Amanecer

Te doy media noche.

"Yo no quiero
dejar huella en tu vida,
quiero ser tu camino,
quiero que te pierdas,
que te salgas,
que te rebeles,
que vayas a contracorriente,
que no me elijas,
pero que siempre regreses a mí para encontrarte."

Miriam observó detenidamente el contenido de la caja antes de lanzar una mirada acusatoria a cada una de las personas que estaban en la sala.

-¿Lucía?.

-Mami yo no sé usar tijeras, soy muy pequeña- puso su típica cara de no romper un solo plato.

-¿Mireya?.

- A mi ni me mires, no tengo talento. Pasé años frustrada por no poder hacer las cosas que enseñaba el Jordi ese, no se me dan las artes.

-Yo también soy pequeña- se defendió con anticipación Bea, una de las amiguitas de Lucía que había llegado un poco antes y quería "ayudar" también.

-Si no pregunto quien lo hizo, solo quiero descubrir si todos sabían del cambio de planes menos yo, eh. Creí que habíamos quedado en poner solo los globos, las letras y la tarta.

-Las paredes son muy blancas y aburridas- interrumpió finalmente la granadina que hasta el momento se escondía un poco en un rincón.

-¿De dónde conseguiste estas figuras de leones con tutú?- preguntó la gallega sacando varios dibujos muy coloridos en cartulina.

-¿Monísimos, no?.

-¿Te has enfadado, Mami?- susurró Lucía aferrándose a Leo, que también había recibido un pequeño tutú improvisado con un pedazo de tul, cuya procedencia Miriam prefería ignorar para evitar mayores disgustos.

-No, no me he enfadado, como me voy a enfadar por esto. Solo quería saber si soy yo la única sorprendida. ¿Lo hiciste todo sola, Mimi?- preguntó con cierto recelo al dirigirse a ella.

-Solo le expliqué la idea a unos amigos de diseño y lo prepararon, no fue nada complicado. Luego se los puede llevar para ponerlo en la pared de su cama o algo.

-¡Ala también hay una nave espacial!- las niñas ya se ocupaban de sacar la decoración con la ayuda de Mireya.

- Gracias, Mimi. Es precioso...no hacía falta que lo hicieras, pero te lo agradezco. Mírala, está contentísima.

-De nada, sé que solo es una tartita con los de la clase pero me imaginé que le haría mucha ilusión ver la sala decorada con cosas que le gustan. La tarta de bailarina te ha quedado monísima por cierto- contestó Mimi que desde su llegada había dedicado toda su atención a Lucía y todo lo que tuviese que ver con su cumpleaños.

Aprovechando la distracción de las niñas y Mireya, Miriam se acercó más a Mimi para poder hablarle en un tono un poco más bajo.

-Lo siento, lo siento de verdad. No quería que te preocuparas.

-¿Podemos no hablarlo ahora?- pidió sin dejar de observar lo que hacían las niñas.

-Vale...pero ¿Lo haremos, verdad?- insistió.

-¡Mami, la tita dice que tenemos que poner ya las cosas!- Lucía las interrumpió enseñándoles varias cintas de colores y tiras de papel.

-Eh, si...tiene razón. Vamos a poner todo rápido porque enseguida tenéis que ir con la profe Mimi a clase.

A pesar de que sus mini ayudantes no eran de demasiada ayuda porque se dedicaban básicamente a jugar con la decoración las mujeres lograron dejar todo listo a tiempo.

-Lulú, Bea tenemos que ir a clase - las llamó la granadina que ya recogía sus cosas.

-Yo voy a por los exámenes que vamos a corregir mientras esperamos- avisó Mireya.