Capitulo 4

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Capitulo IV

— ¿Qué? —preguntó Eugeo sorprendido por tal afirmación, manteniendo aún sus dos brazos extendidos sobre los hombros de este formando una corta distancia.

— Tú viniste a nuestra reunión de estudiantes, sólo para verme — le dijo mirándolo fijamente a los ojos — No tienes amigos.

— Esto no es divertido — se quejó algo ofendido por tal cruel comentario.

Pero sus palabras quedaron silenciadas debido a que Kazuto volvió a continuar con su masaje con su mano derecha en la entrepierna del rubio.

Eugeo apretó levemente los hombros del azabache, al ser envuelto nuevamente por aquella placentera sensación, Kazuto continuó con sus masaje a ese punto de su anatomía que sabía perfectamente que era su debilidad, ejerciendo la presión suficiente para doblegarlo.

—Ah.

Sus caricias iban desde la raíz hasta la punta del glande de manera segura y confiada, como si en esos minutos que habían transcurridos hubieran sido suficientes para conocerlo a la perfección.

—Ah, Kazu...

Eugeo volvió a gemir provocando que Kazuto sonría de lado otra vez al ver como hacía que este cerrase sus ojos por el placer que le provocaba, y el rubio al percatarse de aquella sonrisa abrió sus ojos con mucha vergüenza y giró su rostro para evitar verlo.

— Vi la forma en la que me veías mientras bebías — le susurró.

Kazuto cuando su mano libre comenzaba a acariciar desde su delgada muñeca ascendiendo por su brazo haciendo a un lado aquella holgada manga larga que tenía el rubio.

Eugeo al sentir el frío del anillo que este traía recorrer su piel, provocó que los vellos de su piel se ericen.

— ¿Debería detenerme? — le preguntó Kazuto con la voz un poco ronca cuando se volvió a acercar a él.

Ambos se observaron en silencio durante unos cortos segundo, quedando a tan solo unos centímetros la distancia entre sus labios, Eugeo se encontraba con la boca entreabierta y de manera inconsciente elevó un poco la barbilla con la intensión de alejarse.

Sin embargo eso solo provocó quedar más vulnerable, ya que sentía claramente la respiración de Kazuto, por lo que su mirada quedase totalmente hipnotizada por aquellos par de ojos negros como la noche.

Su respiración se detuvo al sentir el calor de su cuerpo extenderse hacia el suyo.

— Haré lo que tú quieras — le dijo sin apartar su mirada de Eugeo.

Este se mordió el labio inferior indeciso y abre los abre segundos después tratando de negarse, sin embargo las palabras no salían de sus labios y lo único que podía hacer era observarlo mientras sentía como su corazón latía a mil por hora.

—Eugeo ¿Debería de tenerme? — le preguntó nuevamente.

El ojos color jade tragó en seco ante su pregunta, sus mejillas estaban totalmente coloradas y lo cierto era que, aunque debieran detenerse ya era tarde, por lo que terminó rindiéndose ante sus deseos, sin importarle aquella personas quién era la persona dueña del otro anillo.

Se unieron en un beso profundo que desataría la lujuria entre ellos, Kazuto introdujo su lengua en el interior de la boca de Eugeo de manera brusca, pero este la recibió gustoso, uniéndose en un acto que ya no tendría vuelta atrás.

— Quítate tú anillo.

Le pidió entre susurros a Kazuto cuando este se desabrochaba el cinturón para quitarse el pantalón, lo volvió a besar entre tanto ambos se quitaban toda su ropa, sus manos descendían por toda su piel...

Kazuto se encontraba posicionado atrás de Eugeo mientras acaricia el miembro del rubio, ambos se hallaban totalmente desnudos con sus cuerpos sudorosos arrodillados sobre la cama.

—Ah.

Se oían como Eugeo gemía de placer al sentir el buen trato que recibía su miembro por parte de Kazuto, estuvieron en esa pose por unos tortuosos minutos.

— Voy a meterlo — Dijo Kazuto cuando ya no pudo soportar las ganas de fundirse en el — Relájate — le dio un fugaz beso sobre a su espalda.

Antes de que Eugeo asienta con su cabeza, sintió como el miembro de Kazuto ingresaba lentamente en su interior provocando un gran gemido por parte del rubio, arqueó su espalda frunciendo su ceño al sentir como la intimidad del azabache ingresó hasta lo más a profundo de él.

Kazuto con un poco de torpeza lo empuja contra la cama provocando que el pecho de Eugeo rebote sobre el colchón. El rubio extendió sus brazos sobre las sábanas y con sus manos las estrujaba con fuerza mientras era penetrando.

El azabache lo observó por una décima de segundo para luego poner su mano derecha sobre sus caderas obligándolo a que las eleve poco, se detuvo un momento para acomodarse y así luego tomarlo por sorpresa al incrementar la velocidad de sus embestidas.

Mientras que este se encontraba con los ojos muy abiertos sintiendo cada movimiento que su compañero realizaba, lo penetra una y otra vez sin contenerse.

Eugeo sentía como el miembro de Kazuto salía y entraba de su interior a merced excitándolo mucho.

—Uhm — Kazuto soltaba pequeños susurros de satisfacción al sentir como su miembro era presionado por su interior

Con su mano izquierda lo tomo de las caderas para estar más sincronizados y para darle más placer retumbando de esta forma en la habitación aquel sonido que causaba el contacto entre sus cuerpos.

Aquellos ojos negros observaban fijamente las expresiones de Eugeo, mientras que su mente era inundada por recuerdos de sus años de cuando estaba en secundaria.

*****

— Yo me encargaré de Eugeo — dijo el doctor observando al rubio — Puedes regresar a tu clase — continuó anotando en su libreta mientras que Eugeo estaba sobre la camilla.

— Sí — respondió Kazuto abriendo su mano izquierda llena de los fluidos de Eugeo, cayendo un par de gotas de saliva al piso.

Este se encontraba de ida a paso lento hacia su salón recordando cuando había puesto su mano sobre la boca de Eugeo y esos eran pensamientos que se repetía una y otra vez...

Sacó su mano de la boca de Eugeo, el cual lo miró muy cansado, su boca y mentón estaba lleno de saliva, sin embargo su respiración estaba más normalizada.

— Lo siento — se disculpó Eugeo al ver como había manchado la mano del presidente con su saliva.

Kazuto se detuvo en la mitad del pasillo y observó su mano curioso al ver como aún la saliva de él continuaba en ella y después de pensarlo por un par de segundos acercó su mano izquierda con la palma abierta a su boca, sacó su lengua decidido a probar la saliva de Eugeo.


Capítulo 4 de 6.



Miss Lemons

Hiperventilation - Kirigeo YaoiTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang