Capítulo 14

8.3K 513 90
                                    

Los días se arrastraron, ya no conseguía más trabajar. Me vi siendo tirada en un abismo sin fondo, donde me sentía constantemente cayendo. Sin nunca, llegar a ningún lado.

Sólo delegaba las tareas, y percibí en Marie una excelente líder.

Hacía una semana que yo pensaba en la posibilidad de buscar Lauren. No interesaba más las condiciones en que yo la había conocido. Estaba sufriendo, necesitaba de ella, era algo vital.

Había pasado la semana entera evitando mi padre, que parecía estar sintiendo vergüenza de mí, o mejor, de su comportamiento.

Sin embargo, había decidido buscarlo.

Lo encontré en la biblioteca fumando uno de sus cigarros cubanos preferidos y bebiendo coñac.

Entré sin hacer ruido y me senté a su lado.

Me miró, después continuó a beber y a fumar, como si yo no estuviera allí.

Entonces, hice el primer movimiento.

-- Salió bien, papá -- dije cruzando mis piernas y volviéndome para él.

-- El qué?

-- Tu plan, de hacer con que yo me enamorara por alguien... Diferente. Salió bien.

Él me miró por el rabillo del ojo, desconfiado.

-- Hija, oiga, sé que erré y...

-- Creo que tú me conocías más que yo. Jamás imaginé que...

-- Sé de eso, mi hija. Yo tampoco.

-- El hecho es que ya no puedo más luchar contra eso! Quiero ser feliz, no importa en qué circunstancia nos conocimos. Sé lo cuánto nos envolvemos.

-- Entonces, no te vas a enojar si te digo que la razón de todo eso está aquí?!

Me levanté, sorprendida:

-- Como así, aquí? -- pregunté con una sonrisa estampado en el rostro. El corazón ya acelerado.

-- Sí. Estábamos conversando, cuando fui avisado de que estabas llegando. Temí que te molestara. Entonces, hallé mejor que no se vieran.

Él me guiñó de una manera traviesa.

Intenté controlar mi respiración y los latidos del pecho. Me adelanté para la puerta sintiendo las rodillas flaquear, constataba que necesitaba de Lauren más de lo que podría suponer.

Me volví para él, angustiada, y antes que yo preguntara, dijo:

-- En el jardín, querida!

Corrí por los pasillos de la casa hecho una niña entusiasmada, apenas percibiendo los empleados que me miraban, intrigados.

Cuando finalmente alcancé las escaleras que llevaban al inmenso jardín cerca a la piscina, paré. Intenté controlar la respiración, a fin de cuentas, necesitábamos conversar muy seriamente, antes que yo me tirara en sus brazos. Necesitaría justificar todo, y yo rezaba dentro de mí, para que ella tuviera una explicación que no dejara margen alguna para desconfianzas. Pues yo la quería de todas maneras.

Caminé lentamente venciendo todos los escalones de piedras que se aproximaban del jardín. Entonces, cuando llegué al jardín, vi.

"Qué está pasando?"

-- Qué estás haciendo aquí? -- pregunté confusa.

-- Vine a verte, nena! -- respondió Matthew con aquella sonrisa animada en el rostro, que yo ya conocía y odiaba.

Un amor por Encargo ||CAMREN||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora