Lo mejor de este universo. (Bills x Shin)

¿Sueño?

— Shin... Shin... ¡Shin!

— ¡AH! — despierta sobresaltado.

El destructor yacía dentro del pequeño cuarto escondido, arrodillado aun lado del cuerpo del Kaioshin, le pareció bastante raro verlo dormido ahí.

— Con que ahí están todas mis ropas, ¿he?

— ¡Bills! — se sienta y lo abraza con todas sus fuerzas.

— Veo que me has extrañado. — correspondiendo el abrazo con cariño.

— Bills... tuve un sueño muy feo... — se separa un poco y le mira a los ojos con mucha tristeza.

— Los sueños solo son sueños, Shin... pero puedes decirme que fue lo que soñaste.

— Yo... — desvía la mirada, agachando su rostro y piensa unos segundos, su sueño había sido muy desagradable, y no deseaba agobiar a su pareja. — creo que lo olvide, no fue la gran cosa.

— Oh, mi pequeño Kaioshin, nada malo te pasara mientras yo esté aquí. — lo vuelve a abrazar con aún más cariño.

Su conciencia estaba intranquila, había dejado el planeta sagrado sin decir palabra alguna, era un irresponsable y un cobarde, además de que temía por su seguridad, la suya y de las personas que amaba. Necesitaba arreglar aquel asunto pendiente, aún estaba en una relación, aún era el supremo Kaioshin, aún tenía ese gran peso sobre sus hombros, en secreto podía envidiar la vida de Bills, un Dios que nunca hacia absolutamente nada por su universo y se la pasaba de lo más tranquilo, nadie le molestaba ni se metía con él. No sabía si era por el embarazo pero cada día se sentía más sensible ante todo, dándose cuenta que solo se preocupaba por sí mismo, no había pensado que pasaría cuando su hijo naciera.

Llego la noche y ambos se fueron a dormir, pero el menor se quedó despierto toda la noche, acostado boca arriba, su mente divagaba en nada y a la vez todo, mientras su pareja al lado suyo roncando.

El sol se asomaba por la ventana y el felino fue despertado ahora por el sonido ruidoso de cajos de muebles siendo abiertos, lentamente abrió sus ojos visualizando al Kaioshin recogiendo sus pocas pertenencias molesto.

— ¿Qué haces, Shin? Aún es muy temprano para hacer lo que estés haciendo. — bostezo aún somnoliento.

No recibió respuesta, como si fuera invisible, solo fue ignorado.

— ¿¡Shin!? — se levantó de la cama y se colocó detrás de él, tomándolo de las muñecas, usando poca de su fuerza, solo quería detenerlo.

— ¡Déjame en paz, Bills! — Forcejeo y se zafo, continuando en su acto de empacar sus cosas.

— ¿Te piensas ir...? ¿Cómo piensas irte? ¿A dónde? ¡¿Por- porque?!

— No me siento cómodo aquí... ni contigo.

— ¡¿Eso que significa, Shin?! ¿Qué no me habías dicho que me amabas? ¿Cómo puedes decir eso?

— Bills... no hagas esto más difícil... regresare al planeta sagrado.

— Por supuesto llegaras tan normal 'así'. — se refería al embarazo.

Se quedó callado, sintiendo un nudo en su garganta, un nudo amargo, quería decirle una y mil cosas, sus motivos, la razón de sus acciones, la raíz de todo, aunque el felino ya sabía una buena parte de todo lo que había sufrido en su pasado. Solo lloro, las lágrimas cayeron por su mentón, sin emitir ruido alguno.

— Tal vez no le he estado tanta importancia a lo que te ocurrió, puede que sea mi culpa que estés así... me pone bastante tenso el hecho de que no puedas ser completamente feliz... Quiero ponerle fin a esto y lo haré.

— ¡Bills!

— ¡¿Qué?! — se apartó del varios pasos. — He sido bastante paciente... ¡pero mi paciencia se ha agotado! — Camino fuera de la habitación, estaba decidido en ir a destruir ese estúpido planeta, el planeta sagrado y todos los que habitaban en el morirían, después de todo fue ahí donde el Kaioshin sufrió todos sus traumas y aun peor, quien le había provocado tanto daño en el pasado aún seguía con vida.

— ¡No lo hagas! — le detuvo del brazo.

— ¡Esto ya fue suficiente, Shin! — estaba más irritado y furioso-. — ¡Soy capaz de destruir el universo entero...! porque si tú no puedes ser feliz, nadie más merece serlo

Una vez más no sabía que responderle. Tarde estaba comprendido que se seguía aferrando a lo que fue, y eso mismo estaba arruinado su relación con el destructor. Simplemente soltó su mano del agarre del brazo ajeno, dejaría que el mayor hiciera lo que más le pareciera correcto.

Notas de la autora:

Es un capitulo demasiado corto, sinceramente no pensaba en continuar esto por dos razones, la principal es que me hice bolas, no se que camino esta llevando la historia... y el segundo es que pensé que nadie seguía mi fan fic pero vi que si. XD Así que solo por eso tratare de darle un final lo más rápido posible, aunque ya ni se que escribir ni que meterle.