28 de septiembre.

400 8 0
                                    

Te llame.

Te espere mirando por la mirilla de la puerta.

A los cinco minutos llegaste sin aliento y con tu - ahora- corto cabello alborotado.

Respiraste un par de veces y te retorciste los dedos.

Diste la vuelta y volviste.

Eras adorable cuando estabas nerviosa.

Me harté de esperar.

Abrí la puerta y antes de que dijieses nada, salte a tus brazos y te bese.

"Te perdono, te perdono, te quiero mucho, realmente siento ser una completa idiota. Por favor no me odies." Hable rápido y cortado por la falta de aliento causada por el beso.

"Yo soy la que lo lamenta. Nunca debo de haber dejado que se acercase a mi así, Lucifer es tonto y yo le seguí el juego..." Te calle con un beso.

"Cierra la boca, no quiero hablar de Lucifer, quiero estar contigo y recuperar los días perdidos."

Abriste los ojos con sorpresa.

Me empujaste de la manera en la que te gusta hacerlo, cerraste la puerta detrás de ti y me arrinconaste contra la pared.

Tus besos se sentían tan bien, tus manos recorriendo mi abdomen era una especie de éxtasis, tu barbilla en mi cuello era la perfección.

Subimos las escaleras con dificultad pero no quería separarme de ti.

Entramos a mi habitación y me empujaste sobre la cama.

Te sentaste a horcajadas sobre mi y comenzaste a quitarme la camiseta, besando cada parte que rozaba la delicada tela. Te arranque el suéter. Después fuiste bajando hasta llegar a mi pantalón y lo alejaste.

La ropa estorbaba.

Pero...

"Gemma, Gemma." Te detuve. "Soy virgen. Y tengo un poco de miedo."

"¿Y te sientes lista?" Te acostaste a mi lado y me abrazaste.

"Si, quiero hacerlo, contigo, pero... este temor no se va. ¿Que tal si estoy mal?"

Me besaste.

Y susurraste.

"Yo te cuidaré"

Y sentí que todo estaría bien.

Al fin.

Te quiero, Gemma.

Diario de una Homosexual.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora