En tus manos

Parte 1 El Loco

El mundo se congelaba con la constante nevada de los últimos días; entre el cielo y la tierra todo se había vuelto blanco. Cristales blanquecinos caían silenciosamente sobre ese mar níveo, a su vez que las finas y marchitas ramas se rompían con el soplar del viento. 

En medio de un desolado bosque, una delgada figura yacía sentada sobre la tierra, siendo separado del frío tan sólo por unos finos y desgastados pantalones negros que cubrían la mitad inferior de su cuerpo. Un manto oscuro se posaba sobre cabeza, ocultando en él unos delgados hilos de cabello azabache que descendían por encima de su espalda; además de una ligera túnica blanca que cubría únicamente su pecho.

Frente a él había una jarra de un vino junto con dos pequeños vasos. Sirvió el licor en ambos recipientes como si alguien más estuviera delante suyo, tomó una de las bebidas y la bebió. Sus movimientos eran delicados y elegantes, contrario a su apariencia. Cuando terminó de beber, una hermosa sonrisa adornó su rostro cubierto de heridas y cortes.

Cristalinas lágrimas bajaron por su pálida piel, enrojeciendo su nariz y sus ojos. Su imagen era de un ser completamente puro e inocente; sin embargo, detrás de aquellos hermosos orbes grisáceos se escondía un gran dolor.

Entretanto, contemplaba cómo los copos de nieve caían. Lentamente extendió sus manos atrapando en la acción algunos cristales; y como si fuese un niño pequeño, rió con completa alegría, pues era su primera vez observando una nevada. No obstante, ese momento de felicidad solo duró un instante puesto que una roca repentinamente impactó contra su cabeza.

—¡Maldita rata sucia! ¿Qué haces perdiendo el tiempo aquí?

La sangre brotó de su frente, pero Mo XuanYu sonrió. Guió su mirada hacia adelante, pero todo lo que divisó fue como un pie se estampaba sobre su rostro, tirándolo al piso. Los golpes no se detuvieron ahí, sino que, aprovechando su estado de vulnerabilidad, algunos incluso se dirigieron hacia su estómago. Como si no tuviera suficiente, su agresor agarró un puñado de sus cabellos y los estiró con fuerza para que éste lo mirara.

—Aún no lo entiendes Mo XuanYu, la familia Mo ahora está a cargo de mi madre y por lo tanto tú ahora no eres más que mediocre sirviente.

Mo Ziyuan lo arrojó al piso con brutalidad y mirándolo con desprecio le gritó —: ¡Levántate y ve a terminar tus deberes!

Mo XuanYu se incorporó lentamente sin perder el gesto alegre que lo caracterizaba y fingiendo indiferencia ante el dolor, caminó de forma temblorosa. Al verlo en ese estado, Mo Ziyuan lo pateó de nuevo antes de marcharse.

Quedando su cara cubierta de nieve, Mo XuanYu esperó a que Mo Ziyuan se fuera, antes de levantarse de nuevo. Escupió un poco de sangre que se había acumulado en su garganta, limpió las comisuras de sus labios con sus mangas estropeadas y con cuidado, ató su larga cabellera con un lazo rojo que guardaba entre sus ropas. Viajó a paso lento hacia al pueblo donde apenas puso un pie dentro, los lugareños comenzaron a susurrar sobre su persona.

—¡Es el joven maestro Mo!

—¡Dicen que se volvió loco tras la muerte de su madre!

—¡Escuché que la hermana de su madre, la señora Mo, lo trata como un sirviente!

Mo XuanYu miró en la dirección de las personas que murmuraban y sonriendo se acercó a los aldeanos agitando sus brazos de forma exagerada, causado que algunas personas se espantaran y otras tantas se estremecieran.

—¡No estoy loco!

—¡Aléjate, eres desagradable!

La gente a su alrededor comenzó a reír con la escena. algunos sintieron lástima por las desgracias que perseguían al joven maestro Mo, entre ellos estaban algunas mujeres y hombres mayores de edad que en ocasiones lo ayudaban con las tareas que debía hacer el joven cuando iba al pueblo; incluso algunos le daban alimentos porque sospechaban que la familia Mo ni lo alimentaba, y esto podían notarlo al ver lo delgado que era el joven.