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Habiendo llegado al orfanato ambos bajan del auto y proceden a entrar.

Un olor a fragancia de ambientador se hace presente en sus narices al pasar la puerta, esto provoca en Ángela muchos más nervios. Un aroma tan dulce la empalaga.

Sin embargo al darse cuenta, Mario toma su mano y la entrelaza con la suya dándole una mirada confortable mientras empiezan a caminar con paso acelerado hacia la oficina a verificar los papeles y luego ver los niños.

-Buenos días-saludan Ángela, y Mario al unísono.

-Buenos días-dice amablemente aquella señora de unos cincuenta y tantos años de edad, que viste un vestido unos cuatro o cinco dedos más debajo de las rodillas, de un tono coral.

Mario procede a hablar.

-Hemos apartado cita para adopción, mi esposa y yo queremos empezar cuanto antes a ver los niños si es posible.

Ángela solo se limita a asentir con la cabeza mientras juega con sus dedos y su vista vaga por toda la no muy grande oficina en que se encuentran.

¿Buen inicio?

Si. Eso creí.

No nos dejemos engañar por las actitudes nerviosas, que representan muchas veces inseguridad, las sonrisas que representan amabilidad o cariño, un gesto con la mirada basta para seducir las personas, un hola te hace pensar: que linda persona, pero te has puesto a pensar cómo es esa persona en realidad, cómo actúa ante casos llenos de caos y malos momentos, si lo has hecho permiteme hacerte leer que este es un caso de aquellos no tan particulares.

Un peligro oculto detrás del nombre de un ángel, un rostro elegante, una sonrisa reluciente, y unos gestos que endulzan a cualquiera. Atrévete a correr el riesgo de descubrir el misterio.

Mentes Psicópatas©Where stories live. Discover now