Capítulo 1: Comienzo tormentoso

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—Bueno, ¡vengan de una vez! —gritó Yuri desde el comedor. Yugo se levantó de un salto a buscarlo. Tenía hambre. Así como todos los demás. Fue el primero en sentarse en la mesa y agarrar con la mano las papas y el pescado. Yuto llegó poco después, un poco menos emocionado —Comes como un animal —le dijo al hijo de Jafar. Este sonrió.

—Todo menos un mono —dijo cuando tragó su primer bocado.

—O un perro —dijo Yuya al llegar con algo de recelo. Su cabello estaba perfectamente pintado y sus manos lavadas. Se sentó con los demás. Todos comieron casi en silencio.

Solo estaban las eventuales peleas entre Yugo y Yuri mientras los otros dos solo se miraban y rodaban los ojos.

—A veces parecen perros y gatos —soltó Yuto en una de esas. Yuya se puso algo tenso y miró a su compañero con algo de tensión—. Lo malo es que los perros no están, porque todos irán a por ti cuando menos te lo esperes.

Recibió un puño en un costado.

—D-Deja de bromear —le dijo algo temerario. Yuto rio suavemente.

Los padres de todos estaban hablando con quien sabe quién sobre quién sabe qué cosa desde hacía horas. Todos ellos habían querido salir, pero la lluvia había intervenido. Saldrían cuando pudieran. De todas formas, divertirse en las distintas calles de la isla era su actividad preferida.

Podían hacer actos de maldad por doquier. Podían hacer esas calles suyas, ser los amos, ser intocables. Porque, eso era lo divertido de ser villanos. Poder hacer lo que quieras sin limitarte a ser bueno con los demás. Es ponerte a ti mismo antes que a otros.

—Los perros vendrán a conquistar la isla, Yuya —dijo Yuri al escuchar reír a Yuto—. Y vendrán por tu madre y por ti primero.

—¡No! —gritó Yuya. Casi temblaba.

—¡Woof! —exclamó Yugo atacando al chico con el toque agresivo de su mano. Yuya se sobresaltó y se cayó de la silla.

Todos estallaron en carcajadas. Yuya bufó desde el suelo. Después se vengaría. Siempre lo hacía. Solo le faltaba conseguir algo de agua oxigenada.

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El plan era simple. Correr por todos los techos posibles antes de bajarse todos en la misma calle y dispersarse. Allí cada uno haría lo suyo. Se volverían a unir todos cuando se aburrieran o cuando les interrumpieran. Clásica a rutina de siempre. Podrían hacerlo solos, cada uno causar destrozos por su cuenta y correr de los que se molestaban en tener venganza. Pero, estar los cuatros juntos lo hacía aún más divertido. La gente no podía detener a uno porque el otro venía detrás.

They say I'm trouble

They say I'm bad

They say I'm evil

That makes me glad

Confusión era lo que terminaba siempre por salvarles el pellejo. Se habían metido en muchos problemas, todos ellos. Pero nunca había mayores consecuencias. Ellos eran jóvenes, ágiles, sus padres temidos y la magia de nadie funcionaba. Podrían salirse con la suya tantas veces quisieran. Solo que con el tiempo habían aprendido a quienes no molestar y a quieres debían dedicarles algo de tiempo para hacerles alguna travesura.

A dirty no good

Down to the bone

Your worst nightmare

Can't take me home

—¡Muévanse! —dijo Yuri llevando la delantera, seguido apenas por Yugo. Se movía con agilidad sobre los tejados. Asegurándose de pisar fuerte cada teja que se le atravesara. Quizá llevándose el susto de algunos habitantes de esas casas—¡Ustedes son más lentos que los secuaces de Hades!

DescendientesWhere stories live. Discover now