Minutos después Tiffany estaciona su coche frente a la casa del joven.

- ey! - la saluda el en la puerta de la casa - Gracias por venir.

Sin saber si era por la forma en la que se lo dijo o si después de todo aquel no dejaba de ser el cuerpo de su mejor amigo Tiffany le da un fuerte abrazo que logra reconfortarlo del susto que aún llevaba encima.

- ¿que fue lo que sucedió? - le pregunta preocupada.

- entra, vayamos a mi - hizo una breve pausa - a su habitación - rectifica sintiendo ahora más que nunca que aquella vida era solo prestada mientras intentaba recuperar la suya - Volví a sentir todo - le explicaba una vez solos en su habitación - exactamente como siempre, aquella sensación de caer en un precipicio, en un hueco negro. Sentí como si todo fuera normal hasta que me di cuenta que no, cuando mire hacia atrás pude ver mi cuerpo, el cuerpo de Ryan - especifica - tumbado sobre la cama, de repente volví a ser yo, bajo el plano ancestral recupero mi forma normal, cuando salí de la habitación estaba en el Hospital, mi cuerpo estaba tirado en aquella cama y una voz me habló de repente ...

- ¿Ryan?

- si - responde serio.

- ¿que pasó? - pregunta notando que algo no iba bien.

- era el, su cara, no estaba como siempre, no era así - dice mientras se mira al espejo.

- tenemos que hacer algo - especifica ella.

- estoy perdido - la cara del joven cambiaba por segundos - no se que hacer - le dice tomándola por las manos - ayúdame - le pide mostrándose desesperado y ella apiadándose de su situación le da un abrazo.

- buscaremos una forma - le dice bajo cerca del oído.

El la abrasa con fuerza y ella es receptiva, están a gusto, se separan poco a poco, se miran, algo en sus miradas había cambiado, la respiración del joven era rápida, su corazón latía de prisa mientras ella se mostraba nerviosa, aquel no era su amigo, el nunca la hubiera mirado así ni ella nunca habría sentido esas terribles ganas de besarlo, están solos en su habitación a altas horas de la noche, su amigo los había reunido allí, era su cuerpo, pero no era el, aquel joven era un perfecto desconocido al que había pasado mucho tiempo odiando. Se entregan a sus impulsos y un beso en los labios pone fin a la intriga de saber que se siente. No se puede describir el tiempo que duró aquel encuentro entre ambos, pero después que se separaron ella salió corriendo por los pasillos de la casa hasta llegar a su coche e irse a su casa. Max Robinson esa noche no pudo dormir.

Amanece un nuevo día, el desayuno apenas no se servia en la mesa y Ryan entra por la puerta de casa empapado en sudor.

- pero Ryan - le dice su madre sorprendida - cariño - se acerca y le da un ligero beso en las mejillas al que el no hace resistencia - ¿a que hora te has despertado?

- no podía dormir - responde.

- ¿estas bien? - le pregunta preocupada.

- estoy bien - le responde intentando ocultar su preocupación.

- ¿desayunamos? - le pregunta con una sonrisa a la que no puede negarse.

- dame cinco minutos que me duche y enseguida bajo ¿bien?

- bien - dice complacida.

Después de una rápida ducha y ya cambiado para salir Ryan vuelve a reunirse con su madre en el comedor.

- ¿vas a salir? - le pregunta.

- si - responde sin dar mayor explicación.

- es necesario que hablemos - le agarra de las manos y lo mira a los ojos.

El chico de la calle de atrásWhere stories live. Discover now