Capitulo 21: Tú eres lo más importante

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El aire está tan denso que siento como se podría cortar hasta con respirar un poquito fuerte. No me esperé que al entrar por la puerta a darle una respuesta a las malditas hijas de sus madrecitas me encontrara con Sesshomaru y ellas en un silencio sepulcral.

Sara me mira como si fuese la culpable de que el bombón de Sesshomaru este aquí. En silencio camino despacio para situarme al lado de hombre que revoluciona con todo dentro de mí. Trago en seco recordando lo de ayer en mi casa. En la forma en que tocaba mi piel, como succionaba mis pezones y mordía mis labios. Alejo esos pensamientos antes de que me pongan modo violadora y quiera secuestrar a Sesshomaru y no soltarlo.

Suspiro pesadamente y entonces sus ojos dorados tan fríos, pero al verme tan cálidos, que cálidos ni que carajos. Fuego señores, fuego es lo que destellan al mirarme. No soy ningún personaje de libro donde el chico de tener una mirada distante se vuelve dulzura al mirarla. No. Sesshomaru quema mi piel con su mirada, es por eso que mi piel se estremece y los vellos se levantan. Siento que podría darle cualquier cosa que me pidiese solo por conservar su mirada en mí. Solo en mí.

Una toz más falsa que la Sara hace que aparte mi mirada del peligroso hombre que de inocente no tiene nada. Es raro ver a Sesshomaru tan serio como lo está ahora, la seriedad en su mirada me hace enarcar una ceja. Quien diría que el pervertido que me regaló un maravilloso sexo oral en una disco sea el mismo que ahora congelaría un desierto con su mirada. Ya veo porque el mundo de los negocios no se lo ha comido, Sesshomaru al igual que su hermano llegarán muy lejos, más que su padre. Hay tanta determinación en su mirar.

La determinación es lo que pone punto y final en todo. Una persona que no es determinada está destinada a fracasar por sus inseguridades, en cambio, alguien que tiene determinado algo, lo logrará. Aunque el mundo lo pise, lo humille, al final sonreirá sobre todos los que le dijeron que NO, sobre todas esas humillaciones habrá una sonrisa de satisfacción que gritará: Lo he logrado.

—Entonces, ¿tiene algo que decir Akiyama, Sara?—pregunta Sesshomaru con los brazos cruzados.

Ellas aprietan sus labios de manera que me confunde, se supone que la que debería estar molesta soy yo, pero ellas parecen la molestia encarnada. ¿Qué pasó mientras no estuve? Espero que a Sesshomaru no se le haya pasado la mano.

—¿Cómo me pides que me rebaje a tanto por alguien tan despreciable como ella?—pregunta la Señora Akiyama enviándome una mirada de odio—por está mocosa que no vale nada, no esperé que unas tetas juveniles te volvieran un idiota Sesshomaru, después de todos estos años has cambiado para convertirte en alguien tan estúpido. ¿El gran Sesshomaru? Si, dejo de ser grande para ser un mocoso malcriado—dice ella mientras su hija permanece en total silencio.

—¿Tetas juveniles?—pregunta sin perder la calma—¿Entonces por qué no estoy con su hija? Ah sí, porque al parecer sus tetas no son muy juveniles y al parecer no supo cómo jugar sus cartas. No me importa que piense usted de mí, pero a ella la respeta. Porque Rin Hitshi es una mujer extraordinaria a la cual alguien carente de amor como usted debería besar el piso por donde ella pasa—lo dice tan serio, tan honesto. Amo a Sesshomaru, lo amo de verdad.

>> Y si sigue insultándonos entonces lo que le dije se hará realidad. Ella se va del programa y hago que cierren esta maldita producción. Sabe que tengo poder, contactos y dinero, no quiera tenerme de enemigo porque sabe que puedo destruirlas en un segundo. No me va el que amenacen a Rin haciéndola pasar un mal momento, ahora ¿Tienen alguna queja?—pregunta ante las dos mujeres.

—Bien, ella no se va del programa—dice la mayor con desprecio.

—Ahora, quiero que se disculpen por la situación que la han hecho pasar—mastican algo tan fuerte que me hace tragar.

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