Nadie se puede enterar ®

Capítulo 5

—Llegas tarde. —dice Chase.

Quiero mi helado.

—Lo bueno siempre se hace esperar, ¿no es eso lo que siempre dices?.

¡Ego!

¡Wiuwiuwiuwiuwiu! ¡Ya llegó el señor ego!

— Luke... —Veo que Chase lo amenaza con la mirada.

Niños -.-

—¿De que querían hablar conmigo?. —digo y como resortes posan su mirada en mi.

—Yo querí. —empieza a hablar Chase pero el otro idiota lo interrumpe.

—Quería solucionar las cosas, pero a solas. —recalca "a solas" mientras mira a Chase. —Así que vamos.

¿Ah?

Luke mientras se para me agarra la mano y me saca de la heladería.

¿¡Qué le pasa!?

—¡Suéltame!. —me quejo tratando de soltarme de su agarre. —¡Luke ya para! No puedo caminar así.

¿Qué no piensa detenerse?

—Luke, por favor. ¿Qué haces? Para. —No lo hace.

Me rindo, ya me cansé. Notoriamente tiene mucha más fuerza que yo.

¡Aush!

Maldita sea, pise mal.

—¡Luke, para! —nada. —¡Mierda ya, detente!

Se paró.

Ahora gracias a Luke me duele el pie.

—¿¡Qué te pasa, idiota!? ¿¡Por qué haces eso, eh!?. —le grito pero él solo rueda los ojos como si le importara rábanos mi opinión. —Eres un estúpido...

—Callate, estúpida. —me dice y se me acerca mucho, demasiado para mi gusto.

¡Rayos no!

Cuando está apunto de desaparecer la distancia entre nosotros, lo empujo.

—¿¡Qué te pasa!? ¡No sé que intentas hacer pero no me gusta!. —le grito mientras él está mirándome confundido. —Adiós.

Le doy la espalda mientras miro a todos lados...

¿Dónde changos estoy?

No le pienso preguntar a Luke.

Camino de frente hasta que finaliza la calle y cuando estoy a punto de doblar la esquina...

¡Changos!

¿Dónde estas suerte mía?

—¿Estás bien, Emma?. —asiento. —¿Dónde está, Luke?

—Atrás. Lo siento, Chase. Luke es tan... —le digo pero me interrumpe.

—Si lo sé, te acompaño a tu casa.

—No, gracias. Iré sola, quiero relajarme un poco.

—Okey... Pero, ¿Estás bien?

Nooo.

—Sip, bye. —miento.

Me duele mi pieeeee.

«No cojees, Emma. No cojees»

Me dueleee.

Pero tengo que ser fuerte.

Macha pecha peluda.