Capítulo 26

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EMMA

Gracias a mi padre pude dejar por unos días la escuela e irme a su negocio familiar para "ayudar" un poco, mi papá le dice trabajo de campo.

Y es muy literal, mi padre y sus hermanos con mucho esfuerzo y prestamos lograron abrir un parque only camping, lo que con el tiempo pudieron instalar cabañas para quienes lo soliciten. 

El día de hoy llegaron un grupo de estudiantes, por lo que, aunque hoy era mi día libre, me pidieron que me quedara ayudando a Aaron, el hijo del administrador recién jubilado del parque.

—¿Emma?

—¿Qué haces aquí, Luke?

Él estaba ahí parado mostrando en su mirada la misma confusión que yo. Lo que me aseguro que Luke no tenía la más mínima de que yo estaba aquí.

De pronto dejo de ver su rostro frente mío para sentí un golpe en mi mejilla que me hace tambalear.

—¡No puedo creer que fueras tan zorra para venir hasta aquí para seducir a mi novio!. —grita Lía e intenta darme otra cachetada, pero esta vez la detengo.

Yo puedo ser muy estúpida pero no tanto como para dejar que me traten de esta forma.

Levanto mi mano para devolverle el golpe en su mejilla, pero Luke agarra mi muñeca deteniéndome.

—Déjala.—dice Luke mirándome fríamente a los ojos.—Sígueme.

Iba a seguirlo, enserio iba a seguirlo. Pero no lo hice al ver que esa última palabra no fue dirigida a mí si no a Lía. Luke me soltó y sostuvo la mano de ella, luego los vi irse de la mano alejándose cada vez más de mi.

Pensé que Luke me lo decía a mí, realmente lo pensé. Pero cuando soltó mi muñeca y sostuvo la de Lía supe que él enserio estaba interesado en ella y no en mí.

Dejé ver verlos y fijé mi vista en todos los demás chicos que estaban rodeando la fogata, todos me miraban mal, juzgandome de algo que no hice.

Me di la vuelta, cerré la puerta de baño y me fui directo a mi cabaña.

—¿Estás bien, Emma?. —me dice Aaron detrás de la puerta.

—Sí, si no hay nada más que hacer, voy a dormir de una vez. —le respondo y sin esperar respuesta alguna me pongo mis audífonos y me acurruco bien.

•••

—¡Emma, despierta! Ya nos vamos.

Me despierto con el grito de Aaron y lo primero que hago es entrar a Spotify, subir todo el volumen y hacer click en mi lista de reproducción "MODO PERRA".

Me desperté durante la madrugada y me decidí. Desde hoy cambiaré, comenzaré desde cero, olvidando todo lo que ha sucedido. Y para eso es bueno tener canciones que te motiven a ser cada día más perra.

Me ducho, me cambio con lo mejor que tengo, me maquillo tratando de verme lo mejor posible y obviamente lo logré.

—¿Lista?—escucho la voz de Aaron nuevamente y está vez salgo con mi maleta.

—Buenos días. —lo saludo sonriente. —Apúrate vamos. Tengo algunas cosas que hacer y voy a necesitar todo el tiempo que pueda. —insisto y lo empiezo a empujar hacia su auto.

—No sé que te pasó hoy, pero me encanta. —dice haciéndome reír.

Nos llevó unas 4 horas llegar a la ciudad, lo cuál fue genial ya que eso me daba más tiempo.

Nadie se puede enterar ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora