15 de septiembre.

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Sonó el timbre.

Eran las 6:57.

Abrí.

Y te vi.

Estabas enfundada en un vestido blanco, sencillo y discreto. Llevabas unas botas rojas.

Siempre llevabas botas.

Me miraste y abriste de nuevo tus ojos con sorpresa.

Palabra que llevaba un vestido rosa pastel. Con unas balerinas del mismo color.

Pero mi cara... Era una extraña combinación de morados, verdes y azules, mi ojo dolía demasiado y cada vez que parpadeaba el pómulo me palpitaba.

Rechinaste los dientes.

Te dije que no pasaba nada. Que pronto se quitaría.

Tu solo dijiste.

"Mañana matare ese imbécil"

Pero prefería mil veces verme al espejo y tener esta horrible herida a verte a ti, sufriendo con ella.

Dirigí mi vista a tus nudillos, también tenían la misma tonalidad que mi cara.

Hay, Gemma...

Te deje pasar.

Saludaste a mi madre.

Hoy ella se veía especialmente bella.

Con 41 años era una especie de modelo, tenia el mismo tono de cabello castaño, pero el suyo era mas corto.

La hacia ver elegante.

Nos sentamos a cenar.

Cordero, pasta y verduras.

Miraste la comida como si estuviese llena de arañas.

Te tome la mano debajo de la mesa.

Comimos, hablamos y reímos.

Al poco tiempo se te veía mas confiada, Gemma.

Mi madre te quería.

Se retiró.

Dijo que debía ir por unas cosas a su trabajo.

Nos dejo solas.

Nos sentamos en él sofá a ver películas.

Me acosté en tus piernas.

Cerré los ojos y me quede dormida.

Con tu mano sobre mi cabello y un beso en mi sien.

Gemma...

Diario de una Homosexual.Kde žijí příběhy. Začni objevovat