Gleestory 4: Love song

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Primero lluvia, después truenos, se avecinaba una tormenta.

Un ladrido de un perro llamó mi atención a la vez que mi mente empezó a recordar inconscientemente.

*FLASHBACK*

"Si sus sentimientos son los mismos que en abril, dígalo de una vez, una palabra suya me silenciara para siempre. Si sus sentimientos hubiesen cambiado, tendría que decirle que me ha hechizado en cuerpo y alma y la amo, la amo, la amo, no quiero estar sin usted otro día."

El señor Darcy sí que sabía cómo hacer derretir a una mujer. Estaba en el parque dónde frecuentaba junto a mi amado libro sobre mi regazo.

Un ladrido resonó cerca de mi y segundos un después labrador se posó sobre mis piernas, haciendo que diese un pequeño bote.

-Hola bonito. Me has asustado, ¿lo sabías?- Le acaricié la cabeza, dio un ladrido, contento y una risa escapó de mis labios. -¿Te has perdido?, ¿tienes dueño?- Sabía que no me va a contestar, pero me daba igual. Le busqué la placa de identificación, pero no aparecía. Debía ser un perro abandonado, aunque tenía la correa.

-¡Fiona!- Gritó una voz masculina cerca de aquí. Qué nombre más feo, ¿quién se llama así? -Aquí estás.- Dijo la misma voz justo delante de mi, jadeando. Levanté mi cabeza y me quedé observando sus ojos, que pasase lo que pasase, se iban a quedar grabados en mi mente. -Lo siento si te ha molestado.-

Dijo el chico.

-No me ha molestado. Más bien me ha alegrado el día.- Le acaricié la cabeza de nuevo mientras sonreía. -¿Es tuyo?-

-No, es de mi tía, aunque es como si fuese mío. Es hembra.-

-Vaya, una más del equipo. Encantada Fiona.- Le agarré una de sus patas apoyadas en mi pierna y la sacudí un poco como forma de saludo.

-¿Orgullo y Prejuicio?- Me preguntó señalando mi libro que momentos antes leía encandilada.

-Sí. Adoro este tipo de libros y sobre todo las películas.- Una sonrisa apareció en su rostro.

-Soy Cory.- Me tendió la mano.

-Soy Leah.- Se la acepté y nuestros ojos se cruzaron otra vez.

*FIN FLASHBACK*

Ya estaba aquí. Sus pasos eran firmes y su rostro no mostraba ningún sentimiento. Me levanté del banco y tuve que reunir todas mis fuerzas e incluso más para poder quedarme de pie y que las piernas no se conviertan en gelatina. Mi corazón iba a 1000 por hora y puede que incluso a más.

Es como si tuviese la cabeza bajo agua y me pidiesen que respire tranquila durante un rato. Parecía fácil, al igual que venir hasta aquí, pero no lo es. Era consciente de que toda decisión tomada tiene su propia conseqüencia. Era consiente de que no podía irme de ahí sin ser herida.

-Hola.- Me dijo serio y puede que un poco triste, con arrepentimiento.

-Hola.- Nos quedamos quietos. ¿Nos dábamos un beso?, ¿un abrazo?, ¿o tal vez un simple apretón de manos?

Un vacío se hizo presente en mí ante aquella situación. Actuábamos tal y como nunca quise que pasase... Fríos y distantes.

Al final optamos por dos besos y nos sentamos de nuevo en ese banco de madera, con un espacio notable entre nosotros.

-¿Qué tal estás?- Me preguntó.

Quise reírme en su cara por esa estúpida pregunta, quise mirarlo con furia por una pregunta de la cual sabía la respuesta.

-No me puedo quejar, ¿y tú?-

-No me puedo quejar tampoco.- Nos quedamos en silencio. ¿Qué se dice cuando estás apunto de romper una relación de 2 años con un hombre al que creías tu media naranja? -Leah, tenemos que hablar.-

-Lo sé.

Él me hizo venir aquí para hablar y aún que intentase ahuyentar la idea que circulaba por mi mente era imposible no tenerla presente. Era imposible no sentir que estabamos tan cerca de un punto y final.

-No es tu culpa, no pienses eso. Es sólo....-

-Lo sé.- Le interrumpí. -¿Hay otra?-

-¡No!, no hay otra, sabes que no podría hacer eso. Hacerte eso.-

-Vale....- Miré a otro lado para no tener que ''enfrentarme'' a él.

-Leah, eres una chica maravillosa. Divertida, amable y preciosa.- Intentó cogerme las dos manos, pero se lo negué. -Puedes conseguir a alguien mejor.- Mordí mi labio inferior para evitar que las lágrimas rodasen por mis mejillas como cascadas, y me estaba costando.

- ¿Cuál es el problema? - dije entrecortadamente.

- Esta relación ha dejado de funcionar.

Sus palabras no me sorprendieron, la frialdad con la que las dijo seguían siendo la misma con la que me hablaba. ¿En qué momento la llama de pasión se apagó? ¿En qué momento empezó a hacerme sentir tan poco querida?

- Yo...

Mi respiración se hizo difícil. Todas las palabras memorizadas y las frases recitadas se borraron de mi memoria como si de un escrito a lápiz se tratase. Cerré mis ojos, intentando recuperar alguna frase almacenada. Busqué en mi mente con más intensidad, esperando a que las palabras regresasen solas a las páginas en blanco que se encontraban en mi mente. Miradas en blanco hacia páginas en blanco.

- Sé que es difícil, pero debemos terminar.

No había una manera sencilla de soportar éso, tú lo decías haciendo ver que es fácil olvidar todo lo vivido, pero hacías que fuese difícil para mi.

Decidiste interponer un muro inquebrantable entre nosotros, pero para mi era demasiado pronto para notarlo si estaba feliz estando en tus manos. Era demasiado pronto para notar como te vas, dejando todo en el pasado, mientras que yo te seguía amando.

Ahora que recuerdo todo, no te escribiré una canción de amor. No te escribiré solo para que te quedes. Te escribiré para hacerte saber todo lo que no me atreví a decir.

El Proyecto Glee 2 [Concurso]Where stories live. Discover now