Parte 2 el marginado

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—Ah, lo siento —alejó su mano rápidamente. Al contemplar al joven nuevamente, notó que era realmente apuesto; tenía una piel blanquecina que se comparaba con la palidez de la nieve y una melena oscura como la noche. Si no fuera por las ropas viejas y rotas que vestía, definitivamente su belleza resaltaría. No obstante, Nie Huaisang reparó en el rastro de sangre que descansaba en su túnica clara.

—Joven maestro, está herido —buscó entre sus ropas lo que al parecer era una bolsita con hierbas—. Tengo conmigo algunas hierbas que puedes utilizar para tratar tus heridas —explicó tendiéndole el envoltorio con las hierbas.

Mo XuanYu solo lo miró. Que un completo extraño fuera amable, solo lo confundía. Pero, ¿qué daño podría hacerle comparado con el infierno en el que vivía? Podía soportar cualquier cosa desde tanto, así que simplemente continuó sonriendo.

Nie Huaisang se congeló ante su sonrisa, no sabía cómo interpretarla.

—Y-yo siempre las llevo conmigo, soy algo torpe y suelo caerme muchas veces —extendió lentamente su mano tomando el brazo del joven frente a él. Al notar que no oponía resistencia, lo tomó como que podía continuar. Cogió las hierbas y las aplicó suavemente sobre el brazo de Mo XuanYu, luego sacó de entre sus túnicas algunas vendas y envolvió con ellas sus lesiones. Mientras lo hacía, se percató en que no era típicos raspones por caídas, pero no comentó nada al respecto.

—¿Duele?

—¿A ti te duele? —señaló Mo XuanYu el torso del Nie, para posteriormente tomar sus dos manos entre las suyas riendo—. ¿Ahora?

Aunque estaba sorprendido al principio, Nie Huaisang soltó una pequeña sonrisa.

—Ya no duele.

Mo XuanYu también sonrió, pero esta vez su sonrisa no era fingida, sino una sincera.

—Disculpe, joven maestro, ¿nos hemos visto antes?

El rostro de Mo XuanYu se congeló por un momento. Soltó las manos de Nie Huaisang poniéndose de pie.

—¡No, no! Joven maestro, no le conozco —giró sobre sí mismo montando el mismo espectáculo de siempre con el fin de que lo encontrara raro y se fuera.

—¿En serio?

Nie Huaisang también se puso de pie y sacó su abanico de papel cubriendo parcialmente su rostro.

—Pensé que nos habíamos conocido en algún otro lugar.

Al mirarlo por las esquinas de sus ojos, Mo XuanYu reconoció las túnicas de la secta Qinghe Nie. Al ver su abanico confirmó quién era, pero solo había visto una vez desde lejos cuando era miembro de la secta LanlingJin. Al rememorar aquel lugar, su cuerpo tembló de forma inconsciente y miles de voces comenzaron a llegar a su mente.

"Desvergonzado"

"Mira que contemplar de esa forma a su hermano que lo trató tan bien"

"Manga cortada"

"XuanYu, nadie te creerá"

Su sonrisa se volvió torcida, sus ojos se llenaron de lágrimas y se sujetó la cabeza como si estuviera sufriendo un terrible ardor. Al verlo así, Nie Huaisang no pudo evitar preocuparse.

—¿Está bien, joven maestro?

Mo XuanYu se giró para mirar aquellos ojos dorados que parecían llenos de genuina angustia. Su corazón se llenó de calidez. Que un extraño le hiciera sentir de tal manera, le hacía pensar que la vida no era tan horrible como creía.

En tus manosWhere stories live. Discover now