Black & Blue

III

No podía tolerarlo, no soportaba ver semejante escena. Pero claro, ¿qué más podía esperar de una chica tan sociable? Debía admitir que por eso tenía más amigos a los cuales apreciaba muy a su manera, pero también le molestaba como algunos eran demasiado efusivos con su compañera. Eso le molestaba mucho, tal vez porque se sentía desplazada, porque en el fondo de su ser tenía miedo a perder ese lugar tan especial. ¿Lo peor del asunto? No podía hacer nada más que mirar como la alejaban de sus brazos y vigilar que nadie quisiera pasarse de listo. Su mirada felina, como pocas veces, se dirigía a alguien más y en vez de pasión, expresaba molestia.

Había algo en él, específicamente en él, que le molestaba aún más. ¿Acaso conocía su secreto? No, eso era imposible. Siempre han sido muy cautelosas respecto a su verdadera relación, hacían todo lo posible para evitar sospechas. Aun así, él parecía saber algo. Podía verlo en sus ojos mientras la abrazaba o la hacía reír. Él le dirigía una mirada desafiante por encima de la melena azul y dejaba en claro que su intención era arrebatársela. ¿Era eso o solo malinterpretaba las cosas? En verdad no le importaba y respondía con un gesto de molestia, de desprecio; no podía ocultar lo que sentía. En cuanto vio la oportunidad, la tomó de la mano y disculpándose con los demás, se la llevó con el pretexto de comprar alguna chuchería para mitigar el hambre.

Antes de llegar a la tienda, no pudo ocultar más su molestia. Dio un largo suspiro, se ajustó los lentes y lo dijo. Expresó todo su malestar por aquella situación, su desprecio hacia él y su miedo a perderla, a que se la arrebataran. El solo pensarlo le dolía hasta llegar a las lágrimas. Sintió una cálida mano en su mejilla.

—Sabes que no te cambiaría por nadie. Me gusta dar y recibir afecto, pero—le dijo con esa sonrisa que le encantaba. La abrazó y casi rosando los labios con su oído, le susurró—: contigo es mucho más que eso.