Capítulo 52

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*Al Día Siguiente*

El ruido de la puerta me hace despertar y sentar en la cama de imprevisto con la respiración agitada. ¿Quien carajos será?

Bulma: Mmm... ¿Quién es? Ya voy... ―menciono a la vez que me pongo de pie.

¿Qué hora es? Miro el reloj en mi muñeca... ¡Demonios! Las 10:00 a.m. Olvidé por completo que soy la madrina de los novios y debo estar al tanto de la decoración.

Abro la puerta y me encuentro a Lazuli golpeando su pie contra el suelo esperando a que abriera, y trae unas bolsas en sus manos.

Lazuli: Buenos días bella durmiente. ¿Sabes la hora que es? Ten ―me hace entrega de la bolsa. ―Come y arréglate de una vez. Debo ir a buscar unas cosas y mientras, te dejaré en el lugar dónde será la boda para que estés al tanto de la decoración.

Bulma: Si. ¿No sabes si llegaron los arreglos florales que encargué ayer? ―pregunté a la vez que me colocaba un atuendo fresco.

Lazuli: Creo que sí. Hay un vehículo abajo con cosas esperando ser recibidas por la bella durmiente.

Bulma: ¡Ah! No sigas... Solo pude retomar el sueño a las 4:00 a.m. ¿Por casualidad tu...?

Lazuli: Si... si lo vi. Salió con Goku y los chicos a hacer ejercicios por la playa. ¿Puedes creerlo? Nosotras organizando y ellos ejercitándose.

Bulma: ¿Quién te dijo que te iba a preguntar por Vegeta?

Lazuli: ¿Y cómo sabías que era a Vegeta al que me refería? ¿Ves que te descubrí? Es por él por quien preguntas siempre.

Bulma: Bueno es cierto, sólo que no quiero reencontrarme con el simio ese.

Lazuli: ¿Y ahora qué pasó?

Bulma: ¿Qué pasó? Que es un completo idiota... eso es lo que pasa. Y ya, vámonos no quiero seguir hablando de él. ―tomé mi bolso y mi sombrero playero.

Había escogido un crop top de tirantes, color blanco que dejaba ver mi abdomen. Lo acompañaba con una falda floreada que llegaba hasta mis tobillos y está era abierta a un lado, permitiendo ver mi pierna derecha. Además de unas sandalias bajas con tirantes. Un atuendo sin duda muy fresco y playero.

 Un atuendo sin duda muy fresco y playero

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***

Llegué junto con Lazuli al lugar donde se llevaría a cabo la ceremonia. Los jóvenes de la floristería me ayudaron con los arreglos para luego yo indicarle a los decoradores dónde iría cada cosa. Gracias a mi madre, cuando era pequeña la acompañaba a decorar junto a mis tías el lugar dónde se harían las ceremonias. A pesar de mi trabajo tan tosco tengo un sutil encanto para estas cosas.

Bulma: Oigan... esas flores no van por ahí... es hacia allá... ―caminaba por el lugar a la vez que observaba como iban ordenando los asientos de cristal, y por otro lado el arco. Encargué rosas y lirios de color blanco para que combinen con la iluminación celeste que ambientará el lugar. Este espacio es el paraíso. Es perfecto y todo está quedando precioso.

El Poder de AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora