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-Esta pala sirve para arrancar los chicles de debajo de las mesas y sillas.

-¿Chicles? Ese castigo es muy típico, ¿podríamos limpiar cristales o barrer?

-Si se hace siempre es por algo, da mucho asco. De esa manera os hace reflexionar y la próxima vez no aparecéis por aquí.-dice el viejo conserje.

Nos entrega las herramientas con la llave para cerrar la puerta cuando nos vayamos.

-También consigo librarme.

Sale de la clase y nos deja con todos los utensilios en la mano sin saber por donde empezar.

-Manos a la obra, sino quieres volver mañana.

Me siento al final de la habitación con mi pala y guantes en mano, empiezo rascando los chicles de debajo de la mesa.

¿Cómo puede ser que hayan tantos?

-¡Qué asco!-exclamo mientras los pongo en la bolsa de basura.

-Me gustaría trabajar en silencio.

-Nadie me había comentado que eres el hijo del director.-lo siento, no me podía aguantar más.

-Que más da, no tiene importancia.

-¿Sabes lo que creo? Pienso que todos en este instituto te tienen miedo.

-No me tienen miedo.-responde seguro.

-Claro, si tu lo dices.-contesto irónica.

-Tengo más amigos que tú, ¿entiendes?

-Y eso que importa, estoy segura que la mitad de ellos son falsos. Solo están contigo porque eres popular o el hijo del director.

-¿Quién te crees que eres para opinar de mi vida de esa manera?-dice más enfadado.-no me conoces.

-Tienes una astillita en tu interior que te hace comportarte de esa manera. Siento mucho por lo que hayas pasado.

-¿Qué dices?. No tienes ni idea.-salta a la defensiva.

-Veo a una persona dolida cada día, reconozco la faceta que llevas a la perfección.

-¿Cómo puedes ser tan dramática?

-Mi madre sufre mucho cuando me mira y yo no puedo hacer nada para solucionarlo. Siempre se pregunta si será el día de mañana cuando pierda a su hija.

No se escucha ningún comentario por su parte.

Comienzo a tararear una canción y al cabo de pocos minutos eso provoca que directamente la cante.

-Cállate.

-No puedo aguantar tanto silencio.

-¿Siempre eres así de irritante?

-¿Siempre eres así de muermo?

-No te soporto.

-El sentimiento es mútuo.-cierro aquí la conversación pero sigo cantando.

...

-Creo que ya han pasado las dos horas.

-Justo a tiempo.-digo terminando de sacar el último chicle de mi parte.

-Tengo ganas de perderte de vista.

Me levanto rápido del suelo y enseguida noto que algo va mal.

-Jack.-digo en un susurro.

-¿Qué pasa ahora?-me llevo la mano al pecho sintiendo un dolor enorme.

-Jack, ayúdame.-pido casi sin respirar.

Cuando él se gira parece ver la situación pero apenas se inmuta.

-Deja este teatro y termina de recoger.

-Necesito las pastillas rojas.-susurro para caer al suelo.

-¿Hope?- es lo último que escucho entre tanto movimiento.

Todo se vuelve negro.

Apenas puedo respirar y mi corazón va a mil. Aunque esté inconsciente conozco perfectamente lo que me pasa.

Esto puede estar causado por dos cosas, el cuarto de hora en el que tardé en tomarme las pastillas o que el esfuerzo que llevo haciendo todo el día me ha pasado factura.

O un poco de todo.

-Hope aguanta.-escucho de fondo.-necesito una ambulancia en el instituto High Moon.

Menos mal que almenos ha pensado un poco.

Seria muy triste morir en el instituto.

-Tiene fibrosis quística, creo que le está dando un ataque al corazón.

Lo último que noto es como apoya su cabeza en mi pecho.

...

Malditas luces cegadoras.

-¿Qué pasa?-digo con un hilo de voz, me doy cuenta de que tengo la máscara del hospital puesta y me la quito con cuidado.

-Está todo bien Hope, ya ha pasado todo.

-¿Qué ha pasado?-repito-lo tengo todo muy borroso.

-Te ha dado un ataque al corazón, pero el chico que estaba contigo te hizo la reanimación.

-¿Cómo?

-Ese tal Jack te ha salvado la vida, cariño.

-Ya claro.-digo sin creerlo.-si él me odia con todo su ser.

-Pues lleva todo este tiempo en la sala de espera.

-Te has confundido con Noah.-respondo segura.

-Si te apetece le digo que pase.

-Ponme las vías, ya sabes que esta máscara me agobia.

Mi madre se dedica a cambiarme todo el mecanismo para poder respirar. Ella es toda una profesional, lo ha hecho miles de veces.

En verdad la conversación que acabamos de tener es de lo más normal, las dos estamos muy acostumbradas a pasar la mayoría del tiempo aquí.

-Os dejaré hablar a solas.-mi madre se despide con un beso en la frente y sale de la habitación.

Al cabo de los pocos minutos presiento que entra alguien en la habitación y giro mi cabeza para saludar.

-¿De verdad eres tú o estoy alucinando por la anestesia?

-Muy graciosa.-contesta irónico.

-Esta claro que eres tú.-juego con las sábanas, me siento muy débil ahora y no me gusta nada.-¿qué haces aquí?

-¿Pensabas que no me quedaría?No soy tan mala persona.

-Creía que me odiabas.

-Lo hago, pero no soy tan cruel como para dejarte morir o comprobar que estás bien.

-Entonces, ¿te preocupas por mí?

-No, solo intento no ser muy imbécil.

-No lo estas consiguiendo, para que lo sepas.

-Me lo imaginaba.

mRAQUELf

SÓLO RESPIRA (Just breathe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora