Hunters (Terminada)

Capítulo 15

Me desperté de nuevo en una sala de recuperación. Miré a mi alrededor, no había nadie por ahí. No intenté incorporarme, sabía que pasaría, sentía un escozor en mi espalda, si me levantaba sería peor. Esperé mucho rato hasta que entró una de las enfermeras, pero nada más entrar, con la misma salió.

-Ya está despierta.- Le oí decir desde el otro lado de la puerta.

En ese momento entraron Jack y Sam. Ambos muy serios, Sam se sentó en una silla a mi lado, Jack en el borde de la cama.

-Tenemos muchas cosas que decirte.- Dijo Sam.

Yo simplemente asentí. Sam miró a Jack y éste también asintió.

-En fin, cómo empezar…- se quedó pensativo.- Bueno… te habrás dado cuenta de que eres un ángel.- Dijo en tono sarcástico.-

-Jack, vete al grano.- Le pedí.- ¿Por qué a Patri le interesaba que despertara? ¿Por qué intentaron matar a mi padre? ¿Qué tengo que hacer a partir de ahora?, porque… yo no soy un hunter,  así que no puedo seguir aquí-

-Es cierto que no eres un hunter, pero un ángel posee todas las cualidades de los seres que habitan con nosotros, hay una leyenda sobre eso:

“Se dice que un ángel creó a las razas. A un humano  le concedió la inmortalidad, pero tuvo que morir antes de eso, y como estaba muerto necesitaba sangre para sobrevivir, los vampiros. A otro la capacidad de transformarse, aunque por alguna razón solo en lobo, los hombres lobos. Después la capacidad de respirar bajo el agua, y le concedió una cola de pez para nadar por las fuertes corrientes, las sirenas. A otro, la capacidad de tener una gran puntería, y unas orejas alargadas que le permitiría escuchar perfectamente lo que ocurriera a su alrededor, los elfos… Y así hasta completar a todas las razas. Pero decidió hacer una última especie, alguien que en caso de que alguno se descontrolase pudiera pararlo, ya que a cada uno también le añadió una debilidad. Y esos somos nosotros los Hunters, capaces de tener alguna de las habilidades adquiridas por el ángel y de crear armas contra esas especies. Sin embargo nosotros somos fáciles de matar, no como ellos, que tienes que matarlos con un arma específica.”

-¿Ves, Jen?- Me dijo Jack con una gran sonrisa.- Nacimos de alguien como tú, así que somos parte de tu especie y tú de la nuestra, podrás seguir con nosotros.-

-Me alegra no tener que alejarme de todo esto.- Dije sonriendo, realmente me agradaba este lugar.- Y en cuanto a lo de mi padre...-

-Tu padre también era un ángel.- Dijo Sam.- Pero no solo eso… él era tu guardián, y el único que conoce la entrada a… el cielo por así decirlo, así que se lo llevaron seguramente para…- Tragó saliva.- Para torturarlo, supongo, y torturar a un ángel es realmente fácil, ya que puedes hacerle daño, pero nunca podrás matarlo, a no ser que seas otro ángel, o un demonio.

-Espera, espera, espera- dije yo horrorizada.- ¿Mi padre puede estar siendo torturado en este momento? ¿Y cómo que era mi guardián?-

-Bueno…- Sam miró a Jack

- Es algo dentro de ti Jen.- Dijo apoyando su dedo índice en mi frente.- Tienes dentro de ti un poder que en sus manos sería terrible. Al ser tu padre le asignaron la tarea de protegerte-

-¿Un poder? ¿qué poder?

-Ahí no puedo ayudarte, yo no lo sé, y Sam tampoco lo sabe.-

-¿Qué quisiste decir con que mi poder es sus manos sería terrible?- Le pregunté.- ¿A quién te refieres?

Sam y Jack se miraron.

-Me refería a tu madre, Jen.-

-Déjate de bromas Jack, ¿Cómo que mi madre?-

-No la madre que tú conoces, ella no es tu madre de verdad.- Lo decía en serio.- Tu madre de verdad se convirtió en un ángel caído, es decir en un demonio y quería que despertaras porque si no… no podría conseguir eso que tienes dentro de tí.-

-En resumen.- Dijo Sam.- Tu madre vendrá algún día a matarte, pero nuestro plan es ir nosotros a por ella.-

-¿Vuestro plan?- Le pregunté.- Supongo que sabíais que esto sucedería antes que yo, ¿Me equivoco?

Ellos asintieron.

-Salid de aquí.- les dije en un susurro.

-Pero Jen…- comenzó a decir Jack

-¡Que salgáis de aquí! – Les grité.

- Lo siento.- Digo Jack en un susurro que apenas logre oír.