Capítulo 49

7.6K 663 1.1K
                                    

Aviso que cambié las barras de diálogos largas por las cortas porque wattpad después me las saca y así pierdo muchísimos comentarios. No me gustan estos guiones cortos pero por otro lado me muero si pierdo los comentarios finales de ustedes.

Paso a paso. Minuto a minuto supo resumir sin descartar nada las peripecias vivenciadas con Rodrigo. La ambigüedad de saberse herido y ultrajado por el pibe que amó. "Te extraño y me da bronca que nunca tengas tiempo para mí". Los procesos que debió atravesar. La desromatización de lo que había creído amor. "Vos fuiste el que me puso así. Ahora no llorés". Le calzó palabras al dolor y se llenó de frases impuestas por Rodrigo a base de manipulación y dulzura malintencionada. Salió a batallar como pudo su desgracia digital en aquel encierro físico y virtual. "Te cuido porque te amo, pendejo. Qué te cuesta hoy... quedarte conmigo".

Y mientras se sentía con las cuencas vacías, percibía las marcas de dormidas deplorables y tajos de padre sacado se centró en aquella lente con cierta esperanza. "No es que tus amigos no me caigan bien...". Buscaba así correr un toque la atención, voltearla a la persona que realmente se lo merecía. Al responsable de tantas burlas. Sacar a los tiros infinita vergüenza y envolverlo con esta al mal nacido de su ex. "No vas a salir". Milo no sabía si lo iba a conseguir, pero al menos pensaba intentarlo. "Si me dejás... te vas a quedar solo. Si ni tus viejos saben...". Como podía y con el aguante de la poca gente que lo bancaba se iba a reconstruir. "¿Con el permiso de quién?". Con el suyo. Con nada más y nada menos que con su propia piel como refugio. Confiaba salir de esta consigo mismo y los amigos que había forjado por ahí. Sintió el abrazo fuerte de Luz apenas se compuso después de la grabación y se dejó llevar por la emoción cuando notó, otra vez, muchas ganas de llorar.

-Milo va a estar todo bien... vas a ver... -le dijo la chica con su voz apretada contra el oído del mellizo.

-¿Vos decís? -preguntó pasándose el puño por la nariz para sacarse la congestión -¿Y si se pone todo peor?

-¿Peor qué esto? -se rio mucho Luz mientras le apretaba los cachetes con dedos temblorosos y nerviosos al pibe -Ya fue, boludo. Qué se vaya todo a la mismísima mierda -lo animó contagiándole las risas aguadas y de muchos mocos -Mirá tengo que mostrarte esto... -dijo agarrándolo de la muñeca para mostrarle en su notebook un mail a medio escribir y con varios usuarios como destinatarios.

-¿Qué onda? -preguntó Micael mirando aquella grabación ya cortada y renderizada.

-Antes de proponerte lo del video me había asesorado con varias agrupaciones LGBT y feministas. Ellos se ofrecieron para compartirlo directamente en sus páginas y perfiles. Obvio que pienso mandarles la denuncia si vos estás de acuerdo. Aunque si me permitís darte una opinión... con toda esta gente, tu escrache va a tener más peso... -le recomendó Luz observando los gestos pensativos y los ojos enrojecidos de Micael -¿Estás enojado conmigo? -quiso saber preocupada al no tener una respuesta inmediata. Pensó que quizás se había metido por demás o que no dispuso de tacto en la propuesta.

-No, amiga... cómo me voy a enojar... -tragó con fuerza Milo mientras leía los diferentes mails que su amiga dejó en suspenso -Me quedé de cara no más...

-¿Qué querés hacer? -preguntó Luz abrazándolo con fuerza por atrás.

-Mandáselos... apenas esas páginas lo compartan lo hago yo también...

-Viste que no estás solo, bobito... Somos muchos los que te queremos ver bien... -le dijo contenta mientras notaba al pibe más animado.

-Sí, eso es verdad... No sé cómo se los voy a agradecer. Vos, Leti, David y mi hermano se están portando de puta madre, bueno ni hablar del profe Agustín y sus amigos... ¿Te enteraste lo que le ofrecieron a Vicente? -preguntó mientras Luz se dispuso a mandar mails desde su notebook y él se sentó en la mesa del comedor para cebar unos mates. En seguida pudo sentir como Tuti se desparramó a sus pies y fue justo allí que se vio rodeado de buena compañía.

7 Días para conocerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora