Parte 8

2.3K 195 3
                                    

Me duele la cabeza a morir. No puedo ni abrir los ojos, la luz me lastima y siento náuseas. Me molesta el cuerpo, tengo agujetas, no puedo casi moverme. Percibo el olor de algo rico, comida. ¿Vino Marga de sorpresa y me cocinó? Mierda ahora tendré que levantarme y atenderla, estará enfadada cuando me vea con esta resaca, no le gusta que beba, aunque lo hago muy rara vez.

Mientras lucho con abrir los ojos y me quito las sábanas de encima oigo que se abre la puerta de la habitación. Dejo salir una sonrisa, que se congela en mi rostro cuando abro los ojos y veo a Mario.

No dice nada, solo me mira, como yo a él, bueno no exactamente, él está como algo más incómodo que yo. ¿Por qué? a él le dio tiempo para recordar y acostumbrarse a lo de anoche. Espera no es incomodidad o no solo, veo lujuria y deseo en su mirada. Bajo mi mirada, estoy totalmente desnudo y con una enorme erección. Joder, me pongo completamente rojo y busco algo con lo que taparme, mierda la sábana que me tapaba está en el suelo.

- ¿Me puedes ayudar? -Le susurro mortificado.

-Claro. - ¿Por qué parece sorprendido y feliz? De repente se acerca a mi cuerpo y empieza a tocarme.

-Espera, ¿Qué mierda haces?

-Acabas de pedirme ayuda.

-Sí, para que me des algo para taparme, ¿qué pensabas hacer?

-Pues, hacer que te corrieras.

- ¿Estás loco, de qué vas?

-Bueno, es la segunda vez que te follo.

-Mierda que estás diciendo. Joder me duele mucho la cabeza.

Me mira con seriedad y compadeciéndose de mí me da la sábana.

-Te daré ropa, sal a desayunar y te daré algo para el dolor de cabeza. -Me tendió la ropa y salió de la habitación. Cuando alargué la mano para tocarme y bajar mi dureza entró de nuevo. -Tienes prohibido tocarte en mi casa, o la bajo yo o te quedas así.

- ¿Estás loco, ¿qué dices? -Le miro furioso. La tengo muy dura y me empieza a doler.

-Lo que escuchas, está así por mí.

- ¿Tú te escuchas?

-Cuándo me desperté, estaba totalmente pegado a ti, mi polla completamente dura se presionaba contra tu culo, tú no parabas de restregarte y gemías mi nombre.

-Pero ¿qué pretendes?

-Deseo volver a follarte, me pusiste duro.

-No, claro que no. Me largo.

- ¿Solo puedo follarte si estamos borrachos?

-No vamos a volver a follar, ni borrachos. Yo tengo novia.

-No estoy enamorado de ti, ni me caes bien, pero realmente deseo follarte sin estar borrachos, quiero saber si es tal y como parece si estamos sobrios. ¿Tú no te preguntas si a lo mejor es el alcohol, que realmente no es tan bueno?

-Déjame ir al baño, desayunar y me lo pienso, te aseguro que no me tocaré. ¿De acuerdo?

Sin decirme nada salió para dejar que me vistiera. Tras esto fui al baño, para hacer mis cosas y me duché de nuevo, había una toalla, esperaba que me bajara el calentón y algo hizo. Fui a la cocina donde tenía café y bocadillos para desayunar, tengo mucha hambre mis tripas sonaron con fuerza.

Los ojos de Mario me observan, los míos no dejan de observarle a él, mi polla otra vez dura, temblaba mientras recordaba todo lo que habíamos hecho anoche. No entendía qué es lo que nos pasaba. Cada vez que bebíamos nos convertía en bestias sexuales. Terminamos el desayuno en silencio.

Fui al baño a cepillarme los dientes mientras él recogía la cocina. Hoy no sentía dolor, como la primera vez, algunas molestias y algo parecido a agujetas, no tenía fiebre ni nada, así que podría hacerlo sin causar daño a mi cuerpo. Mientras seguía pensando en lo que me dijo, me senté en su cama para esperarlo, toda la habitación olía a nosotros causando que me sintiera más excitado.

Entró a la habitación y se apoyó en la puerta con los brazos cruzados, observándome. Él es un hombre realmente caliente, todas las mujeres del trabajo están locas por él, vi que se le acercaban muchas otras anoche, para ligar, no entiendo porque esa atracción por mí. Aunque tampoco entiendo la mía por él. Dejo caer un suspiro y le miro a los ojos.

-Yo tampoco entiendo que pasa entre nosotros, no me siento atraído por ti, nos hemos visto en el trabajo y solo siento ganas de matarte. No sé qué nos pasa cuando bebemos.

-Yo tampoco me he sentido atraído por ti después de la primera vez que nos acostamos. Pero anoche otra vez, estaba realmente seguro de meterte el puñetazo y sin embargo me entraron unas ganas locas de besarte. Y una vez que lo hice no pude parar.

-Nunca me he sentido atraído por otro hombre.

-Yo tampoco, nunca había ni siquiera besado a otro. Te aseguro que se me han ofrecido y muchos. Hasta con cuerpos semejantes al tuyo. ¿Por qué es el tuyo el que me muero por tocar?

-Pues lo que no entiendo, es porque no me desagrada ni horroriza en pensar que si lo hacemos voy a ser el follado.

-Bueno Diego, mi polla es muy buena en su trabajo.

Su intento de broma nos deja callados, soltó un suspiro y se sentó a mi lado, la entrepierna de él estaba como la mía. Los dos nos quedamos callados. No nos tocábamos, solo pensamos en lo que hemos dicho. Lo que hemos hecho.

- ¿Si lo hacemos así sobrios, no cambiarán las cosas entre nosotros terriblemente?

-Me preguntó lo mismo Diego. Hubiera sido mejor si hubieras huido como la otra vez. -Me guiñó un ojo burlón.

-Es fácil decirlo, pero estaba demasiado agotado. Me desperté por el olor de la comida.

-Bien, ¿entonces estás de acuerdo en que nos acostemos?, tras esta vez nos mantendremos alejados cuando salgamos a beber con los compañeros.

-Es fácil decirlo. No me dejan en paz hasta que me ven borrachos. Les hago mucha gracia.

-Yo estaba borracho anoche por tu culpa.

-Bueno, pero estoy pagando por ello, al igual que tú.

-Sí, al menos eres tú el follado. Así que pagas por tus malas acciones.

No pude evitar echarme a reír. Sé que tengo un sentido del humor raro, pero es parte de mí encanto. Tras esto nos quedamos callados de nuevo. No sabíamos qué más decir. Me estaba poniendo nervioso le miré por el rabillo del ojo. Mario me estaba mirando, así que giré mi cabeza para ver que me iba a decir. Pero solo se acercó y comenzó a besarme.

Continúa>>>

Solo por el alcoholDonde viven las historias. Descúbrelo ahora