Capítulo 9

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Oh, por Dios...

¡¡Oh, por Dios!!

El adolescente bicolor debía de intentar respirar con más tranquilidad y calmar la creciente sensación de estar a unos minutos de un pinche colapso nervioso.

Estaba solo. Así lo había querido cuando le dijo a su padre y no se arrepentía —al menos no todavía—. Se adentró en aquel edificio rodeado por grandes jardines verdes y frescos, los interiores querían mostrar un blanco pulcro de piso a techo, pero dejaban la vista insípida; no estaba acostumbrado a tal cantidad de blanco y claridad.

— Um, disculpe señorita —la joven mujer despegó su vista de la computadora y le sonrió genuinamente.

— ¿En que puedo ayudarte?

— ¿Podría decirme en qué habitación se encuentra la paciente Todoroki Rei?

— ¿Rei-san?

— ¿La conoces?

— No diría eso, hablamos de vez en cuando, casi nadie la visita. Me parece que solo una vez cada quince días y nunca se queda por mucho tiempo —sostuvo su mejilla un poco desconcertada—. Por eso se me hizo un poco extraño

<<¿Alguien más la visita? ¿Fuyumi o Natsuo?>>.

— Había querido venir antes, pero era demasiado complicado.

<<O yo demasiado cobarde>>.

— Ya veo, lamento ser así de entrometida pero, eres su hijo ¿No es así? Adivino por el cabello —admitió.

— Si, supuse que lo sabía, ya que habla con ella.

— No hablamos de eso realmente —giró y se desplazó en su silla móvil hasta el otro extremo de su escritorio—, solo pláticas triviales por aquí y por allá.

Tomó una tarjeta de la caja más grande y se lo entregó a Shouto.

— Ella está en el quinto piso, habitación 641. No pierdas el carnet.

— Claro. Gracias, señorita.

Caminó al fondo del pasillo y entro al ascensor. A cada momento en el que se acercaba más y más a su destino las piernas le temblaban y su estómago saltaba, sino hubiese ido al baño antes su vejiga ya lo habría traicionado y  mojado el pull-up que traía puesto. Que conste que su hermana lo obligó después de su accidente en el auto. Estaba más tranquilo que ayer pero nadie aseguraba que no volviera a ocurrir lo mismo.

Suspiró algo ansioso y tocó la puerta del 641.

Ya eran casi diez años de no ver a su madre, la mujer que lo trajo al mundo, la que lo alimentó y lo cuidó lo mejor que pudo. Aquella persona que lo amaba incondicionalmente, ¿Verdad?.

¿Era normal sentir miedo?

La mayoría diría que si casi al instante. Tal vez un ligero miedo o arrepentimiento porque apenas en todo ese gran lapso de tiempo no se dignó a parar por aquí. Pero éste no era el caso.

— Pase —escuchó una voz suave y serena en el interior de la habitación.

Era extraño, ¿Su voz había sido esa siempre?

La puerta se abrió y entró a la inocua habitación.

Entonces apareció, el atardecer naranjoso de ayer, vívido en sus recuerdos. Las palabras de su padre se grabaron en su mente.

“ — No he sido el mejor padre. Te hice cosas horribles aún siendo un niño y la mayoría de todos tus tormentos son mi culpa.

— Mayoría... —balbuceó.

— Y antes de que me digas algo sobre eso, tienes que saber, tienes que entender, que tu madre no es el ángel que tu mente construyó y guardas en tu corazón.

— ¡¿Ahora vienes e inventas cosas?!

— Por supuesto que no. Solo escúchame —suplicó—. Fue mi culpa que ella te viera así, pero al final nunca quiso hijos y suena desgarrador pero jamás amó a ninguno de ustedes. Los cuidó por obligación y aún así, te maltrató muchísimo más a ti. ¿Por qué crees que tus hermanos nunca hablaron de ella después de irse?”.

¿Fue tan fácil engañarse?

— Tu... —sintió el veneno en el ambiente.

— ¿M-madre?

— Por tu culpa estoy aquí.

Y tembló, juró que tembló y todo cayó a pedazos. Lo siguiente que supo fue que el aire desaparecía y la vista exacta a su madre encima de él se oscurecía a cada momento.

Los enfermeros la abrazaron con brutalidad y sacaron de allí a ambos en direcciones contrarias. Oyendo la brumosa nube de gritos y maldiciones, estaba en completo shock.

...

Se supone que Fuyumi vendría a buscarlo al enterarse del fiasco de la visita. Shouto esperó en una banca de los jardines principales, después de la agitada situación quedó aturdido por unos momentos.

El viento soplaba con calma a la hierba verde y las copas de los árboles creaban una sombra bastante relajante.

El ambiente trajo a si memoria el día de ayer, las palabras y las sensaciones que causaron en él.

“ — Si es así, quiero verla, quiero visitarla.

— No creo que sea la mejor idea —dijo su padre con expresión seria.

— No importa, simplemente necesito verla.

Necesito saber y quitarme esa ansiedad en mi pecho cada vez que alguien la menciona, cada vez que pienso en ella —dijo a si mismo— Quiero entender que tipo de miedo siento todos los días”.

Absorto en el suelo no se dió cuenta de quien llegaba a su lado. Simplemente tomó asiento en el espacio de su izquierda.

— Lo siento —le dijo una voz profunda y algo ronca. La incomodidad resurgió.

Jamás en su vida creyó, hasta el día de ayer, escuchar esas palabras de la boca de su padre.

— No. Yo quería hacerlo —aclaró—, quería verlo por mi mismo. Supongo... Que yo también estaba mal.

— Fue mi-

— Culpa, si, esto se hace repetitivo.

Rió levemente.

— Tienes razón. Deberíamos ir casa, tu hermana está esperándonos.

Levantó la mirada y el aspecto de su padre se dibujó en el panorama, ya no existía esa horrible aura que lo rodeaba, ahora sólo había una oportunidad de comenzar de nuevo. Se puso de pie con la intención de caminar hasta la salida en compañía y no solo como siempre ha caminado.

— Si, vamos. Además debo cambiarme los pantalones —susurró lo último.

Todos estaban intentando construir algo nuevo.

Una vez más, es que no podía ser... Cierto.

Suspiró, ¿A quien demonios quiere engañar? ¡Todo es verdad! Es cierto que su mamá no fue la mejor, es cierto que su padre tampoco lo es, es cierto que su vida fue un asco, pero tampoco la peor; también es simplemente cierto que hay personas a su alrededor que lo aman inmensamente.

Es cierto en lo absoluto.
...

— En verdad lo siento. Quiero intentarlo. Quiero intentar ser un mejor padre para ti.

La luz ocupó su lugar. Casi había cruzado el umbral de la puerta hacia un quién sabe.

— Bien —le dijo a la madera del suelo—. Supongo que nada se repara en un instante. Pero por algo se debe comenzar... ¿No es así... Papá?.

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F I N.
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Comenten su opinión de la historia, ¿Les agradó o no el final? :3

Porque eso es lo que tenía planeado desde casi el principio.

No puede ser cierto.Where stories live. Discover now