Capitulo 15

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   Y aquella noche en la casa de los Taylor's las cosas volvieron a ser como antes, cenaron pizzas y de postre helado de chocolate, y la madre de Ryan se paso la noche contando anécdotas de su niñez mientras el reía como si fuera la primera vez que las escuchaba, quizás porque si era así.

   Y entre risas he historias por primera vez sintió envidia, sintió envidia de la relación tan fuerte que tenían Ryan y su madre, ella conocía todo de el, y asombrosamente el todo de ella. Sintió envidia de las noches de sofá y manta viendo pelis de romance que ya nadie veía pero que ellos disfrutaban como la primera vez, de los viernes de comida basura, de los madrugones de los días de rebajas, de ir siempre a la última sesión del cine, de los domingos de excursiones, Ryan era aparentemente un chico pobre, de clase media, Max tenía todo lo que cualquier chico de su edad podría desear, sin embargo desde su humilde pero bonita casa justo ahí , en la calle de atrás de su mansión, no fue ni la mitad de feliz de lo que fue Ryan.

   Ahora entendía porque era tan importante para aquella madre recuperar a su hijo, y el iba a ser todo lo necesario para devolvérselo tal y como ella lo merecía. Pero aquella noche no era para pensar en eso, era lo menos que podía hacer, regalarle a ella esos momentos que tanto necesitaba.

Cuando el sol salió avisando que un nuevo día estaba a punto de empezar Ryan regresaba de correr sus 5km como cada mañana.

- has madrugado - le dijo ella sonriente observando al chico sudando mientras ponía el desayuno en la mesa.

- si - responde mientras intenta recuperar la respiración - voy a darme una ducha y enseguida bajo.

No fueron mas de diez minutos los que tardó en estar frente a su desayuno, ella lo miraba detenidamente como devoraba todo lo que le había preparado.

- tenías hambre - menciona sonriente.

- necesito subir de peso, estoy demasiado delgado - contesta.

- nunca ha sido un tema que te halla preocupado.

- ya - disimula - pero la verdad es que últimamente me veo demasiado flojo, necesito ganar algo de masa muscular.

- y hoy, ¿Qué vas hacer?

- voy a ir a la Uni.

- ¡¿en serio?! - exclama con cara de felicidad.

- si, no puedo seguir esperando, algún día voy a tener que ir así que, ¿por que no hoy? - dice mientras le da un ultimo sorbo al cola cao.

- bien - se acerca y le da un ligero beso en la frente - yo me voy a ir a trabajar.

- esta bien, que vaya bien el día - se despide.

El chico toma el resto del croissants con una servilleta, se pone sus cascos y anda a toda velocidad en su nueva bicicleta, aquella que le había comprado su madre para cuando despertara después de que la suya quedara totalmente destruida por el accidente. Deja la bici en el estacionamiento donde guardaban los vehículos de los estudiantes, la ata con una cadena a la verja y entra.

La Universidad parecía una versión un poco mas adulta de su Instituto, formaba aula con muchos de los que habían sido sus compañeros, entre ellos Ernest, al parecer ahora líder del grupo, apenas entro por la puerta puso sus ojos en Ryan, al que no dudo ni un segundo en ir a saludar.

- miren a quien tenemos por aquí - dijo con acento chulesco mientras se sentaba encima de la mesa, Ryan tenía la cabeza baja, sin mirarlo - pensaba que te quedarías todo el curso lloriqueando en tu casa con tu mamá - en ese momento, poco a poco fue levantando la cabeza hasta alcanzar mirarlo fijo a los ojos, a penas sin pestañear - ¿te pasa algo Ryan? - pregunta sonriente y con una actitud borde.

El chico de la calle de atrásWhere stories live. Discover now