te preocupes, confía en mí - levantó la cabeza y me miró con los ojos llenos de lágrimas. Me abrazó tan fuerte como no me había abrazado en la vida.

- A ver, olvidemos esto, voy a empezar a trabajar, y vas a empezar a tener todo lo que tus amigos tienen, ropa a la moda, la PlayStation, el modelo que quieras, unas gafas bonitas - una sonrisa fue esbozada en su rostro y un beso mío fue posado en su frente.

- Gracias, de verdad, muchas gracias - me dijo él.

****

¡Hola chicas! ¿Qué tal?, ¿Cómo va el libro? Si os está gustando, votar y comentar y decirme lo que os gusta y lo que no, este capítulo lo he utilizado para que empecéis a conocer a Catalina, es algo rara, y aunque intenta ser dura, es débil, os dejo una foto de Enzo= Francisco Lawchoski.

Besos, Natalie ♥

'Más allá de tu espalda'Where stories live. Discover now