Miedo

20 3 0
                                    

Solo cuatro días habían pasado, pero, para Ethan habían sido los 4 días más largos y duros de su corta vida. Aparte de estar castigado sin poder salir de la casa después de la escuela, sus amigos estaban muy distantes, era como si de repente ninguno quisiera hablarle o acercársele.

Martín estaba muy molesto con él, pues según su punto de vista, Ethan había estado del lado de Gabe en lugar del suyo. "Él debió apoyarme en vez de detenerme" pensaba Martín, exagerando un poco la situación.

David, había estado toda la semana intentando que Daisy lo perdonara. Pará él era muy difícil aceptar honestamente su error, pero prefería hacer eso que perder la hermosa relación que tenía con su hermana, pues sin el apoyo y amistad que Daisy le brindaba, el tiempo que David pasaba en su casa se convertiría en un verdadero infierno donde parecía que nadie creí en él y lo consideraban ajeno a la familia.
Pero, Daisy había estado evitándolo todo el tiempo, cada vez que lo veía por un pasillo corría, al entrar a su casa iba directo a su cuarto para evitar topárselo en la sala o el comedor.

Y Daniel, en realidad él si le hablaba a Ethan, pero estaba algo distraído. Todo el tiempo hablaba de una chica rubia y de lo genial que era. Estaba totalmente flechado, lo cual en realidad no era algo malo.
Al principio, la compañía, o más bien, la  presencia de Daniel le bastaba.                          Temía quedarse solo, tenía la horrible idea de que Feng Kun lo asechaba y solo esperaba el momento en que lo dejaran solo para poder acabar con su vida.

—¿Ethan?— la dulce voz de Vanessa Torres lo hizo alzar su mirada.

—Hola— dijo sin muchas ganas volviendo a bajar la cabeza.

—¿Qué sucede? Te ves deprimido— dijo Vanessa sentándose en el suelo junto a él.

Ethan no quiso responder.

—Es muy raro verte así. Siempre me encantó tu manera positiva e infantil de resolver las cosas, pero ¿Donde está esa chispa ahora?— Vanessa quería animarlo alagándolo.

—Tengo miedo— confesó Ethan sin mirarla.

—¿De qué?— quiso saber.

—De... morir— pensó rápido para no levantar las sospechas de Vanessa —Yo... nunca había pensado en eso. Bueno, si llegue a pensar que algún día, cuando estuviera viejo, siempre quise morir estando dormido porque dicen que así no duele tanto, pero nunca pensé que pasaría tan pronto y de una manera Tan horrible— declaró mientras recordaba esa imagen del pasado, en la que el mismo Feng Kun asesinaba a su hermana a sangre fría causándole un fuerte escalofrío, un nudo en la garganta.
El pobre muchacho palideció al pensar que él moriría de la misma manera.

—Creo que no entiendo de qué hablas— dijo Vanessa con la verdad, negando un poco con la cabeza.

—Es muy complicado— respondió Ethan mirando el techo tratando de mantener su mente en Blanco y no estresarse más.

—Ok... bueno. A mi también me da miedo la muerte, ya que no creo en nada. No creo que vayamos al cielo, o al infierno, creo que cuando morimos ahí acaba la historia, no hay más que contar, no hay otro mundo al cual ir, es solo... el final. Y eso de verdad me aterra. Es que aunque yo creo eso, me desespera no poder saber qué pasa después, me gusta saber que esperar ¿Entiendes?— se abrió Vanessa al ver Tan vulnerable a Ethan, creyó que contándole su preocupación el olvidaría la suya o tal se sentirá menos extraño con eso —Es un tema complicado.

—Si— dijo Ethan finalmente mirándola. Estaba tan hermosa y radiante a sus ojos que su miedo disminuyó un poco, provocando que se dibujara una leve sonrisa en su rostro.
—¿Qué haces tu aquí, Vanessa?— quiso saber.

—Es que te vi desde el pasillo y creí que podría animarte, porque es raro verte así. Solo quería, Bueno, quiero ayudar— contestó Vanessa sonriendo también.

—No sé cómo podrías ayudarme en esto. Estoy... metido en un enorme y complicado problema— dijo Ethan.

—¿Un problema que tiene que ver con la muerte?

