Capítulo especial -parte 17-

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Bostezó, antes de acostarse contra el hombro de su mamá, y que Jane lo abrazara. Era de madrugada, y los tres estaban en el auto blindado de Judas, rumbo a su nuevo hogar.

Su familia estaba siendo escoltada por dos autos más, uno por el frente y el otro por detrás. Judas realmente no sé sentía seguro, y había elegido aquel horario, ya que las rutas estaban menos transitadas, y sería más rápido llegar.

Jane se permitió cerrar los ojos, para dormir con Jared lo que quedara de viaje, mientras Judas estaba con el celular, hablando con alguien por mensaje.

Y a mitad de camino, escuchó un sonido extraño provenir de afuera, una explosión que hizo retumbar el suelo.

Miró hacia el frente, y vio como el auto que iba delante de ellos, se incendiaba en altas llamaradas, e iba en dirección contraria, hacia ellos.

Su celular comenzó a sonar incesante, mientras el chofer intentaba sacarlos de allí, esquivando al primer auto y los disparos que comenzaron a propinar contra el auto.

"—¡Judas! Nos han traicionado! —exclamó la voz de una mujer del otro lado, desesperada, y con muchos gritos y disparos por detrás—. Creo que-"

—Lucía, Lucía háblame —habló el castaño, desesperado, al no escuchar más a la mujer, sólo disparos.

Miró hacia su costado, y Jane estaba abrazando a Jared. Ambos ya estaban despiertos, y lucían aterrados. Extendió su mano para tocar la cabeza de su hijo, y en ese momento un fuerte impacto desde atrás, hizo dar vuelta su auto varias veces.

***

—Dos días después—

Podía escuchar a lo lejos, el sonido de varias voces hablando, el sonido de alguna especie de máquina, los pasos a su alrededor. Y sintió como alguien la tomaba de una de sus manos.

Se quejó, sintiendo su cuerpo entero pesado, sin poder abrir los ojos. No recordaba nada, no sabía dónde estaba, y a medida que fue recuperando los sentidos, aquel aroma tan particular, la hicieron comprender que estaba en un hospital. O algún centro de salud.

—Creo que está despertando. Jane, cariño ¿Puedes oírme? Soy mamá.

—¿M-Mamá? —pronunció en un tono rasposo de voz, sintiendo su garganta seca.

—Sí, sí mi amor, soy mamá —le dijo en un tono ahogado.

Jane sintió la mano de aquella mujer sobre su frente, y ella giró su cabeza hacia aquella voz, e intentó abrir los ojos.

—Tranquila mi amor, ya estás bien, estás a salvo.

"—¡Mamá! Mamá abre los ojos, por favor mamá, por favor abre los ojos —lloró desesperado Jared, tomando del rostro a Jane.

Su cabeza estaba sangrando, y su madre estaba inconsciente.

—J-Jared.

Se giró para ver a su padre, que estaba herido, pero al menos consciente.

—Quiero que corras.

—¿Q-Qué? ¿Qué está pasando? Tengo miedo —lloró—. Tengo miedo, papá.

Judas miró con tristeza a su hijo, y sus ojos se cubrieron de lágrimas.

—Perdóname, jamás hubiese querido que tú pasaras por esto."

Abrió sus ojos abruptamente, y se sentó en la camilla del mismo modo, tomándose del rostro al sentirse mareada.

—Tranquila Jane, despacio.

—¿Dónde está Jared? ¿Dónde está mi hijo? ¿Y Judas? ¡¿Dónde están ellos?!

—Jane, debes calmarte, estuviste dos días-

—¡No me calmo una mierda! —exclamó desesperada—. ¿Dónde están mamá? ¡Habla!

La mujer estaba sola con su hija en la habitación, ya que la enfermera se había ido a buscar al médico.

—Tuvieron un accidente, ellos —pronunció en un tono bajo—... Ellos no se salvaron, Jane.

—No, no, no, no es verdad —pronunció desesperada, sintiendo sus ojos humedecerse—. N-No, eso no es cierto.

—Jane, lo siento hija. Por favor, debes tranquilizarte —le dijo intentando abrazarla.

—¡Suéltame! —gritó rompiendo a llorar—. ¡Por tu culpa están muertos! ¡Te odio! ¡Te odio! —repitió completamente sacada de sí—. ¡Es todo tu culpa! ¡Mataste a mi hijo!

Con ayuda de los enfermeros, la redujeron a la camilla y le colocaron un sedante, mientras la morena forcejeaba débilmente por soltarse.

***

Michelle abrazó a su marido, llorando los dos al enterarse de lo que había pasado. Llorando la pérdida de ambos, llorando por temor a lo que pudieran hacerle a sus hijos, más que sus propias vidas.

Y Mike no podía creerlo. Primero su mujer e hijo, y ahora su hermano y sobrino. Se los habían arrebatado... Y no podía permitir que hicieran lo mismo con Michelle y sus hijos.

—Me iré —le dijo tomándola del rostro, besando suavemente sus labios—. Tú te irás con Kelil de aquí.

—N-No, no podemos irnos sin tí, Mike —lloró angustiada—. Ven con nosotros, por favor.

—Ya no podemos confiar en nadie, y no voy a permitir que les hagan lo mismo a ti y los niños. Me voy a entregar, pero para entonces, tú debes estar muy lejos de aquí. Quiero que lo cuides, que los alejes de toda esta mierda ¿De acuerdo?

—M-Mike.

—Te amo —susurró volviéndola a besar, tocando la panza de ella—. Cuídalos, Michelle, ellos son lo único que importa.

***

La policía estaba allí, y ella no respondió ninguna de sus preguntas. Sólo se pudo limitar a llorar. Los odiaba a todos, un odio profundo que quemaba en su interior.

Odiaba a su madre, odiaba a Judas por lo que había pasado. Su hijo había muerto por la culpa de ellos dos, le habían arrebatado a Jared. Él que era ajeno a toda esa mierda.

Él que sólo era un niño inocente, tan puro, tan bueno... Su hijo no merecía aquello.

—Jane, necesitamos que respondas las preguntas —le dijo el oficial.

Apretó sus puños con rabia, y haría lo que esos hijos de putas querían. Diría todo lo que ellos querían escuchar, sería la víctima que ellos esperaban.

Necesitaba estar libre... Iba a cobrarse la vida de todos. Desde el más pequeño, al más viejo. Ella ya no tenía más nada que perder, todo se lo habían quitado.

Miró al oficial, y se limpió el rostro, antes de comenzar a hablar, mientras el tipo anotaba parte de las cosas que ella decía. Le contó cómo había ocurrido el accidente, lo único que ella recordaba de ese momento.

Y volvió a quebrarse al hablar de su hijo. Los asesinaría uno por uno.

...

JudasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora