Distancia

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Cansado y aburrido de estar solo, Gray decidió que lo mejor era buscar un trabajo que lo mantuviera lejos de la ciudad por algunas semanas. Necesitaba algo arriesgado, que inundara su cuerpo de adrenalina y mantuviera su mente lejos de los recuerdos, tenía que ser una misión que requiriera de todo su poder y así descargar en sus puños sus más profundas frustraciones.

— Derrotar un monstruo de lava... — Leyó en voz alta — Recompensa... oh, vaya! — Cuando leyó el número en grandes números redondos supo que esa era la misión para él. Si pagaban tanto, entonces debía ser difícil, arriesgada y temeraria, justo lo que él buscaba.

— Esa no es para tí, Gray. — Escuchó que le decían a su lado. Giró la cabeza para encontrar a Mirajane quien le sonreía con amabilidad. — Para cumplir esa misión se necesita un mago más experimentado o un equipo. Natsu y Lucy tardarán unos días más en regresar, quizás cuando ellos vuelvan...

— Vamos, Mira... — Se quejó frustrado. — Sabes lo que soy capaz de hacer, no creo que un monstruo de este tipo pueda con mi magia de hielo.

— Mejor toma este trabajo. — Le sonrió, ignorando completamente sus palabras. — Creo que es adecuado para "tu magia de hielo"

— Un grupo de bandidos... Agh, ¡No! No quiero seguir persiguiendo perdedores.

— ¿Qué me dices de este? — Le extendió otro papel y Gray sabía que era para burlarse de él.

— Entretenimiento para una fiesta de cumpleaños. — Mira le sonreía con simpatía, pero detrás de su inocencia se veía su intención de molestarlo — Muy gracioso.

— Oh, puede ser...

— Déjalo — Interrumpió irritado. — Tomaré la de los bandidos. Gracias

— No es nada, Gray.

Se dirigió a la salida sintiéndose frustrado. No era solo la necesidad de descargar poder, el monstruo de lava pagaba mucho más que los bandidos, el joven estaba juntando dinero desde hacía un tiempo y la jugosa recompensa sería un buen incremento en sus ahorros. Incluso si compartiera el trabajo con alguien más, el dinero sería mejor paga que la misión de los bandidos...

— Apuesto que un Unison Raid lo dejaría fuera de combate...

El pensamiento se deslizó directamente por sus labios sin que lo racionalizara demasiado. La sensación de su magia unida a la de Juvia recorrió su cuerpo como una descarga eléctrica placentera y dolorosa. Bajó la mirada sintiendo la nostalgia envolverlo con su aura fantasmal, la oscuridad nublando su mente mientras caminaba hacia la estación de tren.

Un atisbo de azul se coló en su campo de visión, obligándolo a levantar la vista y al encontrar el manto de cabellos celestes pasar por su lado la llamó en un susurro involuntario y ella volteó para mirarlo.

No pudo evitar extender su mano y aferrarse a su muñeca. Los profundos ojos azules se fijaron en los suyos con sorpresa que luego fue rápidamente reemplazada por una tristeza palpable. Gray no estaba seguro de porqué la había agarrado, pero se obligó a enterrar en su interior el orgullo para tomar acciones de sus sentimientos. Sus dedos se deslizaron hasta su mano, aferrándose alrededor de los de Juvia delgados y cálidos.

— Tenemos que hablar. — Ella frunció el ceño mirándolo indignada y tironeó de su mano para soltarse.

— Suelta a Juvia — Le exigió con tono firme. Gray se aferró con más fuerza.

— Por favor, no podemos... no quiero seguir así. — Podía sentir la molestia en su pecho por la forma en que salieron sus palabras, su voz sonaba tan suplicante que no se reconocía a sí mismo. Finalmente ella transformó su brazo en agua y se liberó. Le dió la espalda, girando rápidamente sobre sus talones.

Presente y PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora