Nadie se puede enterar ®

Capítulo 11

Sus labios no se mueven, al igual que los míos.

Sus manos sostienen mis mejillas, las mías tratan de reaccionar para alejarlo.

Sus ojos están cerrados, los mios se cierran cuando logro ver al señor de la pizzería pasando corriendo al lado de nosotros.

Y ahí es cuando entiendo todo.

Solo está tratando de ocultarme.

1; 2; 3; 4; 5; 6...

Creo que ya.

Empujo a Luke, haciendo solo que retroceda un pequeño paso.

—Ya se fue. —digo evitando verlo.

—Lo sé.

Entonces, ¿por qué no se aleja?

Sigue estando muy cerca mío.

«Retrocede tu, tonta»

Cierto.

Intento dar un paso atrás pero Luke lo impide.

—¿Q-qué haces?. —tartamudeo nerviosa.

—¿Qué crees que quiero hacer?.—dice acercándome más a él.

Dios, no...

—Quiero volver a besarte.

***

—¡Qué hizo que!

—No grites. —le tapo la boca a Kai. —No cuentes esto a nadie, ¿entendiste?. No quiero que nadie de la escuela se entere.

—Sip, generala. —hace un saludo militar. —Espera... ¿Qué hizo después de besarte?

—Bueno... Él... Y luego yo... —digo arrastrando las palabras.

—¡Se volvieron a bes...! —no termina de gritar. —Espera... ¿¡Ese fue tu primer beso, cierto!?¡Todo estuvo mal, no debió ser así! Tu querias que fuera con un chico el cual te guste mucho. Entonces... ¿Eso quiere decir que él te gusta? ¿Y él plan I? ¡TU NO PUEDES ENAMORARTE DE ÉL!

—Callate. —espeto. —El no me gusta, no exageres.

—Se besaron dos veces. —dice haciendo un dos con sus dedos. —La primera puede ser aceptable porque él te quería ayudar. Pero el segundo beso... en ese momento no estaba el señor ni nadie.

—No hu...

—Sigueme, tenemos que hablar. —dice Luke parándose al lado mío.

—¿Qué sucede?. —pregunto pero él ignorándome comienza a caminar.

¿Ahora qué sucede?

Le doy una mirada a Kai y empiezo a caminar detrás de él por el pasillo vacío de la escuela.

—¿Qué pasó? —no responde. —¿Qué tenemos que hablar?. —sigue ignorandome. —¿Me vas a decir o no?. —digo y me detengo mientras él sigue dando unos pasos más.

Cuando veo que dobla hacia otro pasillo, me doy la vuelta y regreso a mi casillero.

Algo me dice que no se ha dado cuenta que lo deje de seguir.

En fin, cuando estoy a unos pasos de llegar a mi casillero. Kai, quien sigue ahí con su celular en mano, me hace una expresión que no entiendo.