—¿Eh?

Hoseok rió suavemente.

—Vamos. No estoy ciego. Ha estado sucediendo desde hace semanas. Creí que te cansarías de él para ahora, pero todavía te ves totalmente jodido la mayor parte del tiempo.

—No es cierto...

Hoseok le dirigió una mirada chata. Pellizcándose el puente de la nariz, Namjoon admitió:

—Sí, está bien. ¿Entonces qué?

Hoseok levantó las manos.

—Hey, yo no estoy juzgando. Lo que sea que haga flotar tu bote—se encogió de hombros con una sonrisa torcida—No es asunto mío si tú estás enamorado de su polla.

Namjoon se deslizó en su silla y miró sombríamente a Hoseok.

—Puede que sea un poquito más complicado que eso—se pasó una mano por la frente, suspirando—. Ni siquiera estoy seguro de cómo actuar con él en clases ya. Es como si mi cerebro dejara de funcionar cuando él está cerca—él hizo una mueca—. Yo lo besé ayer afuera de su oficina. No pude evitarlo. Tuvimos suerte de que era tarde y de que nadie nos viera... creo.

Las cejas de Hoseok casi alcanzaron el nacimiento del pelo. Silbó.

—Espera, ¿están... como en una relación?

Namjoon frotó el rabillo del ojo.

—No, quiero decir, no lo sé. Yo... yo como que le di una llave de mi casa—Hoseok se echó a reír. Namjoon le dio una patada bajo la mesa—Cállate. Tenía mucho sentido hacerlo. A veces él viene muy tarde y no quiero que despierte a los niños con su golpeteo. Esto no significa lo que crees que significa.

—Oh... ¿En serio?

Namjoon dejó escapar un suspiro.

—No lo sé. Las cosas han sido raras últimamente. Él es tan bueno conmigo a veces y me siento como... me siento tan bien con él, ¿sabes? —feliz—Es tan confuso.

—No jodas. ¿Ustedes no hablan?

Namjoon se encogió de hombros.

—Claro, hablamos, pero no sobre eso. Él viene a mi casa por la noche y si los niños están todavía despiertos, no es que podamos tener una charla apropiada. Si ellos ya están en la cama, no gastamos mucho tiempo hablando—sólo quiero conseguirlo desnudo y sobre mí—. Y él no es exactamente del tipo conversador.

—Pues parece que él quisiera hablar esta vez—Hoseok asintió hacia algo detrás de él.

Namjoon volvió la cabeza y vio a Kim caminar hacia él rápidamente. Namjoon se puso de pie y dio un paso lejos de la mesa justo cuando Kim lo alcanzó.

— ¿Algo está mal? —Namjoon murmuró mirando a su alrededor. Estaban atrayendo miradas curiosas; los instructores normalmente no visitaban la cafetería.

Los hombros de Kim se relajaron un poco.

—No—dijo dando la vuelta y saliendo de la cafetería, esperando claramente que Namjoon lo siguiera. Rodando los ojos, Namjoon lo hizo—. Me voy por unos días—dijo una vez que estaban afuera.

—¿Dónde? ¿Por qué?

—No importa. No te incumbe.

Namjoon cruzó los brazos sobre su pecho.

—¿De verdad? Entonces, ¿por qué siquiera me lo estás contando?

Ellos se quedaron mirando el uno al otro. Namjoon se negó a bajar la mirada.

—Me voy—dijo Kim con carácter definitivo.

—Bien. Ve—Namjoon se mordió el interior de la mejilla, tratando de contener docenas de preguntas. Preguntas que lo harían verse como un patético y necesitado niñito adolescente.

Kim dio un paso hacia él; sus rostros estaban sólo a pulgadas de distancia ahora. Había una extraña inquietud en los ojos oscuros de Kim. Algo estaba cambiando entre ellos y eso asustaba a Namjoon. Y le excitaba.

Pasaron unos segundos, en que sólo se miraron. Un tipo salió de la cafetería y ellos se apartaron bruscamente.

—Señor—el chico dijo respetuosamente hacia Kim.

—Correcto—dijo Namjoon, metiéndose las manos en los bolsillos—. Me iré.

Antes de saltar sobre ti y besarte delante de todos.

Kim asintió con rigidez y se alejó. Namjoon suspiró. Maldita sea.

Quizás unos pocos días de descanso podría hacerles bien. Las cosas se estaban poniendo demasiado extrañas. O quizás el problema era que ya no eran tan extrañas.

Retorcido (JinNam)Where stories live. Discover now