VEGA

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Abrí mis ojos sintiendo en seguida la adrenalina correr por mis venas; hoy era el día.

Levanté mi cuerpo de la cama, quedando sentado. Pensaba pararme, pero un extraño peso del otro lado del colchón me lo impedía.

Giré mi cabeza y me encontré con Jungkook. Estaba dormido sosteniendo su celular en la mano con ambos audífonos puestos, y al parecer con la música bastante fuerte.

Se me encogió el estómago al verlo ahí. ¿Por qué todo tenía que ser tan difícil? Si tan sólo hubiera muerto ese día nada de esto estuviera pasando.

Lo miré unos segundos más. Miré su semblante, estaba tan tranquilo, respiraba tan lenta y ligeramente que me di a la tarea de apreciar a un ser en su máxima pureza. Que envidia, jamás pude ser como él.

Arranqué todos los cables que colgaban de mi cuerpo y me puse de pie, buscando rápidamente la pequeña caja de mis pertenencias. La tomé y metí dentro de ella la pequeña memoria USB que había grabado días atrás y la dejé a un lado de Jungkook.

"No merecías vivir esto. No merecías sufrir tanto. No merecías conocerme". Susurré, dejando un muy suave beso sobre los rosados labios de mi bebé. "Perdóname". Dije, abandonando nuestra cercanía y dejando la carta en su mano.

Me di la vuelta y sin mirar atrás abrí la ventana, escapándome de inmediato para no tener tiempo de arrepentirme.

Empece algo noches atrás, y hoy, hoy era el día para acabarlo.

pluto, taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora