no puede ser.

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Park había tenido un día bastante pesado, las vueltas en el colegio toda la mañana y el tener que ir a trabajar toda la tarde lo había terminado agotando.

Tomó la llave de su bolsillo derecho y la insertó para poder abrir la puerta, estaba cansado y solo quería lanzarse al sofá para dormir una eternidad.

Entró, pero por una extraña razón el foco de su sala estaba encendido.

"—Juré haberlo apagado antes", hizo una mueca, caminó hasta el interruptor y encendió las luces.

"—Al fin llegas, Daddy. Realmente te necesito", escuchó aquella voz difícil de no reconocer y suspiró. No entendía el cómo había entrado y por qué estaba ahí, pero su compañía le haría bien esos momentos.

Se giró lento y al verlo en el sofá vestido de aquella manera que le ponía tanto sólo pudo sonreír.

"—También te necesito, he tenido un día muy pesado", siguió el mayor, caminando lentamente hasta donde estaba su pequeño. "—¿Te he dicho que te miras precioso con esa ropa, princesa? Creo que deberías usarla más seguido", sonrió de lado.

JungKook se acercó hasta el mayor, se encontraba de rodillas sobre el sofá y todo su cuerpo estaba pegado al de su novio, el cual se encargaba de acariciar su cintura con desespero.

"—Por ti la puedo usar en cualquier momento, papi", sonrió lascivo. Tomó una de las manos del mayor y la llevó hasta uno de sus muslos, el mayor rió bajo y comenzó a subir el suéter de su niño, acariciando su tersa piel.

"—Eres tan jodidamente bonito, hay tantas cosas que te quiero hacer en éste momento", y besó sus labios con destreza y necesidad, disfrutando del delicioso sabor que soltaban aquellos rojos labios que sin duda eran sus favoritos.

"—Hyung...", se separó del beso, intentando hablar pero tener a un hombre besando y mordiendo tu cuello no le hacía las cosas fáciles.

"—¿Mnh?", preguntó, continuando con su anterior trabajo, marcando la piel de su pequeño.

"—¿Podríamos hacerlo en la cocina?", el menor mordió sus labios inconscientemente, se podría decir que aquello era su fantasía sexual y el poder hacerlo con su novio le emocionaba.

El mayor se alejó de su cuello para observarle fijamente, aquella idea ni siquiera le había pasado por la mente una vez, pero, sin duda, no le desagradaba ni un poco.

"—Podemos hacerlo donde desees, princesa", dejó un casto beso en sus labios y lo cargó con cuidado, para así caminar hasta la cocina de su apartamento. "—Hoy te voy a complacer", le guiñó el ojo y lo dejó sobre la barra, se posicionó entre sus piernas y acarició éstas con lentitud.

El menor soltó un suspiro. Necesitaba que el mayor se encargara de todo aquello que sentía. Su piel ardiente, el tacto frío de las manos delineando su cuerpo lo hacía estremecer. Tan delicioso.

Gimió. Su corazón latiendo a gran velocidad y bombeando sangre como loco, haciendo que toda aquella llegara hasta su miembro ya erecto.

Los labios del mayor atacaban sus hombros y élsolo se dedicaba a disfrutarlo.

"—Hyung...", suspiró. Necesitaba que el mayor lo follara en ese maldito momento. Quería sentirlo dentro lo más pronto posible.

"—¿Mnh?", balbuceó el mencionado, esperando a que Jeon hablara. Acarició su torso cubierto por aquella rosada tela y sonrió de lado, mirándole.

"—Fóllame, ahora", imploró. Pasando su lengua por sus labios debido al deseo. Quería sentirlo ya.

El mayor no se negó y se deshizo de sus pantalones y bóxers, lanzándolos lejos. Bajó al menor y lo giró, haciendo que su pequeño trasero rozara contra su erecto miembro.

Una suave bofetada fue lo que plantó en su nalga derecha y minutos más tarde entró lentamente en él, sin preparación ni nada, necesitaba sentir las suaves paredes internas de su novio envolviéndole cálidamente.

Comenzó a moverse velozmente, abusando la pequeña entrada de su pequeño. Entrando y saliendo con brusquedad. Sus gruñidos acabando con el silencio que reinaba la cocina. El más joven hecho un lío de gemidos y jadeos, estaban disfrutándolo tanto.

"—¡Joder, sí!", gimió agudo el menor. JiMin había dado justo en su punto y aquello le había encantado. Las estocadas que su mayor daba eran tan profundas, demasiado veloces. Podría jurar que le haría ver una galaxia entera.

"—M-Más, oh, oh. ¡Dios! Así", sus piernas temblaron y sólo alcanzó a apoyar su cuerpo con sus brazos sobre la mesa. Su vista se volvía negra y pequeños destellos se alcanzaban a observar. Estaba a punto.

"—Tan apretado para mí. ¡Mierda!", gruñó Park, alcanzando a golpear el punto dulce del menor. Logrando que se volviera loco y llegara a su orgasmo.

Un par de estocadas más y se corrió dentro de su novio, liberando toda su esencia en él. Gruñó fuertemente y salió de su menor, le giró y lo cargó sobre sus brazos para llevarlo hasta su habitación y recostarlo en su cama. Le cubrió con sus mantas y después se acostó él, cubriéndose también.

"—¡Mierda! En serio, fue excelente", murmura el mayor, jadeando un poco al recordar. "—Eres perfecto, Ggukie".

"—Me encantó, Daddy", susurró Jeonpara después quedarse completamente dormido entre los brazos de su amado.

oh, daddy! ❀ jikook.Where stories live. Discover now