—La vida nunca me había parecido tan corta— dijo Ethan como un pensamiento en voz alta antes de acercarse rápidamente a Vanessa y robarle un dulce y tierno beso, el cual, Vanessa en realidad no correspondió y lo alejó casi de inmediato —Lo siento.

—¿Por qué fue eso?— dijo poniéndose de pie.

—Lo siento, se que estuvo mal hacerlo sin tu permiso— dijo parándose también —Vanessa, no quiero ser tan directo pero... creo que alguien va a venir a matarme, muy pronto, así que lo diré de una vez. Me gustas y mucho.

Vanessa se sonrojó un poco al escuche pero no dijo nada.

—Ay, Ethan, yo...

—No— la interrumpió extendiendo su brazo para que viera su dedo índice —Dejémoslo así ¿Ok? Solo... me disculparé una vez más contigo y me iré.

—¿Qué a donde?

—No sé, quiero pensar. Lo lamento— dijo Ethan ante de irse directamente a su casa.

Pasó una agradable tarde con su familia, aún con la idea de que esa podía ser la última vez que los vería.

—Vamos, Frank, es una buena historia— pidió Lluvia (la madre de Ethan) a su esposo con una sonrisa divertida en su rostro.

—No, no, no. Es tonta— dijo Frank riendo por la pena.

—¿Qué? ¿Qué historia?— río Ethan al preguntar.

—Vamos, tú hijo quiere saber— insistió Lluvia dándole otro trago a su copa de vino tinto —Si no la cuentas tú, lo haré yo y posiblemente no te gustara como lo cuento.

—Ok, Ok— accedió rápidamente aún riendo un poco —Fue hace 20 años, una semana antes de que tu madre y yo nos casáramos en secreto.
Estaba en casa de mi madre, convenciéndola de que hablara con mi padre cuando escuche un horrendo ruido que venía del patio, para no preocupar a mi mamá fui solo al jardín y encontré la cosa más extraña que había visto en toda mi vida. Un portal, como los que salen en las caricaturas de fantasía, era como ver un agujero gigante en el suelo con un extraño contorno brillante que parecía girar— explicó Frank como todo un narrador.

—¿Un portal? ¿Hace... 20 años?— preguntó Ethan al recordar lo que estaba escrito en su libro.
"Tom Pocked expulsó a Kun a la tierra de las sombras con ayuda del portal que se abre cada 20 años"

—Si— aclaró su madre sin prestarle mucha atención a la mirada curiosa y Algo preocupada de Ethan.

—Nunca sabré porque lo hice pero decidí aventarme al vacío del portal y terminé en un extraño bosque con árboles de tronco color... morado y hojas verdes. Escuche risas a mi alrededor. Creí que me volvía loco, me invadió el miedo, un miedo tonto e irracional al creer que una extraña criatura estaba asechándome, traté de volver al portal pero estaba muy alto— comenzó a recordar más claramente —Y entonces... escuché golpes, forcejeos, alguien peleaba cerca de ahí, provocando que las risas se detuvieran, creando el silencio más perturbador que presencié jamás. Luego de eso, un hombre, supongo, con piel azul y traje como de superhéroe salió de entre la oscuridad del lugar y me dijo algo, pero no lo comprendí, hablaba un raro idioma. Recuerdo que rodeó los ojos y luego chasqueó sus dedos.
Cerré mis ojos y al abrirlos me encontré en casa— se detuvo al volver a sentir esa confusión y la duda —Le conté a mi madre pero no me creyó, de hecho guardo el vino y me mandó a dormir como si fuera un niño, un niño loco. Nunca supe si era real o estaba delirando.

—Vaya— fue lo único que Ethan pudo decir.

—Bueno, fue una linda historia, pero ya es tarde y tú debes ir temprano a la escuela, así que, vete a dormir— le dijo su madre.

—Claro— accedió Ethan dándole un fuerte abrazo a su madre —que duerman bien— dijo antes de abrazar a su padre también, sacándoles una tierna y satisfecha sonrisa a ambos.

Ethan subió a su habitación. Cerró la puerta y se puso la máscara.
"No quiero morir, pero no quiero que le pase nada a los demás...
Debo irme y hacer que Kun me siga"
Pensó mientras usaba los poderes de la máscara para crear otro traje, este de color negro muy parecido al de un agente secreto.

La Máscara NinjaWhere stories live. Discover now