~ No temas a Levantar una espada ~

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Con la preocupación día a día sobre cómo estarían las cosas en el reino Elizabeth decidió algo.

Aprendería a luchar para recuperar su trono.
Así que desde ese día entrenaba a diario junto a Meliodas y su grupo de caballeros

A quienes le comenzó a tomar cariño y confianza.

Sus nombres eran Ban, un peliplata alto muy cercano a Meliodas, el castaño de la misma altura que su rubio de nombre Harlequin, otro castaño de ojos azules y gran bigote llamado Escanor y el estratega Gowther, un pelinegro de ojos castaños, (no me gusta la apariencia de Gowther en el anime así que decidí cambiarla aquí).

Todos tenían cierta característica que Elizabeth aprendía y valoraba de ellos, en esos días ellos le enseñaban una cosa nueva, sabía que la lucha sería difícil pero todo valdría la pena.

Esa tarde cuando terminaban de entrenar ella se sentó junto a Meliodas y junto a los caballeros mientras platicaban de mil cosas, les gustaba decirse al final en que estuvieron bien o mal en el entrenamiento.

Elizabeth vio caminar hacia ellos a su amiga Liz, se veía tranquila y a la vez seria.

-Buenas tardes a todos, Elizabeth ¿Me permites hablar contigo unos segundos a solas?-

Preguntó tranquila y serena.

Elizabeth asintió y se puso de pie, se despidió de todos y a su rubio le depositó un fugaz beso en los labios.

En todo ese tiempo para nadie era secreto ya que ellos tenían un romance, aunque el padre de Elizabeth no le agrado al principio, pero en vista de las circunstancias y de que el había salvado a su preciada hija decidió tolerarlo más no aceptarlo del todo, para la pareja de enamorados eso era más que suficiente.

El rubio veía alejarse a las dos reinas platicando entre ellas amenamente.

Había muchas similitudes entre ellas claro estaba, pero para el su amada Elizabeth era única a sus ojos.

-¿No irás tras de ellas capitán?-

Preguntó Ban con algo de cizaña en su tono de voz.

Meliodas sonrió.

-No Ban, Liz a demostrado ser sincera con Elizabeth y se que estará bien, quizá deban hablar cosas de chicas.-

Contestó muy tranquilo mientras se recostaba en el césped verde mirando hacia el cielo que comenzaba a oscurecerse.

Ban rio, solo quería molestar a su capitán pero no lo logró, así que lo imitó y se recostó como el. Los demás compañeros siguieron sus acciones, quedando recostados mirando hacia el cielo tranquilos.

Elizabeth caminaba junto a Liz, platicaban de su estadía en el reino y de la amabilidad de ella para con ellos.

-Tranquila Elizabeth, no tienes nada que agradecer, sabes que cuentas conmigo para cualquier cosa. Pero creo que tú tiempo se ah agotado, eh visto que has mejorado mucho en manejar la espada, y recibí una carta de un aliado mío de Inglaterra, al parecer todo es un caos y la economía comienza a desplomarse, Elizabeth de reina a reina quiero decirte (toma las manos de la peliplata y la mira de frente) tienes que recuperar tu reino ya.-

Elizabeth lo tenía muy presente, así que coincidía con Liz.

-Mañana mismo partimos a Inglaterra, solo te pido una vez más tu apoyo para resguardar a mi familia, y que me prestes a algunos caballeros, Meliodas y sus compañeros son buenos, pero nos enfrentamos a todo un reino y hará falta muchas personas más.-

~ Leal a ti ~Where stories live. Discover now