Capítulo 4

2.1K 143 5
                                    

"El destino se lleva siempre su parte y no se retira hasta obtener lo que le corresponde"

Haruki Murakami

***

Observo como Miranda tira la copa de vino con molestia al comentarle por enésima vez que no aceptare la propuestas de cenas con Pierre hasta que me sienta segura que él se esfuerza por buscar algo más que sexo en la cita; mi amiga, la cual puedo compartirle cualquier cosa sea o no que tenga que avergonzarme y dejar en evidencia que no existe pudor entre los últimos mensajes que confiscaron que Pierre me seguirá insistiendo hasta buscar lo que quiere de mí.

La noche fue peor de lo que esperaba, tanto que sueños húmedos, como los hace llamar Miranda, llegue a tener; para ser sincera, me avergüenzo al recordar cada uno de los movimientos fieros y salvajes que Pierre consiguió para tenerme bajo su dominio, o como no tardo en meter sus manos bajo mi falda para acariciar mis muslos y eso sin decir que casi sentí real de cómo sus labios fueron rozando cada parte de mi piel sin dejar una escasa huella de sus besos. Simplemente, todo fue un sueño y aunque estoy consciente que todo fue provocado gracias a sus estúpidos correos los cuales hicieron que no evitara olvidarlo ni en sueños, no me quejo que por lo menos pude fantasear un poco sin haber tenido que idear que estaba cayendo bajo sus efectos varoniles en el mundo real.

—Te odio, si hubiera sido yo...—empezó a sacar una cajetilla de cigarros.

—No fumes aquí, nos pueden sacar—le dije por lo bajo.

Miranda puede vivir sin el tabaco pero cuando comienza a sentirse ansiosa o estresada, no le queda otro remedio que recurrir a su amigo fiel, el cigarro. Creo que por un lado, me he ido adaptando a la idea de verla fumar cuando no tolera situaciones en las cuales hay peligro, daño emocional o errores que ella no hubiera querido cometer; pero cuando se trata entre amigas, ella se frustra de forma momentánea si nosotras, no logramos salir adelante o no nos esforzarnos a intentar tomar decisiones arriesgadas que nos pueden llevar al éxito, puedo decir, que por un lado ella tiene suficiente razón, pero por otra, cómo podré lidiar con asuntos que para mí lo siento superiores cuando el resultado puede llegar a ser insuficiente, inconcluso o malo; llegando a la conclusión que puede terminar para mí, cometiendo errores o al final, terminar por tener miedo.

— ¿Por qué no lo intentas? ¿Por qué te preocupas tanto por el sexo?—unas personas de nuestro alrededor se dieron la vuelta para verla.

—Baja la voz, no es necesario que lo grites hasta China—le dije avergonzada.

—Sabes, te ahorre una pequeña investigación cuando me llamaste y dijiste que querías hablar sobre él—elevé mis cejas un poco sorprendida.

— ¿No tenías que entregar reportes esté día?—hice un gesto de indiferencia.

—Sí pero, puedo con ello—me guiñó el ojo.

Observé como saco su IPhone X para buscar la información necesaria que ha llegado a buscar de Pierre, me prometí no seguir confiscando más datos sobre él después que pensé que estoy haciendo lo incorrecto y eso puede llegar a llevarme a una obsesión, en donde sé que corromperé mis propias reglas de castidad hasta terminar por caer en su trampa como un anzuelo fácil.

El problema surgió que cuando Miranda me paso su celular, no tarde en agarrarlo, por lo tanto supe que no puedo ni siquiera controlar el impulso de rechazar la información cuando me es facilitada y lo cual lo único que debo de responder para no aceptarla debe ser un sencillo «no» para librarme de cualquier tonta ilusión que pueda crear en mi cabeza.

—Puedes creerlo, un alumno honorable con una licenciatura en ingeniería civil y luego una maestría en economía y negocios, eso sin decir que es una persona muy importante del país y ha conocido a la reina Isabel II. —Reí al ver su rostro lleno de emoción y diversión.

Amores Perdidos [+18]Where stories live. Discover now