Capítulo 51.

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Al día siguiente.

Escuela Sugar High.

—¿& eso qué es?—pregunta Babe mirando el ojo de vidrio del presidente.

—El ojo de vidrio del presidente. —responde Hudson.

Babe hace una mueca de asco y se lo devuelve.

—Bueno, ire a la cafetería a mostrales el ojo a todos. —dice Hudson.

—¿Porqué?—pregunte.

—Porque ellos aún no lo han visto.  —responde y se va.

Llegó Kenzie con nosotras.

—¡Kenzie! ¿ya lo tienes?—le pregunta Babe levantándose.

—Sí. —bosteza y saca algo de su mochila—. No dormí en toda la noche editando tu realidad virtual de Masón Kendall.

Babe tomá las gafas y se los pone.

—Uh, son geniales. —dice ella sonriendo.

—Así que por eso llamaron a Masón Kendall, ¿eh? hicieron realidad virtual de él. —dije.

—Sip. —respondió Kenzie.

Babe fingió subirse a una motocicleta.

—¿Qué está haciendo siendo Babe?—preguntó una chica cerca de nosotras.

—Está en una realidad virtual de Masón Kendall. —responde Kenzie.

—¡¿Qué?! ¡¿de Masón Kendall?!—pregunta emocionada.

—Eh sí pero no le digas a nadie porque---...

—¡Escuchen chicas, Game Shakers está haciendo siendo una realidad virtual de Masón Kendall!—grito la chica.

—¡NO!—grita Kenzie.

—¡Te dijo que no dijeras nada, tonta!—le grite molesta.

Todas se emocionaron. Sonó el timbre y todas se fueron.

—Genial. —dijo Kenzie con sarcasmo.

—Mejor entremos a clases. —dije yendo al salón.

Babe iba a otro lado pero Kenzie la tomó de la mano y la llevó al salón.

[…]

Game Shakers.

Estábamos Hudson, Kenzie y yo en Game Shakers.

Había un montón de niñas en el living, querían probar en la realidad virtual de Masón.

Llegó Babe con sus gafas.

—______, Hudson, ¿pueden encargarse de las chicas?—nos preguntó Kenzie.

Asentimos.

Fuimos con las chicas que se notaban muy emocionadas.

Llegó Triple G y se acercó a ayudarnos.

—Muy bien, chica que tiene el primer turno que pase. —dice Kenzie.

La chica entró y fue con Kenzie, ella le puso las gafas de realidad virtual después de cobrarle.

—Muy bien, 5 minutos, vuélvete loca. —dice Kenzie guardando el dinero.

No paso mucho para que Babe le quitara las gafas de realidad virtual a la chica.

Llegó un pizzero.

—Uh, Hudson llegó tu pizza. —dijo Kenzie.

—¡Vamos!—Hudson tomo mi mano y fuimos con el pizzero.

—Aquí esta su pizza. —dijo el pizzero.

—Deje sacó el dinero. —dijo buscando el dinero en sus bolsillos.

—¿Porqué hay tantas niñas allá?—preguntó el pizzero.

—Están esperando para probar una realidad virtual de Masón Kendall. —respondí.

—¿Ustedes conocen a Masón Kendall?—pregunta de nuevo el pizzero.

—Sí, ¿porqué?—pregunte.

—Mi hermana está enamorada de él.

—Aquí tiene. —Hudson le entrega da el dinero y toma la pizza—. Que le vaya bien.

—Como no, no me diste propina. —se fue molesto.

—¡Pizza!—dice Hudson ignorando lo que había pasado.

Fuimos a la mini-cocina a servir la pizza.

Llegaron Doble G, Bonnie y Ruthless.

—Allí esta. —dice Doble G acercándose a nosotros.

—¿Pizza?—pregunta ofreciéndole de la caja.

—Mira que te traje. —dijo y Bonnie y Ruthless mostraron un muñeco inflable—. Será tuyo sí me das el ojo de vidrio del presidente.

—¡Trato!—acepto emocionado. Busco en sus bolsillos el ojo de vidrio pero al parecer no lo encontraba—. Eh.. creo que no lo tengo.

—¡¿Qué?! ¡¿dónde está?!—pregunta Doble G molesto.

—Creo que se lo dí al pizzero cuando le estaba pagando. —respondió Hudson.

—¡¿Dónde?!—vuelve a preguntar.

Flesh Hot Pizza.

Ellos se fueron.

Hudson comenzó a bailar con el muñeco inflable.

Las cosas se descontrolaron con las chicas, Kenzie y Triple G trataban de calmarlas, lo cual no funcionó.

Llegó Masón Kendall con una caja de chocolates. Se le acercó a Babe.

—Babe, yo sólo quería agradecerte que---...

—Sé que eres tú Triple G, eres muy malo fingiendo la voz de Masón. —dijo Babe sin prestarle atención.

Se acercó a Hudson.

—Hudson, ¿sabés qué---...

—Estoy ocupado. —dice sin dejar de bailar.

Después se acercó a mí.

—¿Sabes qué les pasa?—preguntó Masón.

—Están... ocupados... mejor no preguntes.

—De acuerdo, ¿quieres estos chocolates?—pregunta ofreciéndome los chocolates.

—¿Cómo decir qué no a los chocolates?—pregunte aceptándolos.

—Eres agradable. Bueno, nos vemos. —se despidió.

—Cuídate. —dije y él se fue—. Chocolates y pizza, ¡genial!—dije y comenzé a comer.

Me Gustas ✧ Hudson y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora