Jisung

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El día había terminado solamente quedaban para hablar Jisung y Jaemin, quién aún no estaba del todo muy claro sus sentimientos.

–¿Jisung o Jaemin?–Preguntó el de ojos celestes.

Ambos nombrados se miraron y Jisung hizo una mueca acompañada con un encogimiento de hombros. Jeno miró expectante a los dos, pero quería escuchar la historia de Jaemin, ya que era el que menos había participado desde que empezaron a hablar.

–Iré yo.–Una voz gruesa salió de Jisung.–Bien...–Suspiró.

La historia empezaba desde que ellos eran niños, ella se llamaba Yangmi su linda Yangmi.

Los padres de ambos eran muy amigos desde la secundaria, y eso pasó con Yangmi y Jisung. Ambos se criaron juntos, yendo a la misma escuela, quedándose en la casa del otro a hacer pijamadas.

Pero Jisung siempre sintió algo más que cariño por , pero nunca pudo decirle por su timidez.

Jaemin lo miraba con atención al escucharlo relatar su historia.

Yangmi y Jisung siempre fueron unidos, no integraron a más personas a su grupo por miedo de separarse, como pasaba con los demás niños. Pero ambos tenían sus amigos fuera de la escuela. Jisung estaba en el grupo de danzas mientras que ella le gustaba más el dibujo.

Los años pasan y Jisung seguía mirándola con los mismo ojos, hasta que el corazón del muchacho se hizo pedazos. ¿Por qué? Si Jisung nunca había dicho una palabra sobre sus sentimientos a Yangmi.

A su madre le ofrecieron un trabajo en Daegu, es decir, Yangmi se tendría que ir con su madre.

Jisung recuerda como lloró esa noche en su habitación, le dolía el alma perder a alguien tan especial como ella. Pero más le dolía es que no sabía cómo decirle lo que sentía por la castaña.

Nadie sabía sobre los sentimientos de él, ni su grupo de amigos ni mucho menos su familia.

Jisung aprovechó al máximo sus días con ella, practicando día y noche lo que le diría. Se juntaban a ver películas, salir juntos, Yangmi le enseñaba unas técnicas de dibujo que había aprendido, Jisung por su parte amaba verla tratar de bailar, aunque apestara en eso.

–Ahg, ya sabes que apesto en esto ¿Por qué lo sigo intentando?–Yangmi miró a Jisung quién se encontraba con una sonrisa.

–No lo sé, pero es divertido verte.

–Pudrete Park Jisung.–Ella se cruzó de brazos dándole la espalda, obviamente estaba fingiendo.

–Yangmi...–Jisung se acercó a ella.–¿Yangmi?–Un puchero se posó en sus labios.–¿Mí linda Yangmi?

La nombrada se volteó con una ceja levantada.–¿Qué?

–Sabes que no te creo tu enojo ¿Verdad?–Él se encorvó quedando a la altura del rostro Yangmi.

–¿Ah sí? ¿Me estás retando?–Ella sonrió de lado.

–Tal vez...

Ese día se rieron muchísimo, terminaron en el suelo de la habitación de Jisung.

–Voy a extrañar esto.–Murmuró ella mirando al techo.–Apesta irme, no quiero volver a empezar, estoy bien aquí contigo.–Suspiró tomando la mano de Jisung.

Él quiso llorar, pero se conformó con sujetar su mano. Ella se sentó de golpe al mismo tiempo que Jisung quedándose cara a cara. Los ojos marrones de Yangmi se abrieron como platos al quedar tan cerca de él. Las mejillas de Yang ardían como si estuvieran prendidas fuego. Por otro lado Jisung tenía su corazón latiendo a mil, parecía que se iba a salir de su cuerpo.

–Yangmi... Yo...–Jisung iba a aprovechar para confesarse.

–¡Alejate!–Ella lo empujó tomándolo de los hombros y tomando distancia de él. Se volteó para que Jisung no se diera cuenta de su sonrojo. Murmuró unas cuantas cosas para su misma y lo miró nuevamente.

Ella lo veía tan adorable. Jisung era alguien irremplazable, y estaba más que decir que él tenía su corazón en su mano.

Los días pasaron rápidos, y el día que ninguno quería que llegara, llegó. Yangmi lloró desconsoladamente en el hombro de Jisung todo el camino hacia el aeropuerto. No quería dejar a su mejor amigo. No quería dejar nada de lo que tenía aquí.

–¿Puedo pedirte algo?–Ella murmuró metiendo su mano en el bolsillo de su mochila.–Lee esto cuando me haya ido, ¿Si?

Sacó de allí una carta rosa y la posó en la mano del más alto.–Yangmi...–Los ojos de Jisung se llenaron de lágrimas y envolvió el pequeño cuerpo de su amada.–No quiero que me dejes.–La voz quebrada de Jisung hizo que Yangmi lo atrajera más a su cuerpo.

El vuelo se anunció y ella se marchó, sin saber de los sentimientos de Jisung por ella, sin saber que él daría todo por estar con ella, donde la amaba más que a nadie en el mundo.

–¿No le dijiste lo que sentías? ¿Ni en ese momento?–Chenle estaba impactado.

–¡Nunca va a saber de tus sentimientos!–Renjun exclamó levantando sus brazos.

Jisung sacó la carta de sus bolsillos y se la pasó a Jaemin.–Lo sabe y muy bien.

Nana leyó una parte de su carta. Y sonrió de lado.–No eres muy bueno ocultando las cosas, ni mucho menos cuando se trató de tus sentimientos. Te volveré a buscar cuando vuelva y sea mayor, espérame.

–Ella te correspondía...–Jeno estaba impactado.

–Sí, fue un error mío por no haber abierto la boca.

–El destino lo quiso así por algo, tal vez no sea momento de llegar a ser algo más que amigos. Tal vez es una señal de que no están listos para ese paso, nadie lo sabe hasta que ustedes lo averigüen.–Harvey le sonrió.

–Me siento tan inútil, si tan solo hubiera no lo sé, al menos un beso, o con solo decirle que la amaba mucho más de lo que se imaginaba me bastaba. No sé cómo haré para calmar estos sentimientos.

Jisung suspiró.–Te ayudaremos a calmarlos, ella dijo que volvería.

–Y si no lo hace, iremos a buscarla a decirle que es una mentirosa.

–Renjun...

–Lo siento, me deje llevar.

Jaemin pensó mucho sobre la historia de Jisung, él si merecía el amor de ella, ambos lo hacían. ¿Somi merecía el amor de él? No. Tal vez sí como amiga pero no como una pareja. Observó el grupo de muchachos que se reía por un gesto que Chenle hacía. Se sentía completo aquí, sentía que su lugar estaba aquí. Con gente que lo entiende en su perfección.

Don't need your love → Na Jaemin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora