Circus; Welcome To The Show. [Yandere & Tu]

Prólogo

Aquel tedioso llanto infantil aturdían a las personas del vecindario. Como siempre, en la casa de los Bresanovich habían peleas, gritos y uno que otros golpes, y todo por culpa de ese problemático hombre. O al menos eso decían los rumores.

— ¡Ya estoy harta de ti, y de este maldito bebé!

— ¡Es tu hija, Anne! ¿Como la puedes menospreciar asi?

— ¡Yo nunca quise una criatura como esa! ¡Y tú fuiste el idiota que me embarazó!

Los gritos se podían oír con claridad por afuera de la casa. Los vecinos salían preocupados de su hogar, el escándalo de esa pareja era impresionante.

— ¡Fue un accidente! ¿Si? Pero no por eso la debes odiar, ella no tiene la culpa.

— ¡Claro que sí tiene la maldita culpa! ¡Arruinó todo!

— Pero... —antes de que el hombre proclamará, una fuerte cachetada hizo impacto contra su mejilla, volteando ligeramente su rostro.

— ¡Ya cállate por dios! ¡Eres insoportable, Ethan! Solo he estado contigo por tu fortuna, ¡nunca te amé! —y de nuevo los empujones.

— ¿Qué? —él retrocedió, haciendo un escudo con sus brazos protegiéndose así de los golpes de su novia— ¡Pero, Anne! ¡Yo te he dado todo! ¿Por qué...? —otra cachetada lo interrumpió.

— ¿Qué no te dije que te calles? ¡Santo dios, no tengo idea de cómo pude soportarte todo estos años! Eres tan miserable, por culpa de tus deudas y tú pobreza me fui con otro hombre —un silencio se presentó en la sala, excepto por ese amargo llanto del bebé— Él si puede comprarme todo lo que yo quiera, y llevarme a dónde yo quiera, no como tú.

— T-tu... ¿como pudiste? —él no tenía palabras ante esa confesión, se sentía tan traicionado, ingenuo y estúpido. Tres años de noviazgo a la basura— Anne... ¡El poco dinero que ganaba lo invertía en ti y en la familia! ¡Dejé las casa de mis padres para vivir contigo! ¡He gastado todo por ti! ¡Tengo esas deudas por ti! Eres una...

— ¡Qué te calles! ¡No me interesa tus sentimientos o las porquerías que tengas que decirme! —en sus ojos, se podía apreciar la maldad e hipocresía, no había ni una pizca de arrepentimiento en ella.

— ¿Y que hay de Grayson y ____? Ellos...

— No me importan esos mocosos, te los regalo.

— ¿Como puedes ser tan insensible? —él muchacho se dirigió hacia la cuna de la bebé y la cargó, está no dejaba de llorar, estaba tan asustada por tantos gritos.

— Lárgate de la casa, y llévate a esas criaturas horrendas de aquí.

Él se limitó a suspirar, alzó la mirada hacia las escaleras. Un pequeño niño, con el cabello muy desordenado y los ojos llorosos los observaba desde arriba, abrazaba con fuerza su juguete favorito, era lo único que lo calmaba en estas situaciones.

— Grayson... recoge tus cosas —habló, para luego ver a su ex pareja con odio— Nos alejaremos de esta víbora.

— ¿Como me llamaste, imbécil? —ella camino con pasos seguros hacia él, lista para darle otro golpe más.

— ¡No te atrevas a tocarme! —se defendió, dándole un pequeño empujoncito a la chica, pero está simuló tropezar y caer al suelo, para después empezar a llorar.

— ¿Por qué me golpeas, Ethan? ¡Suéltame, no me toques! ¡Suéltame! —grito con todas sus fuerzas, lo suficiente para que los vecinos puedan escucharla.

— ¿Qué? ¿Qué estás haciendo? —la miró, confundido— Levántate, vamos —camino hacia ella e intento ayudarla.

En ese momento, la puerta se abrió de una patada, y entraron un montón de vecinos furiosos, listos para defender.