El problema ronda que durante las últimas tres noches nos hemos encontrado, las cuales no he podido tolerar no tocarla, no es que no pueda vivir sin ella porque en realidad puedo hacerlo, pero es de menos que hacerme calentar con su ropa de pijama es algo que no soporto. Y aunque esas tres noches apenas he podido besarla y tocarla, no han sido suficiente y son por dos motivos. El primero siempre alguien se despierta en la madrugada haciendo que ambos nos separemos del casi el sexo duro que podemos tener porque pueden atraparnos y segundo, no he tenido tiempo de concentrarme bien desde que sé que Ginger está aquí.

Sí... La amante de mi padre bajo el mismo techo. ¿Cómo sucedió eso? Fácil, mi madre invitó a la madre de Ginger y a ella a que también nos acompañará al viaje. Y es que hasta el momento no he tenido el valor de contarle a mi madre que la hija de su mejor amiga se está acostando con mi padre y ambos son unos hipócritas porque desde que estamos todos viviendo en la misma cabaña, ellos hacen como si solo fueran amigos mientras que en la noche tengo la impresión que se van de la cabaña, alquilan un hotel y se deben de estar follando como conejos.

Pensar eso me provoca asco y molestia, no es fácil tener que vivir con una mentira más grande de las que he ocultado últimamente, amo a mi madre y me duele saber que una noticia así la romperá, aún ni siquiera sabe que Ruby tiene hemocromatosis y cáncer de hígado porque tanto ella como Alaska han intentado esconderlo para evitarle un mal gusto a mi madre. Pero sé que pronto ella lo sabrá y su mundo se irá abajo y si le llega a la vez, la noticia de mi padre, es probable que eso la derrumbe.

Suspiro y puedo ver como una pequeña capa de aire caliente brota encima de mí por mi aliento, hace frío pero la vista es hermosa al lado de un buen café y encontrarse arropado. Quisiera tener más momentos como esté pero no puedo estar tranquilo teniendo en mente dos problemas en uno, el más importante es el que me está matando pero el otro, solo es una simple excusa para alejar a otra mujer de mi vida.

— ¿Despierto tan de mañana?—me doy la vuelta y la veo con una pequeña sonrisa.

Oh mierda. Porque las mujeres pueden ser tan sexys a plena mañana, ni siquiera puedo describir lo mucho que me gusta y me deleito mirando a Alaska con un vestido de pijama corto color rosa, un suéter a juego y sus cabellos cayendo en cascada por sus pechos... Me gustaría tomarla aquí mismo pero no. Concéntrate Pierre, alguien puede estarlos mirando y es posible que lo poco que has resistido los últimos días se vaya a la basura por tu terquedad de querer sentir de nuevo a Alaska bajo tu cuerpo.

La última vez que estuve con ella fue el día del evento, después que termino, nos fuimos a una de las habitaciones del hotel y ahí, la hice mía por tercera vez, me encanto verla con aquel vestido pero me quedé sin palabras al solo verla con el ligero y los cubre pezones, eso me incentivo a no perder el tiempo y volver a tenerla solo para mí.

—Y ¿tú?—me apoye en las barandas del balcón.

—Nah, solo voy por un té... me estoy muriendo del frío. —Reí.

— ¿En serio? O es una mentira como el típico vaso con agua. —Elevé una ceja.

—Eso quisieras escuchar—se dio la vuelta para darme la espalda.

Mis ojos recorrieron su espalda hasta su trasero en donde pude ver como esté se mueve en un buen ritmo que acelera mi sangre y el latido de mi corazón.

Contrólate... Respira... Piensa de forma coherente.

Me muerdo el labio creando diferentes imágenes de Alaska desnuda y yo penetrándola contra la pared, en la encimera, en la baranda, en mi cama, en la alfombra, en los sillones de la sala... Dios, porque tenemos que tener compañía.

Me quedo en mi lugar y dejó que se vaya, es una mala idea tener que perseguirla y más ahora que ya está amaneciendo y todo el mundo empezará a despertar. Tengo que controlar mi masculinidad y mi excitación para no irla a buscar y si es posible meterla entre el cuarto de limpieza solo para tenerla unos segundos. Esa mujer me matará.

Amores Perdidos [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora