Vamos a viajar en el tiempo. A un pueblo minero en Calgary, en donde Opal Higgins planea forjar su futuro como novia por correspondencia...
En el trayecto todo se desmorona y Opal conocerá a la gente que vive en Shadow Valley. Este es el comienzo de...
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Bleak llevó junto a Opal el Arcón a la entrada de la cantina, y se detuvo a explicarle la situación.
―Vine en mi caballo, tome esto para beber un café y aguárdeme a que rente una carreta para que lleguemos a mi hogar.
Opal lo miró dubitativamente. ¿Cómo estaba haciendo todas estas locuras todas juntas? ¿Dónde era que vivía Michael Bleak? Sin embargo ya que se había hecho la idea de todo, seguiría adelante. Tomó el dinero de parte del señor Bleak y entró en la cantina dejando su arcón a la vista.
Las mesas estaban casi vacías. Se acercó a ella el mismo señor canoso que la había despedido en la mañana del cuarto, el señor Motens, si mal no recordaba.
― ¡Con que la señora Thomas no resultó! ― Le saludó con un guiño afable.
― ¿Cómo se enteró? ― Preguntó Opal asombrada.
―En este pueblo se suele saber todo, señorita Higgins. ¿Qué le sirvo?
―Un café y un emparedado de atún. Disculpe...― Pensó en preguntarle si Bleak era alguien legítimo pero a último momento lo desestimó. No quería quedar como una chismosa frente al cantinero ― No nada. Tomo asiento aquí.
― ¿Vuelvo a prepararle el cuarto? ― Preguntó el Señor Motens, sin dudas tratando de averiguar un poco más acerca de la historia de la muchacha.
―No gracias. Solo el emparedado y el café por ahora. ― El señor Motens enarcó una ceja pero no dijo nada más que un solo asentimiento de cabeza. Fue detrás del mostrador de madera y comenzó a servir el café en la taza cuando los pasos de las botas de Stanton resonaron en el piso de madera. Opal levantó su cabeza y largó un suspiro como pensando... "¡Justo a quien necesitaba!". Aparentemente el mismo pensamiento atravesó la mente del oficial porque la vio y con una sonrisa se dirgió hacia ella, se ubicó en la silla opuesta y preguntó:
―Puedo sentarme un minuto a conversar con usted.
Opal estaba oficialmente preocupada pero no lo iba a decir en voz alta, sabía disfrazar sus sentimientos por lo que extendió su mano e invitó al oficial a sentarse en la silla.
Motens trajo el emparedado y el café y le preguntó a Stanton si deseaba algo. Stanton dudó, quería comer algo, estaba cansado, pero no quería hacerlo frente a la muchacha y después de todo estaba en su turno.
―No, muchas gracias. No estaré demasiado Louis. ― Eso de alguna manera desanimó a Opal pero no dijo nada en cambio pellizcó su emparedado y se llevó un trozo a la boca con cuidado. No iba a comer como un animal pero tampoco iba a dejar de comer solo porque el oficial estuviese allí. Motens se retiró y fue cuando Stanton comenzó a hablar.
― He intentado seguir la pista de los Blackthorns cuando me enteré que Bruce había ido a recoger el arcón con las cosas, algunos indicios fueron pisoteados por los muchachos y sus caballos. Sin embargo creo que tengo una pista sobre los cocheros.
