Nadie se puede enterar ®

Capítulo 6

—¡Atención, jóvenes! —exclama el profesor mientras entra al aula, pero como siempre nadie le hace caso.

Contemos.

1
2
y... ¡3!

—¡Cállense, burros idiotas! —grita.

En mi escuela hay un único profesor que le puede gritar de esa forma a los alumnos.

¿Por qué?

Fácil, es el hijo del director.

Steven Willson, mi primo. O el amor platónico de muchas que han sido sus alumnas. Y la verdad también hubiera sido mi crush sino fuera mi primo y si solo lo conociera de vista., tiene 25 años y es bastante guapo.

Su único defecto es su carácter.

Enojón, negativo, gritón, egocéntrico, dramático y cobarde. Es lamentable que todas esas chicas que están tras él no conozcan su carácter, bueno... Solo conocen el lado gritón.

«¿Por qué hablas de tu primo?»

Ayer al terminar el horario de clases busque a Luke, para hablar con él y lo encontré en el estacionamiento.

Me miro mal, me desprecio y recibió un golp... varios golpes.

Mi primo es bastante sobre protector, sobreprotector conmigo.

Luke no debió ignorarme.

Ayer en el estacionamiento.

—Luke... —es la quinta vez que lo llamo. —Lo siento... No debí gritarte. Pero la verdad no sé porque estas tan enojado por eso.

Veo que está por abrir la puerta de su auto y me paro delante para evitarlo. 

—Solo escuchame, ¿si?.

Mira a otro lado claramente fastidiado.

—Muevete.

Niego con la cabeza.

—No seas... Muevete. —vuelvo a negar. —¡Aish!

—Solo escuchame.

—No quiero, muevete.

—¿Por qué eres tan obstinado?. —le pregunto.

—¿No te moverás?. —me dice.

—No. —estoy por decir algo más cuando me interrumpe.

—Okey. —dice y me agarra del hombro con fuerza moviéndome de la puerta del auto hacia el piso.

¡Idiota!

¡Me has agredido físicamente!

«Exagerada»

¿Cómo te atreves?

Apenas me levanto lo comienzo a golpear por todos lados.

—¡Imbécil!. —le grito y le doy otro golpe en la cabeza. —¿¡Cómo te atreves!? ¡Solo quería disculparme! .—se empieza a oír sus quejidos de dolor.

¡Já! ¡Qué te duela!.

—¡Estás loca!. —exclama mientras trata de evitar mis múltiples golpes.