Capítulo 17

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Me había incorporado de la cama. El demonio me miró y sonrió. Se acercó un poco a nosotros, pero Sam se puso delante de él.

-No pretendo hacerte daño, anciano.- Dijo sin dejar de sonreír.- Solo quiero enviarle un pequeño mensaje al angelito.- Su sonrisa hacía que me dieran escalofríos.- Quítate de mi camino.-

Pero Sam ya  estaba intentando atacarle. No parecía que llevara armas encima, así que todos eran golpes cuerpo a cuerpo, que el demonio esquivaba fácilmente.

-Eres muy lento anciano.-

Sam fue a acertarle un puñetazo, pero éste se agachó y con un único dedo envió a Sam hasta la otra punta de la habitación, atravesando la pared al lado de la puerta. Casi de inmediato Jack se puso delante de mí, le llamé para que no interviniera, tenía la impresión de que apenas había comenzado a liberar su poder. Jack no tuvo tampoco mucho éxito. A los pocos segundos ya estaba en el suelo justo al lado contrario de donde había aterrizado Sam.

Primero lo había visto a varios pasos de mí, pero en apenas un segundo se plantó delante de mí. Sin previo aviso me cogió del cuello y me empujó contra la pared.

-No deberías sorprenderte.- Me dijo el chico.- Dentro de poco tú podrás hacer lo mismo que yo, incluso más cosas.-

-¿Qué… es lo que… quieres?- Le dije yo entrecortadamente.

-Solo soy un mensajero, me envía tu querida madre.- Dijo sonriendo.- Tienes dos opciones, Jen, la primera es unirte a nosotros y jurarle fidelidad a tu madre mediante un conjuro, así consigues que tus amiguitos, tú y tu padre podáis vivir.- Y sonrió de nuevo, quería que dejase de sonreír.- La segunda, menos recomendable, es que intentes enfrentarte con nosotros, hay posibilidades de que consiguieras aniquilarla, pero… son muy pocas, además muchos de tus compañeros moririan en el intento, así que… la decisión es tuya.- Dijo soltando un poco la presión de su mano.- Sobrevivir sin guerras, atacar y salir victoriosos o… atacar y morir en el intento ¿Qué me dices?

Estaba llena de rabia, no hacía falta que me preguntara eso. En ese momento de furia sentí… sentí como si algo dentro de mi estuviese a punto de estallar.

-¿No está claro?- Le dije en un susurro.

-¿Qué? Habla más alto.- Dijo él acercando su oído.

-¡Jamás me uniré a una mujer como ella, lo único que busca es utilizarme para sus propios fines, así que puede irse preparando porque si quiere una guerra, la tendrá!- Le grité. Él me soltó sobresaltado y se alejó un poco.- Así que mejor será que no me rete, me tiene muy cabreada y no sabe con quién se la está jugando, y jamás me uniría a un grupo de escoria como vosotros.-

En ese momento, sentí que algo en mi explotaba, primero fue como si hubiera una fuerte ráfaga de aire, luego al chico de alas negras le envolvió una gran bola color azul, que en cierto puntos brillaba. Tuve que protegerme los ojos, no entendía que estaba pasando, ni que era eso.

Cuando la bola desapareció el chico había perdido un brazo y una de sus alas, parecía muy sorprendido. Sangraba por muchas partes de su cuerpo. Yo, ante esa escena, estaba horrorizada ¿Qué había hecho? El cayó de rodillas, y alargó su brazo hacia mí, aunque obviamente no podía alcanzarme.

-¿Qué… has hecho?.- Dijo todavía con una expresión de asombro y dolor en su rostro.- ¿Cómo… has hecho… eso?- Después de hablar escupió sangre y se desplomó en el suelo.

Yo me preguntaba lo mismo, solo me sentí furiosa y de repente apareció eso antes mis ojos. El chico no dejaba de sangrar, sobre todo por su brazo y ala izquierda.

Miré a Jack, se estaba incorporando otra vez. Sentí un gran alivio al ver que no le había pasado nada grave. Miré también hacia la dirección de Sam, una enfermera estaba ayudándolo a levantarse, vi que salía sangre desde detrás de su cabeza, sería al recibir el golpe. Me puse sobre las rodillas para ver mejor al chico.

Jack se acercó a mí, miro hacia el chico, luego a mí y otra vez a él.

-¿Cómo has hecho eso?- Me preguntó sorprendido.

-Eso mismo quisiera saber yo.- Le miré.- ¿Lo he matado?

-Realmente no lo sé, pero por las heridas que tiene creo que sí.- Me miró con una sonrisa.- No te preocupes por eso, me alegro de que estés bien.

Se sentó sobre la cama y acercó su rostro al mío. Y por fin llegó el esperado momento, Jack unió sus labios con los míos, y esta vez sé que era consciente de ello. Fue un beso tierno y dulce, aunque luego se convirtió en uno más pasional, duro varios minutos, aunque por mí podría haber durado horas, días, semanas, que no me importaría…

Jack era todo lo que necesitaba en ese momento.

Hunters (Terminada)Where stories live. Discover now