Parte 3

2.9K 205 5
                                    

Nos fuimos a su piso, sin despedirnos de nadie, totalmente borrachos y encendidos de pasión, nada más llegar me abrazó con fuerza volviendo a besarme. Me iba arrancando la ropa mientras nos arrastraba a su cama, estaba bien hecha, sí, me llamó la atención.

Me empujó sobre ella, yo ya estaba totalmente desnudo. Sus ojos no dejaron de devorarme mientras él se quitaba toda su ropa con velocidad, mis ojos se agrandaron cuando le vi completamente desnudo.

- ¿Te gusta lo que ves?

-Ehmmm... sí, pero...

-Pero nada, no te muevas, te voy a comer entero.

Tras esto saltó sobre mí y su boca recorrió todo mi cuerpo, sentía caricias, mordidas, apretones por todo mi cuerpo, un calor increíble me hacía arder y me quemaba bajo sus caricias. Me sentía volar con su cuerpo duro y flexible presionando sobre mí.

De repente noté algo que intentaba entrometerse en mi retaguardia.

- ¡Ahhh! joder eso duele. ¿Qué haces?

-Mierda estás muy estrecho, me vas a hacer trabajar mucho.

- ¿Qué estás diciendo? ...ahhh... ¿qué has hecho?

-El lubricante ayuda bastante bien, entro un dedo, solo faltan dos. Me encanta que seas virgen.

- ¿Qué coño dices? no soy virgen, llevo teniendo novias desde los quince años.

Mario comenzó a reír a carcajadas.

-Eres muy lindo.

Volvió a besarme y a morder mis labios instando a que le devolviera los besos con pasión. Mis manos acariciaban su cuerpo. Era la primera vez que tocaba un cuerpo masculino ajeno al mío. Era duro, flexible, me enloquecía sentir sus músculos con mis manos, le acaricié sus famosos abdominales y bajé la mano. Comencé a tocar con cuidado su enorme vara, mientras él jadeaba en mi boca. No sé qué estaba haciendo con mi culo, pero me estaba entreteniendo con su boca y su mano, jugando con mis pezones, mi lengua, mi cuerpo. Hace que jadee y gima, cada vez más caliente y encendido. Mierda su polla es enorme, mi mano, que no es pequeña, no puede agarrar su grosor totalmente.

Mientras se despega de mí para observarme, mis ojos buscan lo que estoy tocando. Joder eso es muy grande. Las chicas que se folla deben ser muy flexibles.

- ¿Qué estás pensando?

-Eres muy grande.

-En breve lo comprobarás.

- ¿Qué dices?

-Vamos. Te dije que quería follarte, llevo rato preparándote.

Sorprendido miro mi cuerpo. Joder estoy todo abierto para él, mi polla completamente dura está siendo acariciada por su mano, y ahora puedo sentir como sus dedos juegan con mi interior, entran y salen moviéndose y extendiendo una parte de mi cuerpo que nunca había sido profanada. Mis ojos se abren aún más, estoy asustado, eso no va a entrar, veo como se aplica más lubricante y se posiciona para empezar a entrar en mí.

Empiezo a sentir un fuerte dolor, haciendo que suelte un grito y mis uñas se claven en sus brazos.

-Noooo, para, no me gusta. Eres muy grande, duele.

-Shhhhh, ya está. Iré poco a poco, sé que entrara, tú solo relájate, deja que te dé placer. Por favor.

-Tengo miedo. Para.

-Ya verás como te gusta. Mira ¿te gusta esto? -Sus labios se pegaron a mi pezón succionando y chupando, no sabía que mis pezones podían disfrutar así, más su mano seguía masturbando mi polla.

-...Ummmmm... siiiii.... eso me gusta. Sigue...ahhhh... -Su sonrisa de satisfacción ahora no me molesta, sentí como poco a poco iba moviéndose, introduciéndose más en mi interior.

-Estás tan estrecho y me estás quemando. Sube tus piernas, Rodéame con ellas, déjame mejor acceso a ti. -Me instaba mientras seguía besando mi cuerpo y acariciando. No sé de dónde sacó tanto autodominio, estábamos muy borrachos hace solo unos minutos. Mi cabeza viene y va entre la nebulosa en la que está mi mente.

-Muy bien Diego, vamos muy bien. Casi estoy completamente dentro de ti. Eres tan ardiente.

Su boca otra vez sobre la mía, buscando mi lengua, profanando y jugando como su enorme polla estaba haciendo en otra parte de mi cuerpo. Los dos gritamos cuando se empaló por completo en mi interior.

-Joder, eres demasiado. Me vas a partir, no te muevas. No puedo, que grande y duro.

-No voy a moverme. Voy a dejar que te acostumbres. No te preocupes. Lo más doloroso ya acabó. Ahora disfrutaremos, ya verás.

-Más te vale. -Salían pequeñas lágrimas de mis ojos por el esfuerzo, Mario me las seca, con ternura. Sus labios acariciaron mi cuello, sus manos jugaron con mi entrepierna y cuando escuchó mis jadeos y sintió mi esfínter más relajado, comenzó a mecerse con suavidad.

Poco rato después yo lo apretaba contra mí. Mis dedos se clavaban en su espalda, mis dientes se clavaban en su cuerpo mientras le gritaba e instaba para que se moviera más rápido.

-Más duro...ahhhh...quiero más, ve más rápido...ummmm...dame más.

Sus ojos brillaron con satisfacción y colocándose mejor sobre mí comenzó a embestirme con más fuerza. Había encontrado mi punto de placer, los dedos de los pies se cerraban de satisfacción, mi piel sudaba y se rozaba a la de ese hombre que se entrega a satisfacerme con todas sus fuerzas. Mi polla cada vez más dura y empapada se rozaba con los vientres de los dos, estaba tan cerca de llegar al orgasmo.

-Mario. Ya llegó...ahhhhhh...me voy...ahhhhhhh... -Grite con satisfacción mientras nos rociaba a los dos con mi ardiente semen.

Mario volvió a besarme y a empujarse en mi interior con más fuerza y velocidad, no mucho después sentí un calor pastoso llenándome mientras ese enorme hombre jadeaba sobre mí y se dejaba caer besándome.

Se separó y me abrazó por la espalda. Satisfechos, sudados, manchados y aún borrachos. Sentía todo su gran cuerpo pegado a mi espalda, y con su calor me dormí.


En algún momento de la noche, me desperté, estaba totalmente duro, aún borracho y mareado vi unos cabellos que me hacían cosquillas en el estómago y sentía algo húmedo jugando con mi polla. Abrí los ojos para ver los ojos color miel mirándome mientras me hacía una mamada.

Ya despierto jadeaba, sintiendo tanto placer provocado por esa boca tan juguetona, mis manos se aferraron a su pelo para hacer que engullera más, que fuera más rápido, para llegar a ese orgasmo que se estaba formando.

-Ahhhh... aparta me corro ...ahhhhhh...

Se apartó dejando que regará la cama y a mí mismo. Me sonreía muy satisfecho de sí mismo y me besó en los labios. Su cuerpo buscaba y jugaba con el mío, su enorme polla estaba totalmente dura y me reclama para que le dé satisfacción de nuevo.

Yo estaba otra vez muy caliente y deseando repetir lo de antes, me separé de su cuerpo y me coloqué en la postura del perrito para darle mejor acceso. Sus ojos se abrieron por la sorpresa.

- ¿Estás seguro?

-Sí, venga, entra ya, te deseo dentro ahora.

Escuché como jadeaba por la excitación que le causó mis palabras, cogió el lubricante y se lo aplicó mientras yo le miraba.

- ¿Por qué me miras así, ¿qué piensas?

-Aún no me creo que tu enorme polla quepa en mí.

-No solo cabe, también te proporciona mucho placer. -Reía mientras me agarraba para comenzar a empalar mi entrada.

Fue entrando con suavidad y delicadeza para no hacerme daño. Sus ojos se clavaban en mi estrechez engullendo su dureza, yo me excitaba más al ver su cara con una expresión muy pervertida y satisfecha.

Una vez que estuvo totalmente dentro de mí comenzó a moverse. Ahora disfrute más que antes. La postura hacía que entrara más cómodo y más adentro. Se movía con rapidez y fuerza contra mí, los dos gritábamos y gemíamos, las voces afónicas, raspaban nuestras gargantas, cuando sentí que estaba próximo al orgasmo, comencé a masturbarme, sus dedos se clavaban en mi cadera con fuerza, para embestirse con dureza.

En esto sentí como me corría de placer, manchando mi mano y las sábanas. Mario gritó y gimió al yo contraer mi entrada y apretar su gran dureza, en unos pocos empujones más se agachó contra mí mordiendo mi nuca y volviendo a llenar de su semen mi profundidad.

Caí sobre la cama con su cuerpo pegado al mío y aún dentro de mí, jadeamos buscando aire, tan satisfechos y agotados.

Continúa>>>

Solo por el alcoholWhere stories live. Discover now