𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 ⁵

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—Ya. HoSeok—se queja Tae entre risas, dando tontos manotazos al aire sin llegar a lastimar a HoSeok. Este ríe bobamente mientras sigue tirándole gomitas al rostro.

Hace poco menos de una hora habían quedado en la sala de la casa, con la televisión dando molote, con palomitas en el centro de una mesa ratona y varios refrescos a medio tomar, algunas gomitas que había comprado en el supermercado ya hacían tiradas por el suelo, gracias a una pequeña pelea de dulce que habían comenzado hacía unos minutos.

TaeHyung carcajea suavemente cuando una gomita que le tira a su amigo le queda pegada en su parpado. Están pasándola tan bien.

HoSeok le gruñe desafiante antes de arrodillarse y tirarle un puñado de palomitas a TaeHyung quien tose cuando unas palomitas le entran en la boca.

Se da unas palmaditas en el pecho antes de mirar a HoSeok que está cual gusano muerto de risa en la alfombra del piso. TaeHyung le da una mirada felina, con ojos entrecerrados.

—No me mires así, recuerda que esta es mi venganza— le señala con una risa divertida. TaeHyung suspira sonriéndole antes de asentir con su cabeza.

—Ya. Lo siento Hoseokie— se disculpa con un puchero esta vez en sus bonitos labios, gateando los pocos centímetros que lo separan de su amigo. HoSeok casi le hace mimos cuando Tae queda enfrente de él con su rostro sereno, tomándole sus manos que reposan en sus piernas. HoSeok siente su corazón borracho de ternura. —Te eh dicho que me rindo— entrelaza sus manos. HoSeok dulcifica su mirada sonriendo contento cuando TaeHyung lo mira así de bonito.

Y quizás es porque gusta de él, que HoSeok no puede no sentir el tumbar de su corazón cuando TaeHyung es así de dulce, de cariñoso. Como un bonito oso de peluche. Le derrite el corazón y TaeHyung no tiene la culpa, porque su amigo le puede escupir y el siempre lo verá bonito.

—Lo sé, Tae— HoSeok vacila un poco su sonrisa cuando TaeHyung se recuesta en su hombro, bostezando un poco, porque seguramente deben de ser pasada la media noche y ellos aún están despiertos. Suspira antes de soltar una mano de TaeHyung y subir a acariciar su suave cabello que provoca un sonido de satisfacción por parte de su amigo. HoSeok se ríe bajo, antes de empujar al otro antes de hablar. — Hay que dormir, ya no tengo energías y tú estas más dormido que despierto— bromea.

TaeHyung le saca la lengua juguetonamente.

—Esta bien, vamos a dormir.

Ambos tratan de arreglar un poco el desastre que hicieron, aunque probablemente JungKook lo termine haciendo cuando se levante. Luego de recoger las gomitas y las palomitas tiradas en el piso deciden seguir mañana así que se encaminan entre empujones hacía las escaleras cuando se encuentran a JungKook saliendo de su habitación con el pelo algo alborotado y vistiendo simplemente un short que llega arriba de las rodillas.

TaeHyung se siente sonrojarse cuando no disimula el mirar a su niñero de pies a cabeza. ¿Es qué, como no hacerlo?, la piel de JungKook se ve suave a simple luz de la luna, su abdomen al aire libre parece una tableta de chocolate, de esos duros, pero delicioso... Parece que JungKook le queda tan bien hacer ejercicio. Se siente caerse, ante sus pensamientos y agradece que solo la luz de la luna los alumbre a todos, así nadie se da cuenta de que se está degustando a su niñero enfrente de su amigo.

«Oh, Dios.»

—¿Ya se van a dormir?—JungKook les pregunta, y Dios, la voz le suena mas gruesa, seguramente por haber estado durmiendo, pero TaeHyung se siente flaquear cual gelatina.

EL NIÑERO  - JJK & KTH (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora