Ella me miro sin entender nada, tan solo se acomodo de nuevo entre los brazos de Leo en su cama de perros volviéndose a dormir profundamente. Eran tan lindos juntos, debía reconocer que me causaba ternura como mi perro la cuidaba, y la protegía en todo momento, eran tan lindos juntos que me hacía aceptar el hecho de que Lauren los juntara sin mi permiso, corrompiendo a mi hijo adoptando a esta perrita hermosa que estaba con su vientre cada día más grande.

Que lindos eran juntos.

-¿Por qué hay tantas bolsas?.- cuestiona mirando alrededor de la habitación.

¿Recien se dio cuenta la tonta?

-Por que fui a recorrer los centros comerciales.- le digo con una sonrisa. -Y me compre algunas cosas.- le comentó.

-¿Algunas?.- cuestiona mirando a su alrededor, la mire mal.

-Algunas.- le aseguró. -Y te compre un regalo.- le digo con una sonrisa poniéndome de pie.

-Me gustan los regalos.- dice con una sonrisa de niña pequeña. -Eso si, si es algo rosado lo voy a terminar quemando.- anuncia.

-¡Eso es ser mal agradecida!.- le grito.

-No, es solo ser honesta.- me dice sincera. -¿Que me compraste princesita?.- me mira con ilusión.

-Dejame buscarlo.- y si quizás me sobre pase comprando cosas.

¡Tenían descuento!

Bueno no todo, pero algunas cosas si.

-De aquí a mañana me darás el regalo.- dice burlándose.

¿Ahora me entienden porque la odio? Si es insoportable, más encima es una mala agradecida. Me esforcé en comprarle algo a la idiota, y ella se burla.

Yo gastando mi tiempo en ella. Nunca más le compro nada por tonta.

Me cae mal.

Si tiene que estar en alguna de las bolsas no de plástico porque hay que cuidar al planeta, así que llevaba mis bolsas especiales de lujo que llevaba siempre cada vez que iba al centro comercial.

En esta no, aquí sólo hay vestidos.

¡¿Donde está el regalo de la fea!?

No tengo paciencia.

-Dos mil años después...- Lauren bromeó.

¡La voy a matar! ¡No ayuda!

-En vez de estar ayudarme estas ahí toda holgazaneando sin hacer nada.- le reclamo siguiendo rebuscando.

-Es que no entiendo como te sigues comprando tanta ropa si tú armario está repleto y es como el porte de mi casa.- señala ella, y yo la mire mal.

-Me compró porque voy donando la ropa tonta, y aquí en Francia la moda es hermosa.- le digo sería, siguiendo buscando en las bolsas.

-Es la misma ropa que va a los Estados Princesita.- me dice.

-No es la misma, aquí es más exclusivo.- le aclaro.

-No discutiré contigo sobre.- se acomodo en la cama mirándome. -Quiero mi regalo, voy a pensar que es mentira.- dice con una sonrisa burlesca.

-¡No te voy a dar ni una mierda Jáuregui!.- le grito enojada.

-¿Ese vocabulario tienes delante de tu hijo?.- cuestiona ella.

¡De verdad que la voy a matar!

¡Lo encontré! ¡Encontre el tonto regalo de esta imbecil!

-Aquí está tu regalo idiota.- se lo tiró y ella lo recibió riéndose.

El Poder. CamrenWhere stories live. Discover now