Se dio la vuelta para irse, pero Kim cruzó la distancia entre ellos en unos pocos pasos y agarró su brazo.

—No puedes irte. Tenemos un trato.

Namjoon lo miró, haciendo caso omiso del agarre doloroso de Kim en su brazo.

Teníamos un trato. Lo estoy terminando ahora. Puedes quedarte con el dinero del sexo de la noche pasada. Corre a cuenta de la casa.

Intentó tirar su mano libre, pero el agarre de Kim sólo se tensó.

—No puedes solo decidir irte.

—¿Por qué no? ¿Por qué siquiera te importa? —su sonrisa era brillante—¿No dijiste que te aburres de los hombres heterosexuales después que te los follas? Suerte para ti, entonces.

Los labios de Kim estaban apretados en una delgada línea. Su agarre se aflojó. Tirando su brazo libre, Namjoon se alejó.

* * *

Para el momento en que Namjoon se las arregló para vestir a los niños y sacarlos de la casa, el coche de Kim ya estaba esperando por ellos. Namjoon miró por la ventana durante la mayor parte del viaje, fingiendo interés por el paisaje que pasaban. Los gemelos estaban haciendo toda la conversación. No miró a Kim, pero la tensión en el aire entre ellos era palpable, y la gran cantidad de ira y frustración era abrumadora.

Namjoon siquiera estaba seguro del por qué. No era como si Kim fuera su ex o algo; no era como si hubieran estado saliendo; no había ninguna razón para que esto le afectara. Él había chupado la polla de su profesor por algunas semanas (seguro, no era algo de lo que estaba orgulloso), había sido arrastrado para molestar a Seokhyun Kim y fue pagado generosamente por ello. Finalmente se había cansado de prostituirse a sí mismo y ahora tenía unos pocos meses para encontrar un mejor trabajo sin preocuparse por las facturas de todos los días. Así que todo estaba bien. Excelente. Fantástico, en realidad.

Sin embargo, fue un gran alivio cuando el coche finalmente se detuvo frente a su edificio.

Tomó a Namjoon unos pocos minutos sacar a los niños fuera del auto. Kim ya tenía la maleta de Namjoon fuera.

—Gracias, la tomo desde aquí—dijo Namjoon, sin mirarlo.

—No seas tonto—dijo Kim, caminando hacia el edificio—Tú no tienes tres manos.

—Los chicos no necesitan que los cargue. Tienen edad suficiente para caminar.

Kim no le hizo caso, por supuesto. Por supuesto.

—Podemos caminar—confirmó Jungkook.

—Pero quiero ser cargado—dijo TaeTae.

Namjoon se quedó mirando la espalda de Kim y recogió a los niños.

—Ni siquiera sabes dónde estás yendo.

—Sé tú dirección. Soy capaz de averiguar dónde está tú apartamento.

Frunciendo el ceño, Namjoon sólo podía seguirlo, aunque a regañadientes. Cuando llegaron a su departamento, Namjoon dudó. No quería que Kim lo viera. No era que estuviese avergonzado de él... Bien, quizás sí estaba avergonzado de él. Abrió la puerta y se apresuró en hacer pasar a los niños al interior antes de cerrarlo y volverse hacia Kim.

Kim dejó la maleta en el suelo, su expresión pétrea.

—Yo...—dijo Namjoon, cambiando ligeramente en sus pies—. Nos vemos alrededor, supongo.

Kim asintió secamente, pero no se movió.

Namjoon se aclaró la garganta, enganchando los pulgares en los bolsillos en su cadera, meciéndose sobre los talones.

—Gracias, por cierto.

—¿Por qué?

—Por ayudarme a averiguar que no soy heterosexual.

—¿Qué? —preguntó Kim casi sin inflexión.

—Sí. En caso de que no pudieras notarlo, me gustó tener sexo con un hombre—Namjoon sonrió débilmente—. No lo esperaba, pero lo hice. Mucho. Así que... tengo más opciones ahora. Supongo que debo darte las gracias por ello.

—Opciones—dijo Kim.

—Síp—Namjoon frotó la parte posterior de su cuello—. Puedo salir con chicos también ahora.

Algo cambió en la expresión de Kim, pero se fue antes de que Namjoon pudiera averiguar lo que era.

—Tú puedes—Kim acordó, empujando sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

Maldita sea.

¿Por qué era tan raro y torpe y lo que sea en el infierno que era? Namjoon estaba seguro de que no estaba imaginando la tensión, la frustración en el aire, sin embargo, el rostro de Kim no reflejaba nada. Y eso enojaba a Namjoon. Él quería sacudirlo. Él quería escandalizarlo. Así que dijo:

—Tú sabes, yo realmente no veo la hora de saber si el sexo con otros hombres será diferente. Todo es nuevo y muy emocionante.

Kim miró hacia un lado por un momento antes de que una sonrisa se formara en su rostro.

—¿Estás tratando de ponerme celoso, Namjoon? Yo no me pongo celoso. Los celos son para los hombres inseguros con pequeñas pollas y baja autoestima. Y te tiene que importar para estar celoso. A mí no me importa.

Namjoon se molestó con las implicaciones.

—¿Por qué iba yo a querer darte celos? A mí no me gustas. Tú familia es horrible, tú eres un culo, estás más allá de lo jodido y eres un compromiso-fóbico. Y no te gustan los niños lo que es, obviamente, un gran problema para mí. Eres todo lo que no quiero.

—Bien—Kim lo miró con odio.

Sus miradas chocaron y una oleada de hambre sexual se estrelló contra Namjoon con una fuerza que le robó el aliento. Con dedos temblorosos, encontró el pomo de la puerta detrás de él y tropezó dentro del departamento. Cerrando la puerta, Namjoon se apoyó en ella, respirando con dificultad.

Mierda

Retorcido (JinNam)Where stories live. Discover now