N° 2 Arriechi, Robert

33.1K 1.6K 285
                                    

Rosalie se levantó de su cama con la esperanza de que este día fuera similar al anterior. Se dirigió directamente a su baño, cepillo su cabello al igual que sus dientes y se encaminó tratando de no tropezarse con los peldaños. Fue directamente a la cocina percatándose de que el televisor de la sala emanaba narraciones que nadie escuchaba.

Eso la desconcertó. Se dirigió a la cocina y pudo notar como su madre se encontraba y estaba afligida con la cabeza enterrada entre sus manos con el teléfono encima de la mesa. Las cortinas estaban cerradas y el aroma a tocino era una fragancia dulce y exquisita.

El ambiente era gris y Rosallie lo podía notar.

-¿Mamá? -Preguntó Rosallie con el ceño fruncido.

-Oh, hola, Rosallie -dijo su madre despertando de su asimismo.

-¿Qué ocurre? -Dijo Rosallie dirigiéndose al refrigerador-. Te noto extraña.

La madre de Rosallie sabia muy bien que decir pero no la manera de explicarlo. Pasó ambas manos peinando su cabello castaño oscuro y ella observaba a su hija con acongojo.

-Me llamó la madre de Amanda -dijo ella con un hilo de voz.

-¿A si? -Rosallie extrajo una jarra de agua y llenó su vaso hasta al tope.

-Si -prosiguió su madre-, ¿Sabes qué fue lo que le pasó?

Rosallie frunció el ceño. Imaginaba lo peor. Drogas, cigarrillos, algo similar a asuntos ilegales en la que ambas estaban involucradas, pero que jamas hicieron. Quizás, suposiciones.

-No -Rosallie guardó la jarra en la nevera y comenzó a tomarse su agua sin respirar.

Su madre no le que taba el ojo de encima, eso le irritaba.

-Ven, siéntate -dijo su madre palpando la silla a su lado.

-Mamá, me estás asustando -dijo Rosallie con el ceño fruncido y se sentó al lado de su madre con desdén.

-Verás, hija, Amanda -Su madre liberó un suspiro. Sus manos comenzaban a temblar, Rosallie lo notó- ella...

-Mamá -Rosallie tomó sus manos compartiendo su calor y con la esperanza de inspirarle confianza-, por favor, dilo.

No podía hacerlo. Tener que darle la noticia le era devastador, incluso que alguien mas lo hiciera. Era su mejor amiga, y sabia que Rosallie se encariñaba muy fuerte con las personas de confianza. Sus lazos eran fuertes y ella nunca tenia las tijeras para cortarlos.

-Ella murió -se formó un nudo en su garganta.

-¿Qué? -Dijo ella de un modo inaudible-, ¿Me estás mintiendo?

Eso no podía ser cierto. Había estado con ella ayer, habían hablado y haber escuchado su voz fue un regalo muy grato.

-No, es enserio -la madre no quería hacerlo, pero debía hacerlo-, Amanda fue atropellada por un tren.

Rosallie empezó a sentirse débil, deprimida, estaba palideciendo, Sin darse cuenta una gota de lágrima recorría su mejilla. Su mejor amiga había muerto. Corrió a su habitación y su madre no se lo impidió, en su ligar, ella decidió quedarse un rato mas en la mesa escudriñando la lejanía.

Rosallie se tiró en la cama boca abajo y empezó a llorar dejando que las lágrimas se filtraran en la almohada. Sentía que todo era su culpa. Si la hubiera llevado en el carro nada de esto hubiera pasado. Se habían visto una vez ese día después de tanto tiempo por las vacaciones.

El llanto se convertía en palabras que desearía haber dicho. La almohada era su consuelo en un mundo sin sentido. No podía imaginar una vida sin ella, sin su risa, que la abrazar e en cada momento elocuente. No podia creerlo, no podía ser verdad. Secó sus lagrimas con el dorso de su mano y agarró su móvil de debajo de la almohada donde siempre lo solía colocar.

La Clase 09 ©Where stories live. Discover now