Capítulo 1: Nocturnal Depression, nostalgia

153 18 3
                                    

Apartamento 301:
Sonó el ruido de las llaves del otro lado de la puerta, y esta se abrió al instante. Una figura alta, delgada y pálida ingreso al apartamento. Entre los mechones oscuros de cabello que habían caído sobre su rostro, se notaban unos ojos cansados. Agustín, sabía que la rutina le estaba consumiendo la vida que le quedaba. Y eso, claramente se notaba en todo su cuerpo y en todos sus movimientos. Hacía un mes exacto, desde que Agustín abandonó a su pareja Lucía, y se había ido de la banda de metal en la que estaba. Es decir, había perdido a sus amigos de la infancia, y a su pareja de hace cinco años, por llegar tarde a un ensayo. En la casa se notaba la ausencia de algunos cuadros, ya que en esos lugares donde antes había fotos de su pareja y amigos, ahora solo quedaba la marca en la pared de la pintura más oscura. También la heladera había sufrido modificaciones, donde antes había variedad de alimentos, ahora solo se podían encontrar cervezas, y gelatina con forma de ositos. El reloj marcaba la diez de las noche cuando la regadera comenzó a largar agua, y a empapar así su cuerpo delgado, poco a poco todos sus músculos comenzaron a relajarse.
Su memoria viajo al pasado, y recordó todas esas duchas que había compartido con su compañera, se vio a si mismo, sonriendo a pesar de que la rutina seguía siendo la misma que ahora. Su rostro, ya mojado por el agua del duchero, ahora también lo estaba por las lágrimas. Sus ojos, fijos en la loza negra del baño muy lejos estaban de verlas. Ahora, estos veían a Lucía sonriendo en el pasado, diciéndole que lo amaba. Veían los primeros besos, las caricias, las citas, las promesas, los viajes juntos, las enfermedades que paso a su lado y por último, la veía besando a su mejor amigo. La rabia volvía a crecer dentro de el, y por más que sus ojos no veían la losa oscura, su puño si que la sintió, cuando se impactó sobre esta.
-Diooos, putamadre- Agustín nunca creyó en dios, y ahí no estaba intentado comunicarse con el, solamente rugía por el dolor en su mano, que no paraba de crecer.
Decidió que era mejor olvidar algunas cosas, y seguirse bañando, no quería tener que ir al hospital otra vez por alguna de sus imprudencias.
A la media hora las luces del baño se apagaron, y se encendieron las del cuarto. Este era el peor lugar de la casa, y el lo sabia. Había tenido que prender fuego las sabanas, frazadas, acolchados y almohadas. Por alguna razón, todo parecía estar cubierto de su aroma. Incluso ahora podía sentirlo levemente, y el sabía que eso era imposible. Ya que había lavado esa habitación en el mes más de diez veces. Decidió ponerse una remera negra, y unos pantalones deportivos. A esa hora de la noche, no saldría a ningún lado.
Para completar su rutina diaria, fue a comer gelatina de ositos y por último, agarró la guitarra.
Esta era su pasión, la música. Todo de ella. Antes amaba a su banda "CAOS INFINITO", pero a pesar de no formar más parte de ella, no había dejado de tocar. Ya no las canciones de la banda, porque le recordaban a la voz de su mejor amigo. Pero si hacía covers de grandes artistas. Y esta noche no sería la excepción. La música lograba hacer que el se perdiera en ella, y dejara de pensar. Aunque, siempre estaba muy ligada a su estado de ánimo.
Eran las 22:59 Cuando tomó la guitarra e hizo el primer acorde. A las 23:00, su voz ya había comenzado a resonar en su apartamento y en el de abajo. Nostalgia de Nocturnal Depression llenaba en el ambiente, y se llevaba parte de la tristeza del joven Agustín.

Apartamento 201:

A las diez de la noche, Rodolfo y Teresita, oraban agradeciéndole a dios, por la cena que estaban por saborear. En la sala sonaba el informativo diario, contando sobre la muerte de una mujer a manos de la persona que la violó, un nuevo feminicidio.
 - Que horror, ojala dios la guarde en la gloria.- Comentó Teresita, al escuchar la noticia.
 -Decían que regresaba sola de una marcha a favor del aborto, era de noche y estaba alcoholizada. Lo estaba buscando, estas jóvenes de hoy en día, que no se hacen respetar.- Acotó Rodolfo.
 -Pobre chiquilla, estaba perdida en la vida, su alma no podrá alcanzar la paz-
-Oremos por ella, Teresita- Y así, con el puré a mitad terminar, Rodolfo y Teresita volvieron a rezar.
 -La hija de la Marta se compró un auto, no se de donde habrá sacado el dinero.
 -Y Ester, está otra vez embarazada, aun no se sabe quien es el padre.
 -El mundo está cada vez más gobernado por el diablo.- Susurro Teresita.
 -El que está gobernado por el diablo es Agustín, no viste las cosas que grita de noche, para mi que es un ritual satánico- A Rodolfo le daba miedo la música que cantaba Agustín, ya que esta era muy ruidosa y generalmente en otros idiomas.
 -Hace tiempo no veo a Lucía, debe ser por los rituales satánicos que se separan-
-Martha, de seguro Agustín la uso para un sacrificio-
 -Que dice, Rodolfo, hay que llamar a la policía- El pánico en la mesa iba en aumento. De fondo los policiales del informativo seguían apareciendo, con más muertos, más secuestros, y más miedo. Nada de esto ayudaba al ambiente en la mesa.
 -Vamos a rezar por el alma de Lucía, mira si por llamar a la policía después nos hace un gualicho- Así Teresita y Rodolfo volvieron a rezar.
 - Rodolfo, a mi me da miedo vivir acá. Yo no sé qué puede hacer Agustín, mira si embruja la casa con su música diabólica.-El sonido de la televisión se dejó de escuchar, y toda la habitación de llenó de la voz de Agustín, que estaba cantando una canción de metal, por lo tanto modifica su tono.
-Teresita, llama al pastor, dile que nos vamos a mudar para la iglesia ya mismo, hasta encontrar otro hogar.

 Esa noche, Teresita y Rodolfo abandonaron el apartamento junto con todas sus cosas. Dejando tras de si, una casa que tantos recuerdos tenia. Dejando paredes desnudas y salones vacíos, para que formen parte de la historia de otra persona. 

Agustín y Tomás; entre notas y paredesحيث تعيش القصص. اكتشف الآن