¿Por qué ahora?

167 7 0
                                    


Ricko, Zyean, Sena y yo salimos de viaje para tomar un descanso de los ensayos, pero como todos somos muy buenos amigos, decidimos ir juntos, sin embargo...

-Boogie, tú y Sena compartirán habitación, Zyean y yo compartiremos otra- decía Ricko-

-¿Q-Qué?- pregunté-

-¿Acaso no quieres compartir habitación conmigo?- preguntó el pelirosa con un tierno puchero-

-Si quiero- no lo pensé-

Ambos nos fuimos hasta el cuarto de hotel que nos habían asignado, al entrar, vimos las dos camas, una televisión, el baño y un mueble para guardar ropa y otras cosas, además de que había un pequeño balcón. Aún seguía sin creer que compartiría cuarto con él...

Unas horas más tarde, Sena se levantó de su cama y salió al balcón, sentándose en una orilla, maldita sea, se veía tan sensual. Poco a poco sentí un pequeño hormigueo en mi entrepierna y me tapé la zona con un cojín, pues él había dirigido su mirada hacia mi por un momento. Tapé mi rostro con las manos, algo avergonzado, me levanté de mi lugar y me dirigí hacia el baño para hacerme cargo de ese asunto.

-Mgh~ 

Gemí bajo. Una vez que terminé, tomé una ducha sin poder olvidar esa sensual pose de  Sena en el balcón. Me puse mi pantalón de pijama y una camiseta de tirantes de color blanco y salí del baño, para mi suerte, Sena ya se había puesto su pijama y se había cubierto con las cobijas y estaba usando su celular, me miró y me sonrió.

-Que tengas una linda noche, Boo- siempre me decía "Boo" de cariño- Descansa

-Gracias, tu igual, sueña lindo

Soltó una leve risilla y dejó su celular juntó a su almohada y se acomodó para dormir. Yo tomé mi celular, pues con la ducha se me había ido el sueño y pues, no podía dormir. Así estuve cerca de dos horas, revisando redes sociales o viendo videos musicales de otras bandas, hasta chateando con amigos que, para mi suerte, seguían despiertos y tampoco tenían nada que hacer.

-Ngh~

Escuché un leve quejido y dirigí mi mirada hacia Sena, quien estaba un poco inquieto, se dio la vuelta y quedó acostado boca abajo recargando sus brazos y su rostro en la almohada, mientras que, de entre las cobijas, sacó una de sus piernas y noté que lo que traía de pijama era un short muy, no, DEMASIADO corto, además de que volvió a dejar escapar otro quejido.

-Mgh, ah

Sentí ese hormigueo en mi miembro nuevamente y no pude evitar sentirme excitado... ¡Mierda! Ahora no, por favor... 

Derramo mil cosas por élOnde as histórias ganham vida. Descobre agora