Capítulo 36

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Los ángeles del prado seguían mirándome. Fuimos caminando, realmente me sentí observada, incluso algunos hacía tímida reverencia, no entendía nada.

-¿Qué les pasa?- Le susurré a Alexis

-Es solo que les tienes sorprendidos.- Me dijo ella.- Los rumores han llegado hasta aquí, sobre lo de que acabaste con un demonio tu solita.-

-Bueno… yo solita… se puede decir que fue sin querer.-

-¿Sin querer?-

-Sí… en ese momento no controlaba lo que hacía…-

-Tranquila, cuando salgas de aquí eso no será un problema.-

-Eso espero.-

En la pradera también había varias cabañas de madera, bastante bonitas por fuera. Tan absorta estaba mirando a mi alrededor que no me dí cuenta de que Alexis se había parado y me dí de bruces contra ella.

-Perd…- empecé a decir

Pero mire la casa que había delante de mí ¿Casa? Eso era una mansión. No estaba hecha de madera, era de un blanco reluciente, la puerta estaba hecha de oro al igual que el tejado.

-¿Qué es esto?- Dije sorprendida

-Es algo así… como nuestro ayuntamiento, aquí están los archivos de los ángeles nacidos y muertos, nos llega información sobre diversos demonios o donde han aparecido, y luego tenemos que ir a… acabar con ellos.-

-Sois algo así como Hunters alados.- Ella se rió

 -Si algo así.-

Una vez entramos allí me informaron de que recibiría un entrenamiento por parte de Kevin, y me dijeron que esperara en la sala de entrenamiento.

Alexis me guió hasta allí, solo estaba a unos cuantos metros del “ayuntamiento”. Antes de despedirse de mí se giró.

-Por cierto, Kevin… es un pelín….- Dijo intentando encontrar las palabras adecuadas.- Al principio ten un poco de paciencia con él, puede llegar a ser... molesto, tu solo deja que coja confianza contigo, no le gustan demasiado los extraños. Adiós.- Dijo despidiéndose

Kevin… ¿qué tipo de ángel sería?

Miré donde me encontraba, era bastante espacioso, con las paredes cubiertas de un material bastante resistente, de un color gris brillante. Era raro... a excepción de un par de cojines en el suelo no había nada más en la sala. ¿Cómo me iba a entrenar así?

No dejaba de mirar a mi alrededor, estaba acostumbrada a salas de entrenamientos con un montón de máquinas, armas etc.

-¿Sorprendida?- Dijo una voz detrás de mí.

Yo me sobresalté y me giré hacia el recién llegado. Lo miré detenidamente, alto, pelo corto y negro, ojos grises, se le notaba musculado, con una barba de pocos días, piel levemente bronceada  y con una sonrisa burlona, le echaría unos 24 años. Llevaba puesta una camisa negra algo abierta, unos vaqueros y unas playeras negras. Lo veía demasiado normal.

-¿Os ponéis de acuerdo para llegar por la espalda o algo así?- dije sarcásticamente.

Él solo se rió.

-Veo que eres un poco asustadiza.-

-No lo soy.- Dije cruzándome de brazos.

-Ahora te pones a la defensiva.- Dijo todavía con su sonrisa burlona.

-Lo siento si has venido a molestar… puedes ir por dónde has venido, yo estoy esperando a alguien importante.-

-¿Así que ahora soy alguien importante?- Dijo entre risas.

Yo le mire extrañada, luego comprendí.

-¿Tú eres…?-

-Kevin, y tú Jennifer, supongo…-

-Y tú… me vas a entrenar, supongo.- Pregunté.

-Algo así.-

Hunters (Terminada)Where stories live. Discover now