06. El mensaje cifrado en un recuerdo | Parte 2

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Tanja estaba en su habitación, sentada sobre la cama y con los pies cubiertos con una manta. Daba la impresión de haber pasado una noche terrible y sus ojos tardaron en enfocarla cuando la vieron entrar al cuarto. Sus primeras palabras surgieron imperiosas de sus labios.

—Tienen que ayudarme.

Se aproximaron de inmediato, preocupadas.

—En lo que necesites —le aseguró Emma, que se había arrodillado frente a su amiga y acariciaba sus nudillos con suavidad. Senna sintió esa calidez como si fuera dirigida a ella—. ¿Qué es tan urgente?

La mirada de Tanja intercalaba entre una y otra, evaluándolas. Tras unos segundos, pareció convencerse de que podía confiar en ellas.

—Mamá está tirando sus cosas, las de papá. Lo que quiero es que me ayuden a revisar las cajas que me faltan para poder quedarme con lo importante.

Evitaron mirarse; sus ojos estaban fijos en Tanja, en el temblor de sus manos, en la prisa de sus gestos. Emma fue la primera en reunir valor para quebrar el silencio que crecía y se hacía más pesado a cada instante.

—¿Te sientes bien? Cuando me llamaste anoche para cancelar la cena pensé... —Dejó morir las palabras como si no estuviera segura de cómo continuar.

—¿Qué pasó, Tanja? ¿Estuviste así durante todos estos días? ¿Por qué no nos llamaste antes?

—No —respondió Emma—, el martes estaba bien. Ayer por la mañana también, coordinamos la cena por teléfono y se la oía tranquila.

—No hablen de mí como si no estuviera —pidió.

Senna tomó asiento a su lado, sobre las mantas desarregladas.

—Entonces finge que estás aquí, al menos —susurró con calma, esperando que no lo sintiera como un ataque—. ¿Qué pasó? —insistió.

—Estoy bien —aseguró. Todo en ella gritaba que era una mentira—. Solo necesito que me ayuden a separar cajas. ¿Lo harán?

—¿Estás segura de que es lo mejor? —intervino Emma—. Si Lilja necesita quitar ese peso de la familia, puede que sea porque siente que les impide avanzar.

Tanja decidió ignorar la sugerencia. No le había mencionado a su madre que había estado buscando en las cajas del sótano y le había pedido a Mikko que lo mantuviera entre ellos, para evitar posibles discusiones durante la semana. Sin embargo, algo pareció surgir entre sus pensamientos, porque sí respondió a la pregunta de Senna y se fijó en ella como si la escuchara por primera vez en el día.

—Encontré esto —le dijo, y se puso de pie para buscar el relicario que había guardado en el mismo cajón que su diario. Se lo tendió—. Estoy bastante segura de que estaba en la habitación de mis padres, no puede llevar más de un año en el sótano. Si miran bien, solo tiene una fotografía de mis hermanos y yo, no hay foto de pareja, nada que motive que mamá quiera tirarlo. Puede que ella no sepa con exactitud qué hay en el sótano, ni siquiera está ella misma sacando las cosas. Esta es la clase de recuerdos que quiero salvar —enfatizó.

Senna abrió el relicario casi sin desearlo, solo para ver la imagen que Tanja había mencionado, y sus dedos se aferraron rígidos al metal cuando la reconoció. De un lado estaban los rostros sonrientes de los niños Virtanen, pero en el otro se grababa una señal. Los trazos en aniah no resultaban tan fáciles de identificar por la escasa nitidez de las líneas, incluso notó que desconocía algunas letras, y dedujo que el mensaje no estaba destinado a cualquiera de manera general ni a algún alkyren de modo particular, ya que no era ni la variante comercial ni su dialecto específico lo que se mostraba allí. Era un mensaje hacia la primera generación, y de pronto comprendió que Jaakko Virtanen tenía relación con Alkaham y que su ausencia podía deberse a más razones de las que habían imaginado en un principio.

Susurro de fuego y sombras (Legados de Alkaham #1)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن