San Francisco [Ross Lynch] (Más que amigos #2)/ Terminada (EDITANDO)

Capítulo 5

Entré a casa. Pensaba en hablar con Ross sobre mi suposición aunque sabía que aunque fuera cierto él no me lo diría.  Tal vez era mejor solo ignorarlo y dejar que las cosas pasaran cuando tuvieran que pasar, así que preferí dejarlo así. Tal vez Ross  y yo no estábamos destinados a estar juntos y en algún momento terminaría nuestra relación. Prefería no pensar en eso.

—¿______? Todo bien? — preguntó Ross sentándose a mi lado y tomando mi mano.

—Sí, Ross — sonreí de lado.

— Es que te noto un poco....pensativa— respondió.

— Es por la fiesta de Taylor, ya sabes. Estoy un poco estresada, solo es eso —dije tratando de que me creyera.

—Te conozco, no es por eso. ¿Qué tienes? — suspiré.

—Solo pensaba en nuestro futuro. ¿Recuerdas aquella vez en la que me preguntaste qué veía en nuestro futuro? Bueno, sé que tal vez ya ha pasado un tiempo de eso pero ahora estoy tratando de aclarar mis ideas. Te he notado un poco— hice una pausa— ¿sabes qué? Olvídalo. Solo soy yo y mis ideas. ¿Por qué no sales un rato con los chicos? Mis ideas locas podrían afectarte — reí nerviosamente.

—¿Me has notado raro? ¿Por qué? — preguntó confundido.

—Me he callado esto por tanto tiempo pero creo que debo decir lo que siento— suspiré antes de seguir— Antes de venir aquí, te notaba raro. Ya no estabas en casa, pasabas demasiado tiempo ocupado  y cuando te pedía que saliéramos a algun lugar me decías que no podías y que tendría que ser luego. Tu comportamiento era raro y nadie me puede dar una explicación respecto a eso. Ni siquiera tú — confesé.

Ross se quedó perplejo al oír mis palabras. Pareciera que se quedó en shock, no encontraba que palabras decir.

—_______, no quiero hablar de eso ahora. Te lo puedo explicar, te juro que puedo explicarlo pero no ahora. No quiero que pienses mal. Si piensas que te engaño o algo así quiero que borres esa idea de tu mente. Jamás te  haría eso. Descarta por completo esa idea. Esto tiene una explicación y pronto lo entenderás— dijo tomando mi mano.

—Está bien. Mejor dejemos de hablar de esto, ¿sí?. Tenemos una fiesta en unas horas, vamos, hay que prepararnos — sonreí y me fui a mi habitación a prepararme para la fiesta.

El día pasó rápido, al fin todo estaba listo para que Taylor tuviera una gran  fiesta de cumpleaños. Llegó la noche, todo iba perfecto en la fiesta.

—¡_______! — Alex me llamó acercándose a mí — ¿Puedo contarte algo? Es sobre Tay — preguntó un tanto nervioso.

—Sí, lo que sea —respondí.

—Esto será una locura, lo sé. Planeo pedirle a Tay que sea mi novia y quería ver si tú podrías ser mi cómplice — dijo nervioso.

—¡Claro que sí! Me encantaría. ¿Qué tengo que hacer?— pregunté entusiasmada.

—Realmente...nada. Solo te agradecería mucho si pudieras conseguirme un micrófono para pedírselo. Esto es una locura— rió.

—Sí. Cuando lo encuentre te aviso — sonreí y salí en busca del micrófono.

—Hey ______,  ¿no has visto a Alex? — me preguntó Taylor cuando me la encontré en el camino en busca del micrófono.

—Sí, está por allá — señalé la dirección y Taylor se fue.

Finalmente encontré un micrófono y sin que Tay se diera cuenta se lo di a Alex.

— Suerte — le susurré cuando Alex subía al escenario para hacer su declaración.

— Hola, quiero pedir su atención por favor — dijo Alex a través del micrófono y todos lo miraron— hace un tiempo conocí a una chica maravillosa. Esa chica se convirtió rápidamente en mi mejor amiga. La amo demasiado. Debo ser sincero,me enamoré de ella y creo que ella de mí y cada vez me doy cuenta de que ella es la indicada. Quería aprovechar este momento para hacer esto porque creo que ya es el momento, incluso puedo decir que me tardé. Tay, estoy hablando de ti, la verdad es que me gustas desde hace un tiempo y quería saber si quieres ser mi novia — dijo Alex robándose las miradas y llamando la atención de todos.

Taylor se quedó sin palabras, solo lo miró. Luego de unos segundos Taylor corrió al escenario y abrazó a Alex.

—¡Sí quiero ser tu novia! — gritó Taylor para luego besarlo. Todos aplaudieron.

— Que lindo ¿no? — alguien llegó a mi lado a contemplar la escena. Ross.

— Sí, me recuerda tanto a ti a mí cuando recién nos hicimos novios— tomé su mano.

— Te amo, ¿lo sabías?.

— Sí aunque gracias por recordármelo — reímos — yo también te amo.

Ross me abrazó por la cintura y besó mi cuello. Amaba estos momentos